Por Cambio16
10/01/2018
La petro criptomoneda de Maduro, mientras más se avanza en los detalles de su creación, profundiza la tumba de su fracaso.
Pese a lo que parece su inminente creación -exageramente publicitada en los medios oficiales venezolanos-, probablemente sea el primer gobierno con su propia criptomoneda.
Pero, lejos de la promesa gubernamental, está condenada al fracaso.
Y lo está porque el gobierno venezolano es incapaz de proporcionar la seguridad que con ella promete.
Por el contrario, la insistencia en la petro criptomoneda podría tener por detrás oscuros propósitos.
Profundicemos aquí las razones por las cuales la criptomoneda de Maduro suena más a falsa promesa que a «solución revolucionaria» para un país sumido en una abismal crisis.
1. La petro criptomoneda no es ni petro ni criptomoneda
La petro criptomoneda, o lo que es lo mismo, la «criptomoneda del gobierno» ya es, de entrada, una contradicción.
Si nos remitimos a la génesis, las criptomonedas como Bitcoin nacen con el objetivo de ser mecanismos descentralizados y anónimos.
En su filosofía, éstas no son «emitidas» por ningún gobierno, banco central u otra «autoridad». Nadie las controla.
Pero el gobierno de Maduro es poco de creer en esencias y ya anunció que planea emitir 100 millones de petros, respaldados por reservas petroleras del país caribeño.
De entrada, el hecho de que Maduro vea la necesidad de respaldar su criptomoneda con activos duros debería inmediatamente darles a los inversionistas potenciales una pausa para pensar.
Las criptomonedas reales basan su valor en la confianza. La gente los usa porque confían en ellos.
Y los usuarios de criptomonedas sí confían en la tecnología, incluso si no confían entre sí.
Respaldar una criptomoneda con activos fijos difícilmente es un endoso resonante del emisor o la tecnología.
2. La petro criptomoneda está respaldada por petróleo. ¿cuál petróleo?
Una de las fortalezas de las que se ufana el Gobierno de Maduro con su petro criptomoneda es que está tiene respaldo en el petróleo venezolano.
Vamos a detenernos aquí.
Tanto el país como su compañía petrolera estatal PDVSA incumplieron su deuda en dólares estadounidenses en noviembre de 2017.
¿Qué nos dice ésto? que Venezuela no está produciendo ni comercializando el suficiente petróleo para cumplir con sus obligaciones actuales.
Entonces, ¿Por qué alguien compraría reclamos basados en petróleo venezolano?
La petro criptomoneda no confiere un reclamo sobre la producción de petróleo de Venezuela, sino un reclamo sobre el petróleo que todavía está en el suelo.
En teoría, los nuevos dueños de criptomonedas podrían reclamar sus propios activos y perforar ellos mismos el petróleo.
Pero el récord de Venezuela en permitir que extraños perforen petróleo en su territorio es abismal.
¿Qué valor tiene realmente el petróleo en el suelo, si la única forma de extraerlo es a través de una empresa conjunta con PDVSA, terriblemente mal administrada y posiblemente en bancarrota?
Recordemos que gran parte del petróleo de Venezuela ya está comprometido a China y Rusia (esta última, por cierto, con planes también de tener su «criptomoneda gubernamental»).
3. La petro criptomoneda necesita confianza. ¿confianza a quién?
Varios medios especializados en noticias del criptomercado ya han abordado los primeros pasos del Petro de Maduro.
E informan que «más de 860 mil» venezolanos se han registrado en el nuevo registro de los mineros que emprende el organismo que han creado para «regular» la petro criptomoneda, llamado «Observatorio Blockchain de Venezuela«.
Sí, lo leíste bien: en Venezuela, el gobierno registrará a sus mineros de criptomonedas.
Y, no conforme con eso, han anunciado que que la petro criptomoneda «no podrá ser minada y se otorgará mediante subastas».
El gobierno controla la minería, el gobierno supervisa las operaciones, el gobierno establece el precio…
Entonces, la petro criptomoneda se está pareciendo cada vez menos a una criptomoneda real, ¿no es así?
Crear una criptomoneda nueva no es difícil hoy en día.
Casi todas las monedas criptográficas existentes son proyectos de código abierto con códigos de programación abiertos.
Pero para protegerlo de los piratas informáticos y los ataques desde el exterior, se necesita una base de usuarios confiable y muchos mineros (lo que puede explicar el «registro de mineros»).
Los mineros le proporcionan al sistema la capacidad de procesamiento de sus computadoras.
Por ende, de alguna manera, forman una autoridad de control descentralizada.
Cuantos más usuarios y mineros tenga una criptomoneda, más seguro se vuelve.
Y es exactamente de lo que podría carecer la petro criptomoneda.
Primero, porque la minería requiere mucha capacidad de computadora y, por lo tanto, electricidad, barata en Venezuela, pero con muchas fallas.
Y, segundo, en Venezuela, nadie confía en lo que hace el gobierno, especialmente en lo que a moneda se refiere.
4. La petro criptomoneda, además, viola las leyes venezolanas
Por si fuera poco, la petro criptomoneda de Maduro hasta viola las leyes que, se supone, defiende su propio emisor.
El artículo 12 de la Constitución venezolana, la Carta Magna de la República, establece que las reservas petroleras y las riquezas del país son «inalienables».
Y el artículo 3 de su Ley Orgánica de Hidrocarburos sentencia que las reservas «son bienes de dominio público, inalienables e imprescriptibles».
Eso sin contar que «las operaciones de crédito público» requieren «para su validez una ley especial que las autorice»
Si se cumplieran las leyes en Venezuela, la petro criptomoneda debería pasar por la aprobación del Parlamento venezolano.
Lo que sí es cierto es que, usando las reservas de petróleo como «respaldo», el Gobierno de Maduro compromete las reservas petroleras.
En sentido llano, se trata de un nuevo endeudamiento por parte de la República.
5. Entonces, ¿qué es de verdad la petro criptomoneda?
En el estricto censo, la petro criptomoneda es una venta a futuro del petrolero venezolano.
Registrar transacciones en una cadena de bloques y agregar alguna criptografía no la convierte en una criptomoneda.
No está descentralizado, no es anónimo, y no va a ser utilizado para comprar y vender bienes y servicios en Venezuela.
Tampoco solucionará la hiperinflación que azota al país caribeño.
Y, sobre todo, su valor depende de la confiabilidad de un gobierno que ya incumple sus obligaciones internacionales.
Entonces, ¿por qué el Gobierno de Maduro insiste tanto?.
Maduro ha declarado abiertamente que la nueva criptomoneda permitirá eludir las sanciones de EEUU.
Algo más notable cuando su amiga está considerando algo muy similar, también como un medio para evadir las sanciones de EEUU.
Como sabemos, EEUU a congelado los activos de muchas de las figuras clave del Partido de Unidad Socialista (PSUV) de Venezuela.
Así que, una criptomoneda funcional les daría la oportunidad de acceder a su dinero de nuevo.
Por lo tanto, una petro criptomoneda sólida resulta, para el gobierno, una preocupación urgente.
Lo diría el propio premio nobel de economía, Joseph Stiglitz, muy alabado en algún momento por el fallecido Hugo Chávez y su séquito económico: las criptomonedas son frecuentemente utilizadas para actividades como el lavado de dinero y la evasión fiscal.
¿Cómo un gobierno que tiene un historial de injusticia contra su población cambiará su cara por adherirse a la tendencia económica de moda?.