Por Andrés Tovar
12/06/2018
El drama de los niños migrantes muertos tuvo su «climax público» en 2015. Principalmente cuando una foto de un niño sirio encontrado muerto en una playa de Turquía después de intentar llegar a Grecia fue noticia en todo el mundo. Desde entonces, la cuenta de los niños migrantes muertos se ha incrementado. Pero la verdadera escala de estas tragedias se desconoce debido a la falta de datos.
Hoy, cuando España da un paso al frente ordenando el apoyo a una embarcación con más de 600 migrantes -entre ellos decenas de niños-, ponemos la lupa en uno de los mayores dramas de la migración en el mediterráneo. Desde que la OIM, la Agencia de las Naciones Unidas para la Migración, comenzó a recopilar datos en 2014 a través del Proyecto de Migrantes Desaparecidos (Missing Migrants Project), se han registrado más de 1.200 niños migrantes muertos. Y de ellos, casi la mitad perecieron al intentar cruzar el Mediterráneo. Esta cifra representa menos del 5% del número total de muertes de migrantes registradas durante este período por la OIM.
Es probable que la cifra real sea mucho más alta. En primer lugar porque aproximadamente el 12.5 por ciento de todos los migrantes son menores de 18 años. Asimismo, la cantidad de niños que migran alrededor del mundo ha aumentado en los últimos años. Por ejemplo, aproximadamente una cuarta parte de los aproximadamente un millón de inmigrantes que llegaron por mar a Italia y Grecia en 2017 eran niños. Y en el caso de Italia, el 72% no estaban acompañados.
Niños migrantes muertos: datos de dolor
Según datos de UNICEF, unos 28 millones de niños han sido expulsados de países en conflicto. En muchos casos, los niños y las familias que no cuentan con vías de migración suficientemente seguras y regulares no tienen otra opción que recurrir a contrabandistas, traficantes y rutas informales peligrosas que ponen su seguridad en un riesgo tremendo.
Precisamente, la peligrosa ruta del Mediterráneo central es un ejemplo de ello. Solo en 2017, casi 15 mil niños no acompañados llegaron a Italia por mar. Sus viajes fueron generalmente «facilitados» por traficantes. UNICEF estima que más de 400 niños murieron el año pasado intentando este viaje. Mientras que miles sufrieron -y siguen sufriendo- abusos, explotación, esclavitud y detenciones mientras transitaban por Libia.
Estos datos están recopilados en «Un viaje mortal para los niños: la ruta migratoria del Mediterráneo central«. Un informe de UNICEF que ofrece una visión en profundidad de los riesgos extremos que enfrentan los niños refugiados y migrantes mientras realizan el peligroso viaje desde el África subsahariana a Libia y cruzando el mar hacia Italia.
El documento presenta datos escalofriantes:
- Tres cuartas partes de los niños refugiados y migrantes entrevistados como parte de una encuesta dijeron que habían experimentado violencia, acoso o agresión a manos de adultos en algún momento durante el transcurso de su viaje.
- Casi la mitad de las mujeres y niños entrevistados reportaron abuso sexual durante la migración, a menudo varias veces y en múltiples lugares.
Las víctimas desconocidas
Uno de los mayores retos reconocidos por UNICEF, OIM, ACNUR, Eurostat y la OCDE es la falta de datos esenciales para comprender cómo la migración afecta a los niños y sus familias. En consecuencia, para diseñar políticas y programas que satisfagan sus necesidades. Principalmente porque los datos sobre niños que se desplazan irregularmente a través de las fronteras y aquellos que han desaparecido o perdido la vida durante sus viajes migratorios son particularmente escasos.
De las 1.202 muertes de niños migrantes muertos registrados por el Proyecto de Migrantes desaparecidos, su edad se proporciona en solo el 21% de los casos. A menudo, las fuentes solo mencionarán que la persona fallecida es un «niño» o un «bebé». Por ende, significa que es difícil evaluar qué niños migrantes son más vulnerables. De los niños cuya edad se proporcionó, el promedio fue de solo 8 años en el momento de su muerte. Cincuenta y ocho de estos niños eran bebés menores de 1 año. Y 67 tenían entre 1 y 5 años.
Aunque la escasez de datos sobre niños migrantes significa que es imposible decir qué ruta migratoria es más peligrosa para los niños, los datos disponibles indican que cruzar el Mediterráneo, especialmente desde Turquía a Grecia, es particularmente mortal. Al menos 396 migrantes menores de 18 años murieron mientras cruzaban el Mediterráneo oriental desde 2014, con otros 164 registrados en la ruta del Mediterráneo central y 16 en la ruta del Mediterráneo occidental.
Más allá del mar
El drama de los niños migrantes muertos va más allá del Mediterráneo. En todo el mundo, el Proyecto de Migrantes Desaparecidos ha registrado la muerte de 137 niños que migran en África. Veinte en la frontera entre Estados Unidos y México. Y 18 en tierra en Europa. Con mucho, la mayoría de las muertes se debieron a ahogamiento. 681 niños se perdieron al cruzar el mar, la mayoría específicamente en el Mediterráneo. Sesenta y ocho niños murieron debido a accidentes de vehículos o asfixia durante el transporte vehicular. 50 debido a la exposición a ambientes hostiles durante sus viajes. 35 como resultado de la violencia. Y 23 debido a enfermedad y falta de acceso a medicamentos.
Aproximadamente 803 de los niños registrados provenían originalmente de Asia, incluido el Medio Oriente, mientras que otros 171 de los fallecidos provenían de naciones africanas. Sesenta y uno eran de las Américas, mientras que el origen de los 167 niños restantes no se pudo determinar.
Recopilar más y mejores datos de calidad sobre los niños migrantes es extremadamente importante en un momento en que los Estados están discutiendo la mejor forma de lograr una migración más ordenada y segura. Asimismo, para el objetivo de la inclusión de la migración y la edad en la Agenda Global para el Desarrollo Sostenible de 2030. De acuerdo con esta agenda, los Estados han acordado trabajar para promover una migración segura, ordenada y regular, y para poner fin a la muerte infantil prevenible.
Mientras tanto las dudas están en el aire. La verdad es que la cantidad de niños que mueren durante la migración es mucho más alta de lo que sabemos. Obtener mejores datos podría ayudar a reducir tales tragedias en el futuro. Y así ayudar a las familias a identificar a sus seres queridos.