John J. Hopfield y Geoffrey E. Hinton fueron galardonados por su trabajo en redes neuronales artificiales que permiten a las máquinas aprender
El premio Nobel de Física 2024 ha recaído en manos de dos brillantes científicos: el estadounidense John J. Hopfield (Chicago, 1933) y el británico Geoffrey E. Hinton (Londres, 1947), conocido como el ‘padrino’ de la inteligencia artificial. Ambos han desarrollado un trabajo asombroso en redes neuronales artificiales, que permiten a las máquinas aprender.
Estos hallazgos que se creían más recientes, datan de los años ochenta, cuando estos académicos en su afán por adelantarse a los tiempos alcanzaron “descubrimientos fundacionales que han permitido el aprendizaje automático con redes neuronales a artificiales”.
Estas innovaciones pusieron las bases a la creación de los grandes modelos de lenguaje actuales, como ChatGPT y otros chatbots que han cambiado el mundo. Estas redes imitan el funcionamiento del cerebro humano, utilizando algoritmos que convierten el proceso biológico del aprendizaje en secuencias matemáticas, haciendo posible que la máquina aprenda de su propia experiencia.
«Los dos premiados de este año han utilizado herramientas de la física para desarrollar métodos que son la base del potente aprendizaje automático actual», indicó el veredicto de la academia sueca. «Aunque los ordenadores no pueden pensar, las máquinas pueden imitar ahora funciones como la memoria y el aprendizaje. Los laureados de este año en Física han ayudado a hacer esto posible», agregó.
Nobel de Física para pioneros de la IA
El Nobel de Física de esta edición ha resultado controvertido. Ellen Moons, presidenta del Comité Nobel de Física señaló que gracias al trabajo de Hopfield y Hinton, la inteligencia artificial está «revolucionando la ciencia, la ingeniería y la vida diaria». Aunque alerta también de los riesgos y de la necesidad de asignar responsabilidades para usar estas tecnologías de una forma «segura y ética» en beneficio de la sociedad.
Esa advertencia ya la ha planteado muchas veces uno de los creadores de la IA. Geoffrey Hinton ha afirmado numerosas veces que puede llegar el día en el que las máquinas se vuelvan tan inteligentes que seamos incapaces de controlarlas. Planteamiento que ha vuelto a repetir tras conocer, «muy sorprendido», su galardonado Nobel.
Hinton es exvicepresidente de ingeniería de Google, Premio Turing en 2018 y Premio Princesa de Asturias en 2022. Es uno de los grandes pioneros de la inteligencia artificial, hasta el punto de estar considerado como uno de sus «padrinos», por su trabajo diseñando la base tecnológica de lo que se convertiría después en el aprendizaje automático.
El científico británico-canadiense inventó un método que puede descubrir de forma independiente propiedades en datos y que es crucial para las grandes redes neuronales artificiales que se usan en la actualidad. Sin embargo Hinton, que trabaja en la Universidad de Toronto, se ha convertido en los últimos años en una de las voces más críticas sobre el potencial destructivo de esta tecnología, advirtiendo acerca de la amenaza que supone para la humanidad.
Avances con potencial destructivo
Hopfield (Universidad de Princeton, EE UU) y Hinton (Universidad de Toronto, Canadá) han desarrollado su trabajo sobre las redes neuronales artificiales durante décadas. El estadounidense creó una memoria asociativa que puede almacenar y reconstruir imágenes y otros tipos de patrones en los datos. Mientras el británico utilizó la red de Hopfield como base para crear una nueva con un método diferente. Surgió entonces la máquina de Botzmann, que podía aprender a reconocer elementos característicos en un tipo determinado de datos.
La máquina se entrena alimentándola con ejemplos que es muy probable que surjan cuando se la ejecuta. Es capaz de analizar miles de fotos e identificar cosas habituales, como perros y coches, de forma muy eficaz. Google conociendo los alcances de la máquina le compró la empresa, que se convirtió en la base para desarrollar tecnologías cada vez más potentes. Incluyendo nuevos chatbots como ChatGPT y Google Bard.
Hinton dejó Google en 2023 para «poder hablar libremente» de estos peligros, según confió entonces y tras darse cuenta de que «la inteligencia artificial podría llegar a superar a las personas mucho antes de lo que él y otros expertos esperaban». Moons advirtió en este sentido que «aunque el aprendizaje automático tiene enormes beneficios, su rápido desarrollo también ha suscitado inquietudes sobre nuestro futuro».
El físico aseguró en conexión telefónica con la academia sentirse «sobrepasado». Y comentó: «No sé lo que ha pasado. Estoy muy sorprendido. Estoy en un hotel barato en California que no tiene buena conexión a internet ni al teléfono», explicó. «Iba a hacerme una resonancia magnética hoy, pero tendré que cancelarla», dijo con humor.
Algún remordimiento, muchos premios
El año pasado, Hinton renunció a su trabajo en Silicon Valley y nuevamente advirtió de los peligros que suponen estos chatbots. Los ha llegado a señalar como una «amenaza para la humanidad» por su capacidad para «eliminar millones de puestos de trabajo. Comprometer elecciones por vídeos falsos, lanzar ciberataques mucho más efectivos y desarrollar virus de guerra biológica muy peligrosos».
Al controvertido Nobel de Física se le preguntó si estaba arrepentido de sus descubrimientos en redes neuronales artificiales. Respondió que «hay dos tipos de remordimientos: los que tienes por sentirte culpable por haber hecho algo y los que tienes por lo que podrías haber hecho, pero no haces. En mi caso es el segundo. Estoy preocupado por las consecuencias de que las máquinas se hagan tan inteligentes que no tengamos control sobre ellas», insistió el académico.
Respecto a los comentarios del galardado, Moons indicó que es «bueno que la preocupaciones se expresen», ya que «contribuyen al conocimiento». Consideró que «es importante que tanta gente como sea posible acceda al aprendizaje automático, que no quede solo en manos de unos pocos individuos». En este sentido, Hans Ellegren, secretario general de la Real Academia Sueca de Ciencias, adicionó que «muchos descubrimientos tienen potencialmente riesgos. Pero es nuestra responsabilidad regularlo y eso también incluye a la inteligencia artificial».
Pese a las posibles amenazas, «el trabajo de los galardonados ya ha sido de gran utilidad. En física, utilizamos redes neuronales artificiales en una amplia gama de áreas. Como por ejemplo en el desarrollo de nuevos materiales con propiedades específicas», resaltó Moons.
Nodos y conexiones
John Hopfield fue uno de los primeros en idear una red neuronal artificial. El científico estadounidense ya había desarrollado un interés en la estructura del cerebro, comenzó a ejercer en 1980 en el Caltech (California Institute of Technology).
Allí tenía acceso a recursos informáticos que podía usar para desarrollar sus ideas sobre redes neuronales, que le ayudaron a crear un modelo con nodos y conexiones, conocido como red de Hopfield. Un modelo que fue desarrollado posteriormente por el propio investigador y otros científicos para incluir nodos que pueden almacenar cualquier valor. Haciendo posible que se puedan guardar más imágenes y diferenciarlas incluso cuando son bastante similares.
El Nobel de Física de 2023 fue asignado a Anne L’Huillier, Pierre Agostini y Ferenc Krausz por haber creado, mediante experimentos, destellos de luz lo suficientemente cortos como para captar instantáneas de los movimientos extremadamente rápidos de los electrones.
Según el sitio internet de los premios, el Nobel de Física se ha concedido 117 veces a 224 expertos entre 1901 y 2023. John Bardeen es el único galardonado que lo ha recibido dos veces, en 1956 y 1972.
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