ENTREVISTA a LILIAN TINTORI | Activista política y esposa de Leopoldo López, líder opositor venezolano encarcelado.
Por Iñigo Aduriz | Fotos: Lino Escuris
ACTUALIZADO 17/03/2016
- Felipe González pide un «espacio de diálogo» entre la oposición y el Gobierno de Venezuela
- Mitzy Capriles aboga por la unión de la «variopinta» oposición venezolana
Tras la entrada en prisión de su marido, el líder del partido de la oposición venezolana Voluntad Popular, Leopoldo López, Lilian Tintori (Caracas, 1978) se ha erigido en una de las principales activistas en contra del Gobierno de Nicolás Maduro y en defensa de los derechos humanos. Esta semana está en Madrid presentando el libro Preso pero libre (Península, 2016) escrito por su marido desde la cárcel. La también deportista recibe a Cambio16 en la Casa de América de la capital y tras una larga jornada de entrevistas.
Durante el acto de presentación del libro de su marido Felipe González pidió la creación de un “espacio de diálogo” entre la oposición y el Gobierno de Venezuela. ¿Cómo lo ve?
Lo veo posible. Luchamos todos los días y estamos abiertos a ese diálogo, empezando por Leopoldo López que está preso desde hace dos años. Desde la cárcel pide diálogo porque quiere llegar a una solución urgente e inmediata para la crisis que vive Venezuela. Cuando González dijo eso lo celebré porque todos los días deseo que eso pase. Todos somos venezolanos, todos somos hermanos y nos tenemos que entender. Tenemos que buscar la forma de hablar, de aceptarnos y de caminar juntos por el camino del cambio. Ya se inició el 6 de diciembre, porque ganamos la Asamblea Nacional y porque los venezolanos salimos a votar masivamente. Ya no somos oposición. Somos la gran mayoría los que queremos un cambio. Los que quedan en la cúpula del poder son los que no quieren ese cambio y lo bloquean. Pero son muy pocos. Necesitamos un diálogo con ellos y tenemos que lograrlo.
¿Plantean alguna condición a ese diálogo?
La condición para que ese diálogo se dé es la libertad de los presos políticos.
En todo caso, sí ve posible esas conversaciones.
Claro que sí. Los que están en el Gobierno saben que los presos políticos están presos por razones políticas. Porque querían eliminarlos políticamente. Utilizaron el poder y la justicia para encarcelarlos. Nicolás Maduro sabe que Leopoldo López es inocente. Por eso veo posible que entiendan que deben liberarlos y deben lograr una solución a la crisis que viven hoy los venezolanos.
En una reciente entrevista en Cambio16, el exvicepresidente del Gobierno español Alfonso Guerra hablaba de que “pactar es ceder todos”. ¿Qué posibilidades hay de que tanto unos como otros cedan en Venezuela?
Pactar, depende de qué y para qué. No se puede pactar con dictadores, con violadores de derechos humanos. Se debe pactar con la voluntad de un pueblo y con la gente. Y ese pacto ya se dio. Está en las calles de Venezuela y se reflejó en el voto popular. Lo que hay que conseguir es que el régimen de Nicolás Maduro entienda que el país cambió y que decidió el cambio.
¿Existe un riesgo de implosión y de enfrentamiento social en Venezuela?
Ojalá no pase. Rechazaríamos todo acto de violencia. Leopoldo siempre ha llamado a la salida constitucional del régimen de Nicolás Maduro, utilizando la Constitución de forma pacífica y democrática. La responsabilidad de que sucediera [esa implosión] la tendría el régimen de Maduro. Y Venezuela no quiere más sufrimiento, ni más sangre, ni heridos, ni presos, ni torturados. No más muertos. No hay más tiempo. El cambio viene y nada lo detiene, y si llega es porque toda la unidad democrática está empujando para la salida constitucional en unidad.
Leopoldo López ha escrito el libro desde la prisión. ¿Cómo es allí su vida?
Está sólo y aislado en una cárcel militar. Está en una torre blanca de cuatro pisos. Yo le llamo la torre de la dictadura de Nicolás Maduro. El único que está preso en ese piso es él. Está siendo grabado todo el tiempo con cámaras de vídeo y audio y custodiado por militares. Está encerrado en una celda de dos por tres metros y sin luz. Y cuando lo sacan de esa celda lo meten en otra y le encierran. No le dejan comunicarse con nadie. No tiene visitas abiertas. Las únicas personas que le visitamos somos sus hijos, su mamá y yo. Está aislado en solitario. No tiene visitas de ningún miembro de su partido y lo han querido eliminar del plano político. Pero él está más vivo que nunca en nuestros corazones, en nuestra mente. En la esperanza de un pueblo que quiere cambio.
Hablábamos de la posibilidad de un estallido social. ¿Teme que si ocurre pueda tener consecuencias para su marido? ¿Teme por su vida?
Sí. Temo por la vida de Leopoldo. Lo digo constantemente y responsabilizo directamente a Nicolás Maduro si algo le pasa a él, a mis hijos, a mi familia o a mí. Leopoldo es un rehén del régimen. Está en sus manos. Ellos le secuestraron, se lo llevaron preso sin una prueba y sin un testigo, y le condenaron a 14 años de la misma manera. Hicieron un juicio nulo. Así lo han hecho casi siempre con los presos políticos. Yo no soy la única esposa que está pidiendo la libertad de su marido. Somos muchas las mujeres en Venezuela que estamos exigiendo libertad y justicia. La vida de Leopoldo depende de las autoridades de esa cárcel y yo no confío en las autoridades de esa cárcel porque reciben órdenes directas de Nicolás Maduro, y es un régimen inhumano que no respeta la vida de los venezolanos.
