Aunque la COVID-19 se considere una enfermedad que principalmente afecta los pulmones, también puede dañar muchos otros órganos, como el corazón, los riñones y el cerebro. La niebla mental pos-COVID19 es una de las secuelas más comunes y a la que aún los expertos no le encuentran respuestas claras. El pensamiento lento o perezoso puede afectar diferentes aspectos de la cognición.
Un neurólogo que trabaja en el Programa de Supervivencia de COVID en el Centro Médico Beth Israel Deaconess, en Boston, descubrió que todos sus pacientes tienen problemas similares. «Me dice que les cuesta concentrarse. No pueden encontrar una palabra específica que quieren usar, y son inusualmente olvidadizos», relata.
Actualmente, entre el 22% y el 32% de los pacientes que se recuperaron de COVID-19 en el centro médico donde trabaja la Dra. Tamara Fong todavía tienen niebla mental como parte de su experiencia de COVID-19. Los síntomas son prolongados y tienen secuelas agudas de SARS CoV-2.
La niebla mental pos-COVID-19
Los médicos describen la niebla mental como el pensamiento lento o perezoso que puede ocurrir en muchas circunstancias diferentes. Por ejemplo, cuando alguien no puede dormir o se siente mal, o debido a los efectos secundarios de los medicamentos que causan somnolencia. La niebla mental también puede ocurrir después de recibir tratamientos fuertes como la quimioterapia o tras una conmoción cerebral.
La COVID-19 es una enfermedad respiratoria que puede causar problemas neurológicos como pérdida de memoria y disminución de la capacidad de atención. Los posibles síntomas pueden incluir dolor de cabeza, fatiga y mareos. Muchos de las personas con quejas típicas relacionadas a la niebla mental no han tenido ningún accidente cerebrovascular o infección del cerebro. Tampoco han sufrido convulsiones ni nada que fuera neurológicamente obvio durante su infección por COVID-19, pero están presentando una alteración en su cognición.
Aunque actualmente no existe un tratamiento específico para la niebla mental, los médicos informan de manera similar acerca de pacientes que se quejan de estos síntomas junto con pérdida de memoria, confusión y dificultad para concentrarse.
«En muchos casos, la niebla mental es temporal y mejora por sí sola», señaló la Dra. Fong. «Sin embargo, realmente no entendemos por qué ocurre la niebla mental después de COVID-19, o cuánto tiempo es probable que duren estos síntomas. Pero sí sabemos que esta forma de niebla mental puede afectar diferentes aspectos de la cognición», agregó.
La niebla mental afecta la cognición
Todo proceso que realiza el cerebro, como pensar, leer, aprender, recordar, razonar y prestar atención se ve afectado por la niebla mental post-COVID. El deterioro cognitivo es una reducción en su capacidad para realizar una o más habilidades de pensamiento. Por ello, los pacientes que superaron la enfermedad y padecen niebla mental reportaron haber tenido problemas notables con la atención, la memoria y la función ejecutiva. Tanto en personas que no fueron hospitalizadas con COVID-19, como en personas que tuvieron casos graves.
Un grupo de investigadores alemanes realizó un estudio publicado en la revista Brain Communications de Oxford Academics, que sugiere que incluso las personas que no notan signos de deterioro cognitivo pueden tener problemas de memoria y atención después de recuperarse de un caso leve de COVID-19.
El estudio involucró a 136 participantes que fueron reclutados de un sitio web que anunciaba el estudio como un juego mental para ver qué tan bien podían desempeñarse las personas. La edad promedio rondaba los 30 años. Casi el 40% de los participantes se había recuperado de COVID que no requirió hospitalización, mientras que el resto no había tenido COVID-19. Todos los participantes informaron que no tenían problemas con la memoria o el pensamiento.
Problemas cognitivos en la mayoría de los pacientes con COVID-19
Pero las pruebas mostraron que el desempeño en una tarea de atención no fue tan bueno entre el grupo que tenía COVID en comparación con los que no. Mientras que los participantes que tenían COVID tuvieron un rendimiento significativamente peor en una tarea de memoria. En ambos casos, parece que los efectos mejorar con el tiempo. El problema de la memoria pareció mejorar a los seis meses y el deterioro de la atención ya no está presente a los nueve meses.
Los autores dijeron que los problemas cognitivos pueden ocurrir no solo en personas con COVID-19 que han sido hospitalizadas y en aquellas que desarrollan COVID prolongado, sino también hasta cierto punto en la mayoría de las personas que tuvieron COVID. Sin embargo, se necesita más investigación para confirmar si las dificultades de atención y memoria ocurren ampliamente con las infecciones por COVID-19, en todos los grupos de edad y sin importar cuán leve o grave sea la enfermedad. Así como para considerar otros factores que podrían afectar la cognición.
Otra investigación publicada en el Journal of Infection, y que siguió a 120 pacientes con COVID-19 durante tres meses después del alta, reveló que aproximadamente el 30% dijo que la pérdida de memoria era un problema persistente. Al igual que la concentración. Asimismo, no es solo entre los pacientes que fueron hospitalizados, también las personas que tenían síntomas leves informaron de estos problemas neurológicos.
Señales que se deben considerar
Hasta ahora, los médicos sospechan que la llamada niebla mental podría deberse a la activación del sistema inmunológico, que libera moléculas que lo ayudan a combatir las infecciones. No obstante, como efecto secundario, estas moléculas pueden afectar el sistema nervioso.
Aunque no es necesariamente específico de la COVID-19, estamos en un momento en el que hay más COVID-19 que cualquier otro virus o infección. «Lo que estamos viendo más de estos efectos secundarios que con cualquiera de estos otros virus o infecciones. Y el nivel de contagio de la COVID-19 significa que podríamos ver muchos más de estos casos», dijo el Dr. Mitchell Elkind, neurólogo tratante en el Servicio de Accidentes Cerebrovasculares del NewYork-Presbyterian/Columbia University Irving Medical Center.
Entre las señales a considerar, los expertos dicen que si los síntomas son graves o interfieren con su vida, si no mejoran después de algunas semanas o si están asociados con cualquier otro síntoma inusual que la persona no haya tenido, como debilidad, dificultad para hablar, pérdida de la visión, entumecimiento y hormigueo, debe consultar a su médico. Los neurólogos llaman a estos síntomas como focales, lo que implica que hay daño en una parte específica del sistema nervioso.
Agregan que la COVID-19 aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, por lo que le conviene ver a un médico, realizarse un examen, imágenes de diagnóstico del cerebro y un análisis de sangre. Es importante descartar por completo una lesión cerebral o algo no relacionado con su enfermedad por COVID-19, como una afección de la tiroides.