Por Cambio16
08/02/2018
Pacientes venezolanos con enfermedades de alto riesgo le gritaron al mundo «No queremos morir«. Acompañados de Organizaciones No Gubernamentales y médicos venezolanos, los pacientes crónicos en Venezuela protestaron ante la agravada escasez de medicamentos de alto costo, la falta de atención y de centros de salud debidamente equipados y la inacción del gobierno. Por consiguiente, piden a la Asamblea Nacional opositora determinar las responsabilidades de la crisis humanitaria de salud en Venezuela. Asimismo, a los organismos internacionales visibilizar su reclamo y la necesidad de ayuda humanitaria.
Entre con congregados se encuentran pacientes renales y oncológicos. Con Párkinson, VIH y transplantados. Niños, jóvenes, adultos y ancianos. De la ciudad, la periferia y hasta de comunidades indígenas. Todos han hecho público su vía crucis. Los casos relatados por Codevida, uno de los grupos organizadores de la protesta «No queremos morir» son dramáticos. 10 trasplantados murieron por falta de inmunosupresores en las últimas semanas. 16 mil pacientes con insuficiencia renal son dependientes de la diálisis peritoneal o hemodiálisis, cuyos tratamientos no están disponibles en la mayoría de los hospitales. 92% de los equipos de tomógrafos, resonador, mamografía, y ultrasonido no funcionan en los hospitales venezolanos.
Y la lista continúa. Venezuela es el país con más VIH en la región. Con más embarazo precoz cuando el 52% de los quirófanos no están operativos. Hay más de 300.000 personas en lista de espera en los hospitales. Asimismo, 64% de los comedores hospitalarios no sirven alimentos, 52% de las unidades pediátricas no tienen fórmula o leche materna para los niños hospitalizados o en terapia neonatal. 95% de las ambulancias no están operativas. 31 drogas de quimioterapias están ausentes en el país. Todo un genocidio silencioso.
“No queremos morir»: el clamor de los pacientes venezolanos
Francisco Valencia, presidente de Codevida, reiteró durante su intervención en el acto «No queremos morir» que en el país «tiene que parar la indolencia. No solo es la falta de medicamentos sino la falta de asistencia psicológica. La gente está muriendo y quiere respuestas. El mundo tiene que condenar lo que está sucediendo en Venezuela. Hay personas que están tomando medicinas vencidas».
El drama relatado por Valencia es uno de los más lamentablemente frecuentes en el país caribeño. La lenta e indetenible desaparición de los medicamentos junto a la imposibilidad de cubrir costos ha llevado a muchos pacientes, en medio de la desesperación, a la aplicación de tratamientos inadecuados. Los pacientes se ven obligados a bajar las dosis prescritas, espaciar la ingesta de medicinas o dejar de tomarlos por un tiempo para luego reiniciar de una forma algo discrecional sin la orientación adecuada.
La situación se agrava por las dificultades que existen para ingresar al país medicinas que familiares, amigos y grupos organizados desean hacer llegar a quienes con tanta urgencia los necesitan. Finalmente, negación de la crisis humanitaria por parte del Gobierno Nacional también constituye una barrera para el acceso a medicinas; al respecto, el 4 de agosto y el 27 de noviembre de 2017, Delcy Rodríguez, Presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente, afirmó que “en Venezuela no hay hambre, sino amor y voluntad”.
Ante la situación en la que se encuentran los pacientes, los organizadores de la marcha «No queremos morir» entregó a los diputados asistentes a la concentración un documento en el que solicitan a la Asamblea Nacional “que se abra una investigación y se busque a los responsables de esta situación, para que sean penados por la Ley”.