Con el uso del legendario y ancestral nopal, en México algunas iniciativas ecológicas de emprendedores producen con éxito biogás y generan electricidad con un futuro industrial alentador. Producir biogás y electricidad a partir de este vegetal es hasta un 40% más económico y se ha demostrado que no es contaminante.
Al país azteca algunos proyectos para producir energía con el nopal lo perfilan como potencia mundial en bioenergías renovables. En efecto, los ecologistas calculan que de toda la energía producida en México, el 15% procede de fuentes naturales. China y Chile también han realizado notables esfuerzos con el aprovechamiento del nopal para la generación de energía limpia.
Nopal: recurso natural y símbolo nacional
También llamado opuntia o cactus, el nopal es un género de plantas de la familia botánica de las cactáceas. Se trata de una planta carnosa que puede llegar a medir hasta cinco metros de altura. Sus tallos o pencas son oblongas de forma aplanadas, de color verde y contextura espinosa. En su parte superior se forman flores rojas, purpúreas y amarillas. La planta es perenne y florece generalmente entre diciembre y junio.
De las 200 especies de cactáceas conocidas en el mundo, poco más de un centenar crecen en suelo mexicano. Y de ellas más de 60 son endémicas. Su contenido de humedad, proteínas, vitaminas, azúcares, minerales, alcaloides y fibra le otorgan propiedades que la presentan como una de las maravillas de la naturaleza universal.
El cultivo del nopal contribuye a la retención de suelos en lugares altamente erosionados. Es característico de las zonas áridas, que abarcan el 52% del territorio mexicano. Se cultiva también en áreas muy salinas de las costas del norte del país. El nopal puede desarrollarse hasta los 3.000 metros sobre el nivel del mar.
Además de ser un delicioso alimento, desde tiempos ancestrales el nopal ha sido usado por los indígenas para purificar el agua.
La planta es además uno de los símbolos de México. De hecho, en la composición del escudo nacional el nopal sostiene al águila real que devora una serpiente en una pequeña isleta de piedra sobre el agua.
La mitad de los desiertos de México bastaría para que el país
fuera autosuficiente en energía.
Del cultivo al gas metano
El proceso de producción de energía con el nopal comienza con la trituración de sus pencas en contenedores denominados biodigestores industriales –sellados herméticamente durante el proceso–. Sencillamente allí se genera biogás con un contenido de metano de 65% para ser transformado en energía eléctrica.
Los desechos son diluidos en una sustancia conformada por diferentes microorganismos. Con el procesamiento anaeróbico, que se realiza a 55 grados centígrados, se obtiene el gas metano (biogás), así como un lodo rico en nitrógeno, fósforo y potasio que puede utilizarse como fertilizante. Este mismo gas alimenta un motor generador de combustión interna que produce energía eléctrica. Esta es entregada al Sistema Eléctrico Nacional.
El tratamiento de la planta del nopal genera un esquilmo, que es el residuo de agua que queda después de la fermentación y cuya reutilización ha sido estudiada y evaluada para la elaboración de recubrimientos de empaques que funcionen como aislantes. Y también para emplearlo como biofertilizante.
Contenido energético similar al maíz
El Instituto de Investigaciones Eléctricas (IIE) encontró que el contenido energético del nopal es similar al del maíz. Los resultados de sus estudios determinan que en una hectárea, con una cosecha de 800 toneladas, es posible producir 40 metros cúbicos de gas. En esta extensión, la productividad máxima de biogás y energía sería de 32.000 metros cúbicos y 56 MW por hora y por año, respectivamente.
La transformación del nopal en energía en México ha despertado interés internacional, tanto que delegaciones de la Organización de las Naciones Unidas han realizado visitas al país con el propósito de conocer de cerca y certificar algunos de los proyectos.
Se calcula que la mitad de los desiertos de México serían suficientes para producir su propia energía y que el resto se destinaría a la exportación de gas. Con un proyecto de grandes dimensiones se contribuiría a la industrialización del campo y la transformación de los entornos secos y áridos por vergeles. En materia económica y laboral, los campesinos asegurarían sus fuentes de empleo en sus lugares de origen y se reducirían drásticamente las migraciones ilegales.