¿Cuál cree que podría ser la forma de atajar la violencia de las calles de Venezuela?
Es una violencia creada por el régimen. Es un Estado terrorista que buscó el caos. Nos apagaron las luces. Dejó de funcionar la empresa de electricidad para apagar las luces de las calles, y eso le abre las puertas a la violencia. Y armaron al pueblo. Hay colectivos armados. Hoy roban tiendas en Caracas con granadas. ¿Quiénes entregaron esas granadas? Obviamente el Gobierno. Los militares que son parte de un Gobierno que está destrozado como institución. La inseguridad la permitió el régimen chavista y ha crecido en los últimos 16 años. En los últimos cuatro han fallecido 100.000 venezolanos en actos violentos. Hay 100.000 familias destruidas, y esto lo permitió el régimen de Nicolás Maduro.
Le preguntaba por cómo se podría acabar con esa inseguridad.
Se combate con un proyecto que se llama La mejor Venezuela y que tiene tres ejes: paz, bienestar y progreso. En el área de la paz está la prevención, es decir, cómo combatir la inseguridad en seis meses aplicando medidas contundentes para las cuales lo más importante es la voluntad política para los desarmes. Sí es posible porque Leopoldo López lo hizo en Chacao. Logró tener la mejor Policía de Venezuela cuando fue alcalde. Él ha escrito dos libros sobre seguridad.
Además del de la seguridad, ¿cuáles son los principales retos políticos y sociales a los que se enfrenta Venezuela?
Está en crisis humanitaria. La falta de comida y de medicinas va a ir aumentando cada día más y eso va a crear mucho dolor, muchas pérdidas y muchas muertes que nos duelen profundamente porque se han podido evitar. Por eso Leopoldo inició el cambio hace dos años. En Venezuela hay que reestructurar y rescatar las instituciones, y una vez se realicen esos pasos se va a lograr avanzar. Pero lo que más destruido está es el respeto a los derechos humanos y el derecho a la vida. Cada 20 minutos matan a un venezolano. Eso se cambia con voluntad política, con una voz de paz, y no la tenemos en el Gobierno. Por eso tenemos que cambiar el régimen.
Este martes, Mitzy Capriles, esposa del alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, consideraba que en lugar de mandar a Nicolás Maduro al exilio lo ideal era que se quedara en Venezuela cumpliendo condena por delitos de lesa humanidad. ¿Comparte usted esta idea?
Como mujer y como venezolana en mi corazón no hay rencor, no hay odio y no va a haber venganza. Tenemos que rescatar la democracia y la justicia, y esta se encargará de investigar y de hacer justicia.
Ustedes se identifican con la socialdemocracia y la Internacional Socialista. ¿Hay izquierda al margen del chavismo?
El chavismo siempre ha atacado a la oposición diciendo que somos de derechas, y no lo somos. Es la forma de hacer política en base a mentiras. Constantemente están atacándonos tildándonos de derechas. Es una falta de respeto, no sólo porque no somos de derechas, sino porque hay que respetar a los que son de derechas, a los que son de izquierdas y a los que son de centro. Hay que respetar a la persona y el derecho de cada cual a pensar como quiera. Es falso que Leopoldo López sea de derechas. Es un socialdemócrata y pertenece a la Internacional Socialista, y ha conformado un movimiento que se llama Voluntad Popular, que arrancó desde las bases hasta lograr liderazgos que están guiando a las bases. Él cree en el debate, en el pueblo y en la consulta pública, en primarias y en hacer elecciones internas del partido. A Venezuela le gusta participar y ser tomada en cuenta.
¿Mantienen buena relación con la actual dirección del PSOE?
Claro que sí. Mi muy amiga y solidaria en esta lucha desde el primer día es Carme Chacón. Felipe González para mí representa no sólo la defensa de Leopoldo López sino un ejemplo de la política mundial y escucho mucho sus palabras. Lo tengo como un ejemplo de lucha, de resistencia y de entendimiento. Y Pedro Sánchez es mi amigo. Desde que lo conocí es una persona preocupada por Leopoldo. Le duele su encierro, se siente identificado porque son de la misma generación y tienen los mismos sueños para su país de progreso, de bienestar y de paz.
Además del de los socialistas usted y su marido han recibido el apoyo de diferentes partidos políticos españoles, pero no de Podemos. ¿Cómo valora la posición que mantiene esta formación política respecto a Venezuela?
Con indignación y tristeza. Es triste ver que hay personas en el mundo que no alzan su voz ante una violación tan brutal de derechos humanos como la que hay en Venezuela. Los líderes que no se pronuncian en contra de lo que está pasando allí son cómplices de Nicolás Maduro.
¿A qué lo atribuye?
A que son lo mismo. Son personas que hablan igual, prometen lo mismo, y han estado muy cerca de Hugo Chávez y de Nicolás Maduro. Son parte de esa forma de hacer política de desgobierno. Es la política del caos, el Estado terrorista, una forma de hacer política que daña a las instituciones, que no respeta los derechos fundamentales y se lleva por delante la democracia.