El telescopio espacial James Webb desplegó y tensó su masivo parasol. Ahora, este escudo de cinco capas del tamaño de una cancha de tenis, diseñado para mantener sus instrumentos en un ambiente térmico estable, está listo para la ciencia. La delicada operación de la NASA duró dos días y se completó este martes. El equipo que seguía la operación desde Tierra recibió confirmación y comenzó a aplaudir. «Un trabajo bien hecho».
Las maniobras se hicieron en dos fases, una para estirar las tres capas más cercanas al Sol y, otra, para tensar las dos últimas. «Es un hito increíble, crucial para el éxito de la misión», afirmó Gregory L. Robinson, director del programa Webb en la sede de la agencia espacial estadounidense NASA.
El complicado proceso de tensión del parasol
Para llevar a cabo la misión, miles de piezas han tenido que funcionar con precisión. Tensar las cinco capas era especialmente desafiante. Una hazaña. Hay interacciones complejas entre las estructuras, los mecanismos de tensión, los cables y las membranas», explicó James Cooper, gerente del parasol del Webb en la NASA.
El hito científico quedó documentado y fue emitido en directo por la NASA mientras un experto explicaba los complicados pasos de la operación.
En la transmisión se observó cómo se desplegó del parasol del telescopio Webb. Fue posible gracias a un sistema que recoge todos los datos que llegan desde el telescopio James Webb y con ellos se crea un imagen para ver la configuración física de lo que está pasando en el espacio.
Listo para la ciencia el telescopio Webb
Enviado al espacio el pasado 25 de diciembre, el telescopio Webb se usa para observar la luz infrarroja de objetos débiles y muy distantes. Para detectar esas débiles señales de calor debe mantenerse extremadamente frío y evitar las fuentes externas de luz y calor como el Sol, la Tierra y la Luna o el propio calor emitido por el observatorio. Por tanto, la misión del parasol es actuar como una sombrilla, evitar la radiación solar y proporcionar sombra a los instrumentos del observatorio.
La masiva sombrilla permite que el telescopio se enfríe a una temperatura de -223° C. Pero además, hace que los instrumentos de infrarrojo cercano (NIRCam, NIRSpec, FGS/NIRISS) funcionen a unos -234 ° C a través de un sistema de refrigeración pasivo.
El parasol está hecho de un material ligero llamado Kapton. Tienen el tamaño de una cancha de tenis (21.197 mx 14.162 m) y está recubierto con aluminio y silicona dopada.
Estando a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, ahora el telescopio Webb, diseñado durante más de tres décadas y considerado el sucesor del Hubble, con su inmenso parasol está listo para la ciencia. Y lo más importante: garantiza su estabilidad térmica estando situado entre el Sol, la Tierra y la Luna.
Hubo varios problemas para tensar las capas del parasol
Antes de tensar la primera capa del parasol, los ingenieros de la NASA pasaron un día más estudiando el subsistema de energía de Webb para asegurarse de que el telescopio estuviera listo. En ese momento, encontraron dos problemas que estaban dentro del rango de los parámetros de ingeniería del telescopio, pero que querían verificar por precaución.
El primero de ellos fue un conjunto de seis motores utilizados durante el tensado del parasol. Debido a que la luz del sol brillaba sobre los motores, tenían una temperatura ligeramente más alta de lo esperado, por lo que los ingenieros reorientaron al telescopio Webb para poner los motores más a la sombra.
El otro problema tenía que ver con la salida de la matriz solar, que a su vez le afecta la energía. Webb funciona con cinco paneles solares en su matriz. Pero un ciclo de «trabajo máximo» preestablecido en un módulo regulador de matriz limitaba el voltaje disponible y no le permitía a Webb los recursos que necesitaba para las actividades del observatorio en curso.
Pero las complicadas maniobras para mantener el telescopio Webb funcionando correctamente no han terminado. Próximamente la NASA sacará un espejo primario, de 6,5 metros, que está compuesto por dieciocho hexágonos de berilio bañados en una fina capa de oro.