Trinidad y Tobago es un país insular que pertenece a las Naciones Unidas y a la OEA. Dos organizaciones que recomiendan a sus Estados miembros dar refugio a los desplazados, a los perseguidos, a los que huyen de calamidades naturales, económicas e ideológicas. Varias veces tanto la ONU como la OEA han advertido al gobierno trinitobaguense que debe dar cobijo a los migrantes que llegan huyendo de las penurias venezolanas o de cualquier otro país. La respuesta ha sido aturdidora: Trinidad y Tobago tiene sus propias leyes. Califica como indeseables a lo que lleguen sin papeles. Llegaron 19 en un cayuco, fueron devueltos. La embarcación naufragó y todos se ahogaron.
Este domingo en la madrugada empezaron a aparecer los cadáveres de los 19 venezolanos a 6,3 millas náuticas de la población de Güiria, que fue de donde partieron el domingo 6 de diciembre. La embarcación un peñero o cayuco naufragó frente a Macuro, justo el sitio donde Cristóbal Colón ancló el 2 de agosto de 1498 y vio un paisaje tan hermoso que lo comparó con el Paraíso. Ahí donde Colón se quedó a bordo mientras se le pasaba una afección en la vista y mandó a sus hombres a cambiar espejos por pepitas de oro, aparecieron los primeros cadáveres mujeres, hombres y niños que no dejaron desembarcar y desconocieron su condición de refugiados.
Un país que no recibe migrantes y los considera indeseables
El 4 de diciembre representantes de la dictadura de Nicolás Maduro tuvieron una conversación telemática con funcionarios del gobierno de la excolonia británica que dirige el primer ministro Keith Rowley. La ministra del Interior, Justicia y Paz, Carmen Meléndez, y el canciller Jorge Arreaza pusieron las fotos del “encuentro” en las redes sociales. Varias fotos y un texto pequeño en el que informan que hablaron de la movilidad humana, seguridad, y actividades del narcotráfico. Obviamente, no fue provechosa y 19 personas lo pagaron con la vida. A los tres días Trinidad y Tobago hizo que se lanzaran otra vez a la mar o si no serían encarcelados.
Rowley repite que no permitirá que la ONU convierta su país en un campo de refugiados, a medida que la situación venezolana se deteriora. Su excusa es que sea lo que fuere que sientan por los venezolanos y sus circunstancias, su principal responsabilidad es proteger los intereses de la población de Trinidad y Tobago. “No somos China, Rusia ni Estados Unidos. Somos una pequeña isla de espacio limitado con 1,3 millones de habitantes. Puede llegar el momento en que la presencia de estos migrantes amenace la calidad de vida de nuestro pueblo y debemos evitar que ocurra. Tampoco vamos a permitir que sujetos criminales se aprovechen de la generosidad del país”, subraya.
El mar Caribe se traga a los que huyen en busca de comida y libertad
La cuenta que lleva la Asamblea Nacional de Venezuela que preside Juan Guaidó no es precisa. Calculan que casi 200 venezolanos han desaparecido en el mar Caribe. Solo en tres naufragios ocurridos entre abril y julio de 2019 murieron ochenta personas. Es un negocio para los traficantes y un gran peligro para los que se arriesgan. Ya lo han perdido todo y echan a la suerte, a la querencia del mar, la vida.
A Macuro solo se llega por mar. Es un sitio paradisíaco y olvidado. Por mucho tiempo ocupó un espacio en los medios de comunicación, en la portada de los diarios y en los noticieros de la radio y la televisión. En la foto de siempre aparecía una estatua de Cristóbal Colón y un pueblo cansado de promesas.
Ahí fue lo más cerca de Venezuela que estuvieron los descubridores, los acompañantes del almirante de la mar Océana, en agosto de 1498. El marino genovés en su relación a los Reyes Católicos se refiere a las fuertes corrientes y remolinos que se formaban en esa zona y el peligro que representaban para la navegación. Los llamó Boca Dragón y Boca de la serpiente.
Sin embargo, siempre ha habido un fuerte tráfico marino entre tierra firme y la isla, con fuerte intercambio comercial. Ahí recalaba mucho del oro que se explotaba de manera ilegal en las selvas de Guayana.
Un espejismo con tres horas de mar de separación y 19 ahogados
Desde que su situación económica empezó a empeorar, los habitantes del oriente venezolano empezaron a distinguir en Trinidad y Tobago una suerte de refugio provisional o un trampolín para seguir a otros sitios. Desde el primer día encontraron trabas, pero algunos tenían amigos, colegas pescadores, familiares lejanos y todavía quedaba algo de esa solidaridad propia del Caribe. Pero la situación empezó a ser diferente desde que el Gobiernos trinitense capturó un pesquero venezolano que faenaba en sus aguas territoriales. No hubo manera de resolver la disputa. La embarcación fue embargada y los pecadores estuvieron encarcelados varios años.
El peñero Mi Recuerdo cumplía este sábado tres días desaparecidos con 19 personas . Pero a medianoche la Guardia Costera avistó el primer cuerpo y empezó el rescate. Los primeros son tres niños, cuatro hombres y cuatro mujeres. Faltan por encontrar otros tantos. Todos fueron trasladados a Cumaná, la capital del estado Sucre. En Güiria no hay médico patólogo y el centro de salud está más días cerrado que abierto.
El comisionado de la Organización de Estados Americanos para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos, David Smolansky, manifestó que la información que maneja indica que la precaria embarcación llegó a Trinidad, pero fue devuelta por las autoridades. En el viaje de vuelta ocurrió el naufragio. Por lo regular en estos viajes no se dotan a los pasajeros de salvavidas o de otro equipo que lo ayude a sobrevivir si cayera al agua.
Trinidad y Tobago tiene sus propias leyes
Hace tres semanas el mundo civilizado y solidario fue estremecido con la expulsión de 29 migrantes, entre ellos 16 niños, por las autoridades de Trinidad aun cuando una juez había ordenado su protección. La embarcación estuvo 48 horas a la deriva, sin agua y sin alimentos, hasta que fueron rescatados. Entonces, tras el escándalo, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos le recordó al primer ministro Rowley su obligación de salvaguardar a los migrantes que lleguen a su territorio. Otra vez su respuesta fue seca y tosca: Trinidad y Tobago tiene sus propias leyes. Quienes lleguen sin la documentación necesaria son indeseables y serán encarcelados y expulsados.
La oposición venezolana, en la voz de la diputada a la Asamblea Nacional Delsa Solórzano, culpa a la dictadura de Nicolás Maduro por el naufragio en el que se ahogaron 19 migrantes en busca de libertad y alimentos. En su cuenta Twitter la parlamentaria responsabiliza a Maduro y su claque. “Solo las bayonetas lo sostienen en el poder mueren ahogados escapando de morir de hambre”, escribió.
Ni el Ministerio de Comunicación e Información ni Telesur que muchas veces hace de vocero de la dictadura se refirieron a la tragedia ocurrida a 6,3 millas de Güiria. La noticia más importante en la web del Minci anoche era un fiambre del 25 de junio, día de la última actualización. Hasta ahí. En VTV, la televisora oficial la noticia principal también era enternecedora: “Gran Misión en Amor Mayor cumple 9 años protegiendo a adultas y adultos mayores de la Patria”.
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