Por Cambio16
14/11/2017
.
- Venezuela ha entrado en un «default selectivo». ¿Qué significa ésto?
- Las notas crediticias de Venezuela muestran una olla de presión a punto de estallar
- Bonos de Venezuela se desploman tras anuncio de Maduro de refinanciar su deuda externa
- El régimen de Maduro esta lleno de deudas hasta con sus propios militantes
Para un país cuya gente se está quedando sin alimentos y medicinas, Venezuela ha mantenido un registro sorprendentemente bueno de pagar sus deudas a tiempo. Pero los últimos vestigios de «normalidad» del país se han estado difuminando luego de los últimos informes de las principales calificadoras de riesgo. Y este martes, como colofón de este coro de alertas, Standard & Poor’s anuncia hoy (14 de noviembre) que el país esta «oficialmente» en mora.
A pesar de que se ha tambaleado al borde durante años, Venezuela recientemente no pudo hacer pagos de cupones de $ 200 millones en bonos por valor de $ 5 mil millones adeudados a acreedores extranjeros, según S&P.
El gobierno sostuvo una reunión el lunes con los tenedores de bonos en Caracas sobre una reestructuración de la deuda (que, para algunos entendidos en la economía, se puede considerar ya algo similar al incumplimiento), que generalmente se usa para determinar cuánto menos se pagará a los inversionistas de lo que oficialmente se debe.
En el pasado, a pesar de las dificultades que sufre su población, Venezuela ha utilizado sus reservas extranjeras para realizar pagos de bonos. Pero esos fondos se están agotando: el país tiene menos de $ 5 mil millones en reservas utilizables, en comparación con $ 16 mil millones en 2015, según S&P.
El riesgo Venezuela
Una de las razones por las que Venezuela ha sido firme en los pagos de bonos es porque el gobierno necesita proteger la credibilidad de la petrolera estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), su última línea de vida para obtener ingresos. Venzuela, que posee las reservas de petróleo más grandes del mundo, necesita ese dinero para pagar su deuda y para pagar los subsidios que respaldan a algunos de sus ciudadanos más pobres.
PDVSA, a su vez, depende de líneas de crédito de bancos internacionales para financiar la producción de petróleo. Su funcionamiento continuo es una de las pocas cosas que ayuda al gobierno, que ha diezmado su economía a través de la mala gestión, a aferrarse al poder.
En la última semana, la oscuridad de Fitch Ratings, S & P Global Ratings y Moodys han recaído sobre Venezuela. Las tres agencias de calificación en la última semana han degradado los bonos venezolanos clasificándolos casi a nivel de basura.
Asimismo, la agencia Reuters confirmó que Venezuela entró en incumplimiento de pagos al dejar de cancelar los intereses de un título por 650 millones de dólares de su compañía eléctrica.
El despacho cita el comunicado que la fiduciaria Wilmington Trust envió a la Bolsa de Luxemburgo y fue considerado por el mercado financiero internacional como un selctive default (default selectivo).
El factor El Aissami y «los chocolates»
Los venezolanos esperan horas para comprar alimentos, pero los acreedores en la reunión de reestructuración recibieron bolsas de obsequio con chocolate y café producidos en el estado, según Bloomberg. Duró unos 30 minutos, y el vicepresidente Tareck El Aissami, el negociador de la deuda de Venezuela, utilizó principalmente la reunión como una oportunidad para quejarse de Donald Trump. La reunión culminó sin acuerdos.
Los inversionistas estadounidenses no pueden participar en una reestructuración, ya que las sanciones les prohíben recibir nuevos bonos que emitiría Venezuela. Y muchos acreedores tampoco pueden negociar con El Aissami: él también es sancionado por el Tesoro de los Estados Unidos, que lo acusa de tráfico de drogas. Su nombramiento como negociador por el presidente Nicolás Maduro fue tal vez un intento de culpar a los EEUU por el incumplimiento y aumentar la popularidad local, según Ray Zucaro de RVX Asset Management, que invierte en deuda venezolana, en Bloomberg Television .
Ahora, a medida que las sanciones de los EEUU reducen aún más lo que queda de la economía, cada vez es menos claro cómo se va a mantener Venezuela. El país acaba de acordar términos con Rusia para la reestructuración de alrededor de $ 3 mil millones de deuda, pero aún debe más de $ 50 mil millones en bonos en poder de otros acreedores.
Mientras tanto, S&P cree que hay al menos un 50% de posibilidades de otro incumplimiento en los próximos tres meses.
Ni los «amigos chinos»
Ni en China, cercanos al gobierno de Maduro, se ha podido solapar la situación.
La calificadora china Dragong Global Credit Rating también bajó la nota de Venezuela, colocando al país en su lista de revisiones negativas debido al deterioro de la economía y finanzas del gobierno de Maduro.
En un comunicado, emitido por la firma de crédito china, se explicó que «la sombría perspectiva de la reestructuración de la deuda causa una considerable incertidumbre sobre si el gobierno venezolano puede pagar sus deudas que vencen, lo que puede resultar en altos riesgos de incumplimiento».
Según detalló Latin American Herald Tribute, Dragong Global indicó que Venezuela «no tiene capacidad de crear riqueza por sí misma«, mientras que las fuentes de pago de la deuda son muy frágiles, por lo tanto, hay riesgo de una baja solvencia en los futuros pagos que deba efectuar el país.
Otro de los aspectos que contempla el documento es la constante depreciación del bolívar y caída de las reservas internacionales que aumentan la incertidumbre sobre los pagos de deuda externa que afronta el país. «Al cierre de 2016, las reservas internacionales de Venezuela cayeron a 11 mil millones de dólares. Se prevé que sigan cayendo en 2017 y 2018», reza el comunicado.