A la vista de todos ocurren catástrofes asociadas a la crisis climática. Intensos aguaceros y huracanes, derretimiento de los casquetes polares y calor agobiante, son hechos suficientemente documentados y difundidos. Pero, existe la percepción de que esas calamidades no nos alcanzarán. Solo si esos episodios asociados al cambio climático se registran en un entorno próximo, advertimos de sus riesgos inminentes, incluso para la salud.
No importa dónde se viva o cuán alto sea el nivel socioeconómico de las personas. La crisis climática puede rebasarnos y poner en peligro la salud. Ahora y en el futuro cercano.
Los expertos Howard Frumkin y Richard J. Jackson buscan formas de hacer entender la relación entre las alteraciones climáticas y la salud. Advierten que las devastadoras inundaciones o inclementes incendios, demuestran que nuestra incapacidad para tomar en serio el cambio climático, está provocando sufrimientos y muertes innecesarios.
Estudios en Estados Unidos y la Gran Bretaña han demostrado que la gente tiene una fuerte tendencia a ver el cambio climático como menos amenazante para su salud y la salud de su familia que para la salud de otras personas. Precisan que algunos corren un riesgo mucho mayor: niños pequeños, mujeres embarazadas, adultos mayores. También las personas con enfermedades crónicas y discapacidades, los trabajadores al aire libre y las personas con menos recursos.
Los especialistas sostienen que el clima cambiante tendrá un impacto mucho mayor en la salud de las personas con el tiempo. Las personas de todas las edades desarrollarán alergias respiratorias, y quienes ya las padecen pueden esperar que empeoren. Pues, las plantas y los árboles responden a un clima más cálido y liberan sus alérgenos en más lugares y durante períodos más prolongados.
El cambio climático y su impacto en la salud
Frumkin y Jackson son médicos y académicos. Se desempeñaron como directores del Centro Nacional de Salud Ambiental para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos. Indican que las enfermedades infecciosas transmitidas por garrapatas, mosquitos y otros vectores también aumentan con un clima más cálido.
Inclusive los pequeños aumentos de temperatura en las zonas templadas elevan el potencial de epidemias de la enfermedad de Lyme. La fiebre maculosa de las Montañas Rocosas, la encefalitis y otras infecciones transmitidas por garrapatas. Así como la enfermedad del Nilo Occidental transmitida por mosquitos, el dengue e incluso la malaria.
El cambio climático pone en peligro la salud, insisten. Pero también la seguridad de los alimentos y el suministro de agua. Al fomentar organismos que causan intoxicación y contaminación microbiana del agua potable. Pueden igualmente derivar en problemas de desnutrición y desplazamientos forzados a otros territorios.
Las inundaciones extremas y los huracanes pueden generar epidemias de leptospirosis. Simplemente caminar a través de las inundaciones puede aumentar 15 veces el riesgo de esta infección bacteriana de la sangre.
Los expertos aseguran que no hay tiempo que perder. “Necesitamos prepararnos urgentemente. Y reducir las brechas que hay entre el desconocimiento en áreas crítica como el diagnóstico y la prevención”. En ese sentido, revelan que el Instituto Nacional de Cambio Climático y Salud, cuenta con un presupuesto de más de 40.000 millones. Es la institución de investigación en salud más grande y mejor financiada del mundo.
Sin embargo, dedica apenas 9 millones de dólares anuales a la investigación directamente relacionada con el cambio climático y la salud, según su propio recuento.
Asociar cambio climático y salud, hará un clic en las personas
La directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud en la OMS, María P. Neira, quiere sacudir las conciencias sobre lo que acontece frente a nosotros. “Es necesario cambiar la narrativa sobre el cambio climático. Y entender que no solo van a afectar a las generaciones futuras. Son una realidad que impacta hoy y en nuestra salud”.
Sugiere «sacudirnos algunas ideas que ya teníamos de lo que significa el cambio climático o la Tierra o el medio ambiente». El objetivo es entender que también «es una cuestión de salud que nos está afectando. En el momento que la gente haga esta conexión entre salud y cambio climático se va a producir un clic, un cambio fundamental». Esto permitirá aumentar el nivel de ambición en los objetivos de lucha contra la crisis climática.
«Cuando hablamos de cambio climático, tal vez algunas personas no han sentido que esto les toca directamente. Lo han visto como algo que va a afectar a las generaciones venideras, o a personas con más dificultades y más pobreza. Al final son fenómenos meteorológicos puntuales que podríamos gestionar», dice a CNN en español.
Recuerda que 7 millones de personas mueren cada año por la contaminación del aire. Esta es una cifra que, a su entender, «no se ha oído lo suficiente». Detrás de la contaminación que provoca esta cantidad de muertes y del cambio climático, hay una causa compartida: la quema de combustibles fósiles. Y la contaminación del aire causa enfermedades respiratorias crónicas, como el asma. Enfermedades agudas como la neumonía y otras como el cáncer de pulmón”.
Los efectos van más allá del sistema respiratorio, explica. Cuando las sustancias tóxicas pasan a nuestro sistema sanguíneo «pueden alcanzar cualquier órgano de nuestro cuerpo» y generar enfermedades cardiovasculares, ictus cerebrales y otras condiciones.
Datos terribles para tomar en cuenta
La relación entre la alteración del clima y la salud es cada ve más patente. Una de cada cinco muertes en el mundo en 2018 se debió a la contaminación causada por emisiones de plantas generadoras, fábricas y vehículos, entre otras fuentes. La cifra de muertes es considerablemente más alta que estimaciones previas.
“Inicialmente los datos nos resultaron sorprendentes”, señaló a BBC Mundo Eloise Marais, profesora de geografía física en University College London. Y una de las autoras de un estudio publicado en la revista Environmental Research.
“Estudios previos, estimaban el número de muertes a nivel global por contaminación del aire por diferentes causas en cuatro a cinco millones de personas al año. Nuestro estudio encontró que el número de muertes por contaminación debida solamente a la quema de combustibles fósiles es el doble de las estimaciones anteriores”, resalta.
Mientras tanto, la contaminación ambiental causa cada año 800.000 muertes prematuras en Europa y acorta la esperanza de vida de los europeos en 2,2 años, refiere la Agencia Europa del Medioambiente.
Entre 2000 y 2019, los eventos meteorológicos extremos le han costado a España cada año de media 696 vidas humanas. Y cerca de 900 millones de euros, según datos de la organización Germanwatch para elaborar su Índice de Riesgo Climático. ¿Hemos subestimado los efectos del cambio climático en la salud?
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