Especialistas en la materia energética insisten en la necesidad de que el Estado mexicano apoye la investigación y el desarrollo tecnológico de energías alternativas, ya que la reforma energética vigente las soslaya y excluye.
El proyecto de Suema en Milpa Alta
En el país azteca se desarrollan algunos importantes proyectos energéticos con el nopal. Uno de los más relevantes se ubica en Milpa Alta, al sur de la capital azteca, donde unas 2.800 hectáreas han sido dedicadas a su siembra con fines energéticos. Allí se aprovechan los residuos de las 200.000 toneladas que se producen al año, a razón de diez toneladas por día.
Suema, la empresa responsable del proyecto, ha sostenido que aspira a procesar entre tres y cinco toneladas de residuos del nopal diariamente. Y con ellas producir más de una tonelada de fertilizante y generar 170 metros cúbicos de biogás, que se convertirán en 175 kilovatios de energía, suficientes para encender 9.600 bombillas simultáneamente.
La actual reforma energética soslaya el desarrollo de energía alternativa limpia.
Los progresos de Nopalimex en Michoacán
Otro proyecto importante lo constituye la empresa Nopalimex en la localidad de Michoacán, situada en el municipio de Zitácuaro. Allí opera la que ha sido la primera planta mexicana generadora de biogás y energía eléctrica a través del procesamiento del nopal.
La primera vez que el complejo entró en operaciones fue en enero de 2016 con planes de producir ocho toneladas diarias de biogás y de electrificar el alumbrado público del municipio. El proyecto tuvo algunos tropiezos para funcionar al ciento por ciento debido a la falta de acuerdo entre la empresa, los agricultores y peladores de la planta. En febrero pasado las autoridades municipales dieron luz verde a su reapertura para producir combustible incluso para vehículos.
Conforme a Nopalimex, un metro cúbico de biogás equivale a un litro de gasolina, pero un 40% más barato. Del proceso se obtienen otros derivados, entre ellos etanol, nopal para consumo humano, humus orgánico y agua nitrogenada que funciona como fertilizante.
Adicionalmente, en Zitácuaro una empresa comercializadora de productos de maíz produce junto a Nopalimex biogás para sus procesos de producción, sus vehículos y, además, genera energía eléctrica. El proyecto opera con la colaboración del IIE y la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI).
Proyecto rentable
Al autoabastecerse de energía, eventualmente el proyecto entraría en una nueva fase de comercialización de excedentes, ya sea de electricidad o biogás. En el último caso, el biogás que se produzca podría servir para alimentar el parque vehicular del municipio de Zitácuaro.
Según informó el director técnico de Nopalimex, Miguel Aké Madera, en el caso de la energía eléctrica, un vatio de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) cuesta un peso y de su empresa alrededor de 15 centavos, lo que habla de la rentabilidad del proyecto. Asimismo, y dado que el desarrollo tecnológico es ciento por ciento mexicano, no precisa de importar equipos como ocurre en los casos de generación de energía solar que requiere paneles o eólica que necesita el uso de generadores.
A nivel de laboratorio Nopalimex ya produce 13.000 litros por hectárea de nopal, capaz de reemplazar el uso de gasolina por gas natural vehicular no contaminante con el fin de servir al transporte público urbano y extraurbano.
Cruz Azul en Cavillo de la mano de Conacyt
También en el municipio de Calvillo, en Aguascalientes, funciona una planta única en su tipo en el mundo que genera energía eléctrica a partir de pencas de nopal y excremento de vaca.
Allí han sido plantadas 70 hectáreas donde se cosechan de 100 a 150 toneladas diarias de nopal. El proyecto es financiado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y la empresa Cruz Azul, con la participación del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, el Instituto Tecnológico de El Llano y la Universidad Tecnológica del Norte de Aguascalientes. Gracias al proyecto se ha logrado producir hasta 920 kilovatios en una hora.
Los proyectos de las empresas Suema, en Milpa Alta; Nopalimex, en Michoacán y Cruz Azul, en Cavillo, para producir biogás y generar energía eléctrica perfilan a la nación azteca, junto a China y Chile, como potencia mundialmente reconocida en materia de bioenergías renovables.
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