Cambio16
14/05/2018
La República Democrática del Congo vive una tormenta perfecta de pobreza, privaciones y conflictos. La amenaza inminente de una epidemia de ébola no es único problema que enfrenta la nación. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la hambruna en el Congo está llegando a niveles agonizantes. Cientos de miles de niños podrían morir por hambre. 770 mil niños centroafricanos sufren desnutrición. Y 400 mil están en peligro de muerte. De hecho, esta cifra representa el 10% de los menores de cinco años.
Desnutrición crónica y violencia en alza
Recapitulemos. En diciembre de 2017, la ONU declaró una crisis de alta emergencia en el Congo. El mismo dictamen surgió en Yemen, Siria e Iraq. La hambruna en el Congo se centra en cinco provincias de la región de Kasai, una de las más pobres del país. Paradójicamente, alguna vez fue una de las zonas más prósperas y pacíficas. Más de un millón de los habitantes de Kasai ha sido desplazado de sus hogares a raíz de la creciente ola de violencia que estalló en 2016. Y que no tiene ánimos de apagarse. El conflicto se encendió cuando el gobierno se negó a reconocer a Kamina Nsapu como jefe tradicional.
«La inseguridad alimentaria es severa. Afecta a gran parte de la región. Miles de personas regresan a sus antiguas aldeas y emergen terriblemente desnutridas. No encuentran alimento para mantenerse en casa. En este sentido, las siembras de la temporada de 2017 se perdieron». Es parte de los apuntes más resaltantes del informe Kasai: a children crisis, escrito por Unicef. Debido a esto, al rededor de 3,8 millones de personas necesitan asistencia humanitaria en Kasai. 2,3 millones son niños.
No child should fight in a war.
No child should kill.Yet thousands of children have been recruited into militias in Kasai, DR Congo. Joseph, 13, is one of them.#ChildrenUnderAttack pic.twitter.com/xdqYqUEUBp
— UNICEF (@UNICEF) May 11, 2018
En el tuit: «Ningún niño debe luchar en una guerra. Ningún niño debe matar. Sin embargo, miles de niños han sido reclutados en las milicias de Kasai, República Democrática del Congo. Joseph, de 13 años, es uno de ellos«.
Por consiguiente, la hambruna en el Congo disparó las alarmas de Unicef que, según BBC, pidió 88 millones de dólares para ayudar a los niños. 17,2 millones se invertirán en una respuesta rápida contra el desplazamiento. Mientras que 9,2 millones se destinarán al agua, saneamiento e higiene. «No decimos que los niños corren el riesgo de morir de desnutrición. Estamos diciendo que los niños ya están muriendo. Mueren en silencio, en el monte». Es la declaración de Christophe Boulierac, vocero de Unicef.