El gas renovable es un factor clave en la transición hacia un modelo de economía circular y neutro en carbono. Naturgy trabaja en proyectos innovadores y eficientes de hidrógeno y biometano para poder inyectarlos en sus redes de distribución. Para alcanzar los objetivos comunes de descarbonización es necesario trabajar con un mix de soluciones energéticas que incluya, además de la aceleración de la electrificación, un desarrollo cada vez mayor de energías renovables.
Pero también es igualmente necesario el impulso a los gases renovables, como el biometano o el hidrógeno, que permiten llevar la descarbonización a sectores difícilmente electrificables como, por ejemplo, el sector del calor industrial o algunas aplicaciones de transporte. En España, se calcula que, al menos, un 40% de las emisiones de CO2 no tienen alternativa electrificable. En estos casos, los gases renovables ofrecen la alternativa más eficiente.
La Unión Europea ya ha marcado nuevos objetivos más ambiciosos para abordar una producción de 35.000 millones de m3 en 2030, junto con mecanismos de apoyo que promuevan su despliegue en Europa. Por su parte, España cuenta con un gran potencial de producción de este gas verde con 163 TWh al año, equivalentes al 45% de la demanda nacional de gas natural en el país, según un reciente estudio de Sedigas.
Naturgy encabeza el desarrollo de este vector energético en España como eje fundamental, actual y realista para la descarbonización a corto y medio plazo. La multinacional trabaja en proyectos de hidrógeno y biometano con el objetivo de incrementar la inyección de gas renovable en sus redes de distribución.
NATURGY, PIONERA EN ESPAÑA EN BIOMETANO
Desde 2014, Naturgy desarrolla innovadores proyectos para conocer y reducir los costes de producción e impulsar la inyección de los gases renovables en la red de gas. La compañía apuesta por el biometano por su gran impacto en la economía circular y el cuidado del medio ambiente, ya que resuelve el problema de las emisiones contaminantes asociadas a la gestión de residuos, cuyo gas generado se liberaba hasta ahora a la atmósfera.
Además, valoriza residuos de origen urbano, de explotaciones agrícolas o ganaderas o de estaciones depuradoras de aguas residuales, creando modelos de economía circular en los que el productor de los residuos también se ve beneficiado. En este sentido, es importante remarcar que muchas de estas plantas se emplazan en zonas alejadas de grandes ciudades, lo que contribuye al desarrollo económico del medio rural y a la cohesión territorial en áreas con retos demográficos.
La multinacional energética cuenta con dos plantas que están inyectando en la red de gas: la Unidad Mixta de Gas Renovable, en A Coruña, que produce biometano a partir de biogás obtenido en el proceso de depuración de aguas residuales, y la Planta Elena, en Cerdanyola del Vallès (Barcelona), que produce biometano a partir del biogás que se obtiene de residuos sólidos municipales y que marcó un hito en la transición energética de España con la primera inyección de gas renovable procedente de vertedero en la red de distribución.
Naturgy presta especial atención a la reconversión de centrales térmicas de carbón en zonas de transición justa, creando hubs de producción de hidrógeno
Adicionalmente, la planta de biometano de Vila-sana (Lleida) será la tercera que Naturgy ponga en operación comercial en España. A partir del próximo verano, esta instalación inyectará 11,8 GWh/año de biometano en la red de distribución de gas, equivalente al consumo anual de 3.150 hogares. La generación y consumo de este gas renovable evitará la emisión a la atmósfera de más de 2.450 toneladas equivalentes de CO2/año, lo que equivale a plantar más de 4.900 árboles. En este caso, el biometano se obtiene a partir de residuos agroganaderos, apostando por el desarrollo de la economía local y la economía circular, al obtenerse esta energía a través del aprovechamiento de los residuos en la zona.
Para el desarrollo del hidrógeno, Naturgy está prestando especial atención a la reconversión de sus centrales térmicas de carbón en zonas de Transición Justa. Un ejemplo claro de cómo la transición energética permite generar nuevas oportunidades en zonas que han quedado afectadas por el cambio de modelo energético.
Así, durante 2021, ha trabajado en el desarrollo de grandes hubs de producción de hidrógeno renovable. Algunas de estas iniciativas están vinculadas a zonas de Transición Justa. El objetivo de estos hubs multidemanda es fomentar el desarrollo de nuevos mercados para consumos directos en industria, inyección en la red de gas para su comercialización con garantías de origen, movilidad o producción de derivados del hidrógeno (amoníaco, metanol, etc.).
HIDRÓGENO PARA UNA TRANSICIÓN JUSTA
Es el caso de la alianza que Naturgy está impulsando con Repsol y Reganosa para desarrollar un hub de producción de hidrógeno renovable en Galicia. El proyecto contempla la instalación de una planta de electrólisis alimentada con energía 100% renovable en los terrenos de la antigua central térmica de Meirama, en el municipio de Cerceda (A Coruña).
Por otro lado, la compañía trabajará con Enagás para impulsar en León la mayor planta de hidrógeno de España con el objetivo de producir 9.000 toneladas al año de hidrógeno renovable, a partir de una planta fotovoltaica de 400 MW y un electrolizador de hasta 60 MW, para cubrir consumo local, inyección a red gasista y posibilitar una futura exportación hacia el noroeste de Europa.
También hay que destacar el Proyecto Catalina, desarrollado por un consorcio formado por Copenhagen Infrastructure Partners junto a Naturgy, Enagás, Fertiberia y Vestas. Catalina es un proyecto pionero a nivel global para la producción de hidrógeno y amoníaco verde, que conectará los excedentes de recursos renovables de Aragón con los centros de consumo industrial en la costa este de España mediante una infraestructura sostenible.