El anhelo constante del hombre por saber sus orígenes da un giro. Ciencia y religión, lejos de marcar distancia, tratan de dar respuestas a inquietudes milenarias y, tal vez, sorprendentes. La NASA busca apoyo en 14 teólogos para evaluar cómo reaccionarían las personas si se encuentra vida extraterrestre. Y cómo afectaría las ideas sobre Dios y el origen de la vida.
Voceros de la agencia espacial, incluido su jefe científico James Green, han pedido al mundo ponerse de acuerdo sobre una forma productiva de anunciar el posible descubrimiento de vida alienígena. Es probable que un anuncio de este tipo tenga un interés muy alto y no serían deseables los malentendidos.
Sostuvieron que es probable que estos resultados no sean una confirmación definitiva de que la vida extraterrestre existe. Más bien sea un proceso que podría desarrollarse con el tiempo. En ese sentido, la agencia contrató a 24 teólogos para que participaran en su programa en el Centro de Investigación Teológica de la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey. La NASA le otorgó una subvención de 1,1 millones de dólares en 2014.
La CTI se describe como la construcción de “puentes de subcomprensión al convocar a teólogos, científicos, académicos y legisladores para pensar juntos e informar sobre preocupaciones globales”.
El programa comenzó en 2016. Tenía como objetivo dar respuesta a preguntas que nos han desconcertado desde el principio de los tiempos. ¿Qué es la vida? ¿Qué significa estar vivo? ¿Dónde trazamos la línea entre lo humano y lo extraterrestre? ¿Cuáles son las posibilidades de vida consciente en otros lugares?
La NASA se refugia en un grupo de teólogos
La NASA tiene dos rovers en Marte y varias sondas orbitando Júpiter y Saturno. Además, ha lanzado el telescopio James Webb que estudia la formación de galaxias, estrellas y planetas. Parece que la agencia tiene la esperanza de descubrir vida fuera de la Tierra. Y anticipa todos los escenarios y las eventuales reacciones con el apoyo de un equipo de teólogos.
La agencia llevó a cabo el programa, titulado Implicaciones Sociales de la Astrobiología, que comenzó en 2015 y se extendió hasta 2018. Andrew Davison, sacerdote y teólogo de la Universidad de Cambridge con un doctorado en bioquímica de Oxford, fue uno de los 24 teólogos que participó en el programa de 2016 a 2017, reseñó The Times.
«Las tradiciones religiosas serían una característica importante en cómo la humanidad reaccionaría a cualquier confirmación de vida en otro lugar», compartió Davidson en el sitio de la Universidad de Cambridge. “Se presenta como parte del objetivo continuo de la NASA de apoyar el trabajo sobre ‘las implicaciones sociales de la astrobiología’, trabajando con varias organizaciones asociadas, incluido el Centro de Investigación Teológica en Princeton”, agregó.
En el libro Astrobiology and Christian Doctrine (Astrobiología y doctrina cristiana) que publicará el próximo año Davison cree que estamos cerca de encontrar vida en otros planetas.
“Los seguidores de una variedad de tradiciones religiosas informan que pueden tomar la idea con calma. Las personas no religiosas también parecen sobreestimar los desafíos que enfrentan las personas religiosas si se enfrentan a pruebas de vida extraterrestre”, comenta Davison.
¿Hay o no vida fuera del planeta?
Estudios y encuestas han demostrado que es menos probable que los cristianos estadounidenses crean que existe vida en otros planetas. Pero Davison no es el único «creyente» que cree posible la existencia de extraterrestres.
Mientras, Duilia de Mello, astrónoma y profesora de física en la Universidad Católica, dijo que tiene varios seminaristas en sus clases que a menudo plantean preguntas teóricas sobre la vida inteligente en el universo. “Si somos productos de la creación, ¿por qué no podríamos tener vida evolucionando también en otros planetas? No hay nada que diga lo contrario”, señaló de Mello a The Washington Post.
En 2008, el astrónomo jefe del Vaticano comentó que no hay conflicto entre creer en Dios y en la posibilidad de ‘hermanos extraterrestres’ quizás más evolucionados que los humanos. «Esa posibilidad existe», indicó el reverendo José Gabriel Funes. Un sacerdote jesuita que fue asesor científico del papa Benedicto.
«¿Cómo podemos excluir que la vida se haya desarrollado en otros lugares?», confió al periódico vaticano L’Osservatore Romano en una entrevista. Y explicó que la gran cantidad de galaxias con sus propios planetas lo hizo posible.
Cuando se le preguntó si se refería a seres similares a los humanos o incluso más evolucionados que los humanos, dijo: «En un universo tan grande no se puede excluir esta hipótesis». Sin embargo, no todos los teólogos están de acuerdo con la idea de la vida en otros planetas y ese es el propósito de la NASA, explorar diversas opiniones.
Expectativas pasadas y futuras
Albert Mohler, presidente del Seminario Teológico Bautista del Sur, manifestó en una entrevista de 2008 cuando se le preguntó si existen los extraterrestres: ‘La respuesta es no; eso es especulativo, recogió Daily Mail.
“No tenemos ninguna razón para creer que haya otra historia por ahí. No hay nada en las Escrituras que diga que no puede haber alguna forma de vida en alguna parte. Pero lo que se nos dice es que el cosmos fue creado para que en este planeta Jesucristo, en el espacio, el tiempo y la historia, viniera a salvar a la humanidad pecadora”, refirió.
Pero, el telescopio James Webb podría cambiar la forma en que vemos el universo y lo que se interpreta en las antiguas escrituras de las religiones.
Se ha descrito como una “máquina del tiempo” que podría ayudar a desentrañar los secretos de nuestro universo, con objetos distantes que emiten luz desde más atrás en el tiempo.
El telescopio se utilizará para explorar las galaxias nacidas en el universo temprano hace más de 13.500 millones de años. El objetivo es desentrañar los misterios de los agujeros negros supermasivos, mundos alienígenas distantes, explosiones estelares, materia oscura y más.
Voceros de la NASA y su acercamiento al equipo de teólogos, creen que es importante que los científicos tengan una forma clara y rigurosamente pensada de anunciar cualquier evidencia que pueda encontrarse. Sin eso, el público podría perder la confianza en el proceso científico si se le hace creer que se ha encontrado vida extraterrestre y luego se le dice que los informes eran “ambiguos o inexactos”.