Paul Romer no es médico, ni virólogo ni investigador de la salud. Tampoco epidemiólogo. Es Premio Nobel de Economía 2018 y ha difundido una propuesta para contener el coronavirus que se ha propagado con la rapidez de un virus en las redes.
En vez de paquetes de estímulo megamillonarios a las empresas sugiere invertir en la producción a gran escala de tests de detección del coronavirus y de equipamiento de protección.
El profesor de la Universidad de Nueva York dijo que ha hecho todo lo posible para ser escuchado, pero los dirigentes del mundo están muy distraídas. “Casi en pánico. Es muy difícil que paren a pensar en un plan que empezaría a funcionar dentro de tres meses”, señaló.
En un artículo publicado en The New York Times, Romer defiende un enfoque diferente del aislamiento total para contener la COVID-19: impulsar masivamente las pruebas y suministrar grandes cantidades de elementos de protección a la población.
Signs of progress:
«Atypical Illness Levels for New York City, NY and surrounding areas. As of March 29, 2020.»https://t.co/N4lxY2d2c9 pic.twitter.com/DGJx49lAO2
— Paul Romer (@paulmromer) March 31, 2020
“Si lo hacemos, no tendremos que enfrentar la terrible disyuntiva actual de dejar morir personas o dejar morir la economía. Llevará algún tiempo, un mes o dos, conseguir los kits de prueba y el equipamiento de protección. Pero justamente, esa es la razón para invertir de manera urgente en esas dos soluciones”, dijo.
Nobel de Economía propone testeos masivos
Romer, que fue economista jefe y vicepresidente senior del Banco Mundial, asegura que existe consenso en que la economía puede sobrevivir un par de semanas de aislamiento que ayudarán a salvar muchas vidas. “Hay que hacerlo, pero dentro de un mes tendremos que contar con mejores opciones. La economía no puede bajar la persiana durante un año o año y medio”, asentó.
Respecto a cómo los gobiernos pueden resolver la carencia de kits de prueba o reactivos suficientes, manifestó que pasará un tiempo hasta que tengamos tests y equipamiento suficiente. «Si gastamos 100.000 millones de dólares en fabricar los tests, en pocos meses podremos hacer pruebas masivas, tendremos todos los necesarios”.
Unless we change course, says @paulmromer, «We’re either gonna keep destroying the economy or we’re gonna start killing people.” https://t.co/3xJ1DGZP2q
— NPR’s Planet Money (@planetmoney) March 31, 2020
Insiste en que hay que aumentar drásticamente la producción de tests y de equipamiento de protección. «Efectivamente, implica la reconversión de la capacidad productiva existente en pos de ese objetivo. Tampoco será barato ni fácil, pero resultará mucho más barato que el derrumbe de nuestras economías”, subrayó.
Considerado entre los 100 economistas más influyentes del globo por Bankinter, Romer defiende la conveniencia de pensar en tres horizontes temporales. “Hoy los gobiernos están tan preocupados por las próximas dos semanas que no piensan en lo que harán dentro de tres meses. No obstante, por el lado económico, miran los próximos 18 meses y gastan billones de dólares en estímulos. Nadie piensa en lo cuánto hay que invertir para que de aquí a tres meses no estemos en la misma situación que hoy, salvar la economía o salvar vidas, dos opciones terribles”, advirtió.
Riesgo después del aislamiento
El premio Nobel comentó que aún aplicando una cuarentena total, ya sea por dos semanas o dos meses, existe la posibilidad de que el virus vuelva a propagarse rápidamente.
Of course it will fail if people make off the cuff decisions without any serious analysis.
«The second hard truth is that at this stage, any public health response that counts on widespread testing in the United States is doomed to fail.”https://t.co/8jIEsEFVZ6
— Paul Romer (@paulmromer) March 28, 2020
“No hay evidencia alguna de que un aislamiento de semanas o meses siga funcionando cuando se le flexibiliza. Los modelos predictivos sugieren que cuando se relaja el aislamiento, la epidemia vuelve a crecer. Lo que nosotros proponemos puede aplicarse a lo largo de 12, 18 o 24 meses. No podemos seguir en cuarentena durante un año. Tampoco podemos imponer un aislamiento total y después flexibilizarlo,el virus vuelve”, subrayó
“Mi mensaje es que para contener el virus, hay que testear frecuentemente a la gente y aislar de inmediato durante dos semanas a quienes den positivo. La ventaja es que el resto de las personas puede trabajar, seguir con su vida”, finalizó.
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