El Mar Menor se muere ante nuestros ojos. Otro verano más, sus aguas se convierten en una sopa sucia marrón verdoso. Mientras, cientos de miles de peces y otras especies marinas agonizan por falta de oxígeno en el agua.
La causa del dramático desastre ambiental no es nueva: cada día, cinco toneladas de nitratos y fosfatos entran en la laguna a través de las ramblas procedentes de la agricultura intensiva que ha crecido sin control.
Los datos son insostenibles: cada segundo, 650 litros de agua envenenada por fertilizantes entran en el Mar Menor y provocan la muerte del ecosistema.
DENUNCIAN LA AGRICULTURA ILEGAL
WWF y ANSE consideran que es intolerable y que la ciudadanía no puede quedarse de brazos cruzados. Ambas organizaciones han denunciado una y otra vez la impunidad con la que durante años miles de hectáreas de agricultura industrial, altamente intensificada e impactante, se han expandido en el Campo de Cartagena ante la inacción de las administraciones que no han tomado medidas eficaces para detener el desastre.
“La agricultura ilegal e insostenible es un surtidor del agua contaminada para el Mar Menor”, subrayan.
Cientos de miles de peces y otras especies marinos mueren por falta de oxígeno en el Mar Menor contaminado
Todas las alertas han sido ignoradas y, una vez más, los vertidos de la agricultura insostenible sumados al calor del verano han convertido el Mar Menor en una bomba ecológica que estalla ante nuestros ojos y deja el rastro de toneladas de cadáveres de peces y crustáceos flotando en las costas de la mayor laguna litoral del Mediterráneo.
SALVA AL MAR MENOR
El Mar Menor es un ecosistema único. Una joya ecológica –habitada por animales tan asombrosos como las anguilas, nacras, langostinos, doradas o los preciosos caballitos de mar– que debe ser protegida y restaurada.
“La solución es acabar con la agricultura ilegal e insostenible, un surtidor constante de veneno para la vida marina en el Mar Menor. No hay tiempo que perder”, apuntan.
WWF y ANSE exige al Gobierno de Murcia que sancione, elimine y restaure las más de 8.500 hectáreas de regadío intensivo e ilegal que existen en la actualidad. “Tenemos que frenar de una vez por todas la contaminación del Mar Menor antes de que sea irreversible y perdamos para siempre uno de nuestros tesoros ecológicos más valiosos. ¡ACCIÓN YA!”, demandaron.
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