La más reciente película de Adam McKay, No mires arriba, causa sensaciones. Dividió a los espectadores en dos grupos: los que aman la sátira referente al cambio climático y los que la odian. Sin embargo, para su director la prioridad es que despierte el gusanillo de la acción climática.
Entre los entusiastas por la película de Netflix se cuentan científicos de la talla de Neil deGrasse Tyson. El astrofísico señaló en su cuenta de Twitter que el filme parecía un documental. Genevieve Guenther, fundadora y directora de End Climate Silence, organización que promueve la cobertura mediática del cambio climático, alabó en The New York Times el alcance de la película. “El objetivo de la película era crear conciencia sobre la aterradora urgencia de la crisis climática, y en eso tuvo un éxito espectacular”.
Guenther enfatizó que para que se produzca la acción climática es necesario que exista “una aceptación cultural del cambio climático”. A su juicio, el filme ayudará a crearla.
No obstante, sus detractores coincidieron en señalar que la analogía del cometa para el cambio climático hizo que la intención primaria se perdiera. Michael Svoboda, profesor de escritura en la Universidad George Washington y colaborador de la revista web Yale Climate Connections, dijo a The New York Time si bien McKay está claramente apasionado por el cambio climático, dudaba que la película transmitiera un mensaje útil.
“¿Le está pidiendo a la gente que se involucre más políticamente? ¿Está tratando de cruzar el pasillo? Ese no parece ser el caso en absoluto”, cuestionó Svoboda. “¿Crea una especie de fatalismo, incluso de nihilismo, en virtud de que su gente acepta la inevitabilidad después de una pelea buena pero no particularmente bien coordinada?”
Los ecologistas tienen su punto de vista. «Nos sorprendió que en la película no se dé voz a los ecologistas”, dijeron voceros de Ecologistas en Acción Zaragoza al Heraldo.
Sátira por la acción climática
No mires arriba es una de las películas más populares de la historia de Netflix. El filme acumuló 152 millones de horas vistas en una semana. Su director, Adam McKay, espera que la película impulse una acción climática urgente.
En declaraciones ofrecidas al New York Time McKay señaló que no espera que una película sea la cura para la crisis climática. “Pero si inspira conversación, pensamiento crítico y hace que las personas sean menos tolerantes con la inacción de sus líderes, entonces diría que logramos nuestro objetivo”, aseguró.
Y no solo se queda en la intención de crear acción climática. Netflix creó el portal web No mires arriba/cuenta con nosotros. El objetivo del sitio es lograr la afiliación de mil millones de ciudadanos a la acción climática. Para ello propone 12 cambios concretos para reducir emisiones de carbono y “obligar a los líderes a actuar”.
Junto a Netflix trabajan la Fundación Countdown, creada en Reino Unido la organización estadounidense TED y promueven una forma diferencia de militancia relacionada con la acción climática, vinculada con el softpower.
Si bien es cierto que los actos individuales en favor del clima son importantes se promueve la acción global que logre cambios, estructurales, culturales e institucionales. En concreto busca la acción climática a través de la movilización ciudadana masiva.
La campaña No mires arriba/cuenta con nosotros propone dos alternativas democráticas. La primera acción climática sugerida es el contacto directo con los
representantes electos en sus países. La idea es pedir de forma directa cuentas de las actuaciones en materia de emisiones de carbono.
La segunda acción climática es la militancia activa. El portal sugiere algunos grupos: 350.org, Citizens’ Climate Lobby, NRDC, Sunrise Movement, Extinction Rebellion, Fridays for the Future, Climate Action Network International y Climate Justice Alliance.
Si esta campaña es un indicador de lo que vendrá en el futuro se puede decir que el activismo y la movilización ciudadana serán las pautas para la acción climática futura.