Por Cambio16
27/01/2018
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En Davos esta semana, 3.000 líderes mundiales y jefes de negocios asistieron al Foro de Davos 2018. Además de la plenaria, se produjeron cientos de charlas, talleres, cenas y otras reuniones. La conclusiones: la inteligencia artificial y el cambio climático nos van a arruinar, pero el Blockchain y las mujeres nos van a salvar.
El CEO de Google, Sundar Pichai, comparó la inteligencia artificial con la invención del fuego. El potencial de pérdida de empleos e inestabilidad a medida que las industrias se ajustan (o no) es tremendo. «Al final del día, tenemos que despedir a mucha gente» opinó Ursula Burns del grupo de telecomunicaciones VEON. «La angustia de estas pérdidas podría incluso conducir a guerras, advirtió Jack Ma, de Alibaba.
Mientras tanto, los gigantes tecnológicos como Facebook enfrentaron fuertes críticas. El foro llamó a una fuerte regulación en áreas como privacidad de datos y noticias falsas. Incluso los ejecutivos de tecnología, desde Marc Benioff de Salesforce hasta Dan Schulman de PayPal, se unieron al coro.
Y luego estuvieron las amenazas verdaderamente existenciales, como el cambio climático y las pandemias. Los asistentes quedaron en silencio ante científicos con proyecciones ambientales apocalípticas y simulaciones aterradoras de cómo se propagan los brotes en nuestro mundo cada vez más conectado.
Lo positivo en el Foro de Davos 2018
En el lado positivo, parecía que no había ningún problema que no pudiera resolverse con la tecnología blockchain. Los CEOs multinacionales hablaron sobre cómo los nuevos libros contables podrían agilizar las cadenas de suministro y reducir los costos de contabilidad. Aunque ciertamente alimentada por la criptomoneda, el blockchain también representó un tema de conversación genuinamente novedoso que atrajo nuevas caras a un evento generalmente tradicional.
Y más notable, la igualdad de género tuvo en el Foro de Davos 2008 signos de acción tangible. En medio del #MeToo, los debates sobre acoso sexual hasta la equidad de los mercados financieros, el tema tomó un impulso palpable. Por consiguiente, la oportunidad económica que desde hace mucho tiempo se pasa por alto al cerrar la brecha de género, medida en billones de dólares, finalmente está siendo reconocida por una multitud supuestamente obsesionada con el resultado final.