Con el argumento de transitar por una fuerte sequía que imposibilita el mantenimiento de sus parques nacionales, el Gobierno de Namibia anunció la subasta al mejor postor de 170 elefantes en el periódico oficial New Era Live mediante un aviso publicitario.
El texto señala que la sequía ha incrementado los conflictos entre las especies silvestres y los pobladores humanos y, para disminuirlos optaron por reducir el volumen de paquidermos. No es la primera vez que el país adopta una decisión semejante. En junio de 2019 colocaron en venta 1.000 animales, en su mayoría en riesgos de extinción. El monto exigido era de 17 millones de dólares namibios, alrededor de 1 millón de euros. Entonces se dijo que dinero obtenido serían invertido en en mejorar las condiciones de los parques.
La oferta incluía 500 búfalos del Parque de la Llanura de Waterberg, 150 gacelas de Hardap y Naute, 65 antílopes oryx y 60 jirafas. También 28 elefantes del Parque Nacional de Khaudum y de la región de Omatjete, 35 antílopes eland, 16 kudus, 20 impalas y 16 ñúes. Y en octubre de este año salieron en venta 100 búfalos salvajes.
Elefantes de Namibia, irán a otros destinos
El ministro de Medio Ambiente de Namibia, Pohamba Shifeta, señaló que debido a la severa sequía y al aumento de la población de paquidermos, junto con la incidencia de conflictos entre humanos y elefantes, decidieron colocarlos en subasta.
Namibia ha sido fuertemente criticada por las organizaciones ambientalistas y por los científicos por permitir la caza de elefantes para controlar la superpoblación. “Ahora decidimos venderlos vivos y no permitir la caza”, añadió Shifeta.
Los compradores deben asegurarse de que se cumplan los requisitos de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres). Tanto en el país de exportación como en el de importación, para que la transacción sea autorizada.
Los paquidermos serán vendidos en grupos familiares y los interesados podrán realizar ofertas hasta el 29 de enero de 2021.
Kaavan, solitario y ahora querido
Kaavan es su nombre, pero se le conoce ahora en buena parte del planeta, como el elefante más solitario del mundo. Su historia es triste, desgarradora, humillante. Nada que ver o tal vez mucho que ver con los elefantes de Namibia que están en subasta. Y cuyo paradero posterior a la venta se desconoce. Podrían caer en manos de traficantes de marfil, en un circo, en un parque de atracciones o en zoológico pobretón.
Kaavan durante treinta y cinco años entretuvo a niños y grandes que se acercaban al zoológico de Marghazar en Islamabad, Pakistán. Con maltratos, indisposición y sobre todo con dolor, debía entretener al público desde un foso maloliente y rodeado de rejas.
Alzaba su trompa y recogía por añadidura el dinero que le daban que, por supuesto no era para él sino para los empresarios especuladores que circundaban el zoo. Entonces le clavaban un gancho en sus patas y el elefante pasaba el dinero a su cuidador.
El sufrido paquidermo contó con una compañera durante algunos años. Saheli discurría su vida con Kaavan y juntos debían ejercer las funciones de un circo, sin payasos y sin acróbatas. En un escenario ruin, venido a menos.
La elefanta llegó procedente de Bangladesh en los años noventa y murió en 2012. La versión oficial dice que fue a causa de un ataque al corazón por el calor, pero Mohammad bin Naveed, voluntario de Four Paws International (FPI), aseguró a la BBC que fue por septicemia.
«En algún momento, la punta sin esterilizar del gancho del cuidador penetró demasiado en su piel. Sufrió gangrena y murió de un shock séptico. Todos lo saben, pero no lo admitirán», afirma.
Gracias Cher, gracias
Cuando los voluntarios del grupo de derechos de los animales FPI elaboraron un informe sobre las terribles condiciones en que se encontraban. «Un foso seco con paredes de concreto estrechas, suelo compacto. Ningún tipo de sustrato natural, ni árboles, ni troncos, ni arbustos, ni rocas u otras estructuras».
La cantante y actriz estadounidense Cher se enteró por primera vez de la difícil situación de Kaavan en 2016. Sensibilizada por la tragedia del elefante activó a Free the Wild, una organización benéfica de protección de la vida silvestre de la cual es cofundadora. Y contrató a un equipo legal para presionar por la libertad del elefante.
Cuando en mayo se anunció la orden judicial que lo liberaba, la cantante lo describió como uno de los «mejores momentos» de su vida. Después de un arduo proceso legal y logístico, se autorizó la liberación de Kaavan.
Cher viajó a Pakistán y siguió de cerca la partida del elefante. Kaavan llegó al Santuario de Vida Silvestre Kulen Promtep, donde voluntarios y trabajadores protegen el hábitat natural y a una amplia gama de especies en peligro de extinción.
Como Kaavan hay otros elefantes en Namibia y en tantos sitios del mundo, igualmente vejados y lesionados física y psicológicamente. Salud Kaavan, larga y buena vida por delante!
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