Para reducir el riesgo de exposición al plomo en el agua potable, la ciudad de Newark, en Nueva Jersey ha planeado un programa de reemplazo de líneas de servicio de plomo de dos años. Todas las tuberías de plomo se reemplazarán por otras de cobre. La primera fase del programa comenzó en marzo de 2019. Actualmente, han reemplazado 21.293 líneas de servicio de plomo. A ese ritmo podría ser considerado como un hito notable para la ciudad más grande de Nueva Jersey.
Por lo general, el costo de reemplazar una línea de servicio principal oscila entre $5,000 y $10,000. El programa de reemplazo de la línea de servicio de plomo de Newark sustituirá por cobre las líneas de servicio de plomo sin costo para el propietario.
Crisis en Newark por la contaminación del agua
Todo comenzó en 2016. Encontraron niveles elevados de plomo en el agua en 30 escuelas públicas de Newark. En 2017, el Departamento de Protección Ambiental del estado ordenó monitorear toda el agua de la ciudad y determinaron niveles de plomo por encima del punto de referencia de 15 partes por 1,000 millones establecido por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
En 2019 se desataron decenas de protestas masivas en Newark. Desde ese momento la ciudad se convirtió en uno de los peores desastres ambientales en décadas.
Durante años, ni los ciudadanos ni las gobiernos destinaron fondos al sistema de agua de la forma en la que debían hacerlo. Aunque es increíblemente costoso, imprescindible para obtener agua de calidad, potable. Para pagarlo, Ras Baraka, el alcalde de la ciudad de Newark, se dirigió al condado de Essex y se emitieron 120 millones de dólares en bonos a través de la autoridad de mejoras del condado.
Para llevar a cabo el proceso de reemplazo de tuberías de plomo a cobre, los trabajadores emplean un método de extracción en el que uno de ellos rompe la tierra y excava directamente cerca de la tubería de agua debajo de la calle. Al mismo tiempo, otro trabajador del sótano excava hasta la línea de servicio.
Cuando todas las tuberías de Newark hayan sido reemplazadas finalmente se reducirá drásticamente la cantidad de plomo en su agua, y por debajo de los niveles requeridos. Pero el problema no acaba en Newark. La EPA estima que hay hasta 10 millones de tuberías de plomo en Estados Unidos. Mientras tanto, el presidente Joe Biden aprobó unos 55.000 millones de dólares para un gran plan de infraestructuras, que incluye el reemplazo las tuberías de plomo.
Por qué es tan dañino el plomo en la sangre
La intoxicación por plomo es un problema muy grave y afecta a gran parte del mundo. Cifras de Unicef y la ONG internacional Pure Earth estiman que 1 de cada 3 niños en el mundo, un total de hasta 800 millones, tienen niveles de plomo en la sangre iguales o superiores a 5 microgramos por decilitro (µg/dL). A este nivel es necesaria una intervención.
La Organización Mundial de la Salud indica que el metal es tan tóxico que “ningún nivel de plomo en sangre es seguro”. La intoxicación por plomo en los niños también ha sido vinculada al comportamiento delictivo de adolescentes y adultos. Un informe Unicef y Pure Earth señala que esta potente neurotoxina puede causar «daños irreparables en el cerebro de los niños». Especialmente en bebés y menores de 5 años, cuando sus cerebros son más vulnerables.
Los adultos no están excluidos del daño. Altos niveles de plomo en la sangre aumentan el riesgo de hipertensión arterial y de lesiones renales. También se deposita en dientes y huesos, ahí se va acumulando con el paso del tiempo.
Los expertos aseguran que incluso pasa a ser algo hereditario. Por ejemplo, si una madre estuvo expuesta al plomo cuando niña, entonces sus huesos contienen plomo. «Durante la gestación, el calcio en los huesos de la madre debe apoyar el desarrollo del feto. Y si los huesos de la madre contienen plomo ese plomo pasará al feto en lugar de calcio”, señala el Dr. Howard Mielke, profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad Tulane, en Nueva Orleans, Estados Unidos.
El legado del plomo en la gasolina
En los años 30 la gasolina del Reino Unido contenía el plomo como antidetonante. Años después lo fueron eliminando progresivamente, hasta 1999 cuando lo prohibieron. Sin embargo, más de 20 años después de su prohibición, el plomo sigue activo en el aire de la capital británica, según un estudio de Imperial College en Londres.
A través de diversos análisis químicos que se realizaron en muestras de partículas atmosféricas tomadas en Londres, los investigadores pudieron observar que el contenido en plomo es muy elevado con respecto al contenido de referencia para este elemento en la corteza terrestre. «Hasta el 40% del plomo en el aire actual de Londres proviene del legado de la gasolina con plomo», afirma Raquel Ochoa, doctora en química y una de las autoras del estudio.
Por otro lado, en Brasil, diversos estudios constataron la presencia en el aire de plomo de la gasolina. Para 1992 ya se había eliminado por completo el uso de este metal en el combustible. Sin embargo, los científicos fueron hasta Sao Paulo para recolectar en 24 horas millones de partículas de entre 2,5 y 10 micrómetros de diámetro. Sus principales fuentes eran el tráfico vehicular y el cemento proveniente de construcciones.
El plomo no solo está presente en el combustible. En países de ingresos bajos y medios el reciclaje informal de las baterías de plomo es uno de los principales factores que contribuyen a la intoxicación por plomo. También la pintura a base de plomo, el plomo en especias, cosméticos, utensilios de barro o juguetes y en las latas de alimentos.
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