Los diálogos de paz del gobierno colombiano con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la mayor guerrilla activa del país cafetero, sufren un nuevo revés luego de que el grupo armado no aceptara las condiciones impuestas por el presidente Iván Duque para reanudar las negociaciones.
«Al desconocer ustedes los acuerdos hechos con el Estado y colocar unilateralmente, condiciones inaceptables, éste Gobierno está cerrando esta mesa, acabando el proceso de diálogos y los esfuerzos hechos desde hace varios años por el ELN, la sociedad, el anterior Gobierno y la comunidad internacional», dijo el grupo rebelde este lunes en un comunicado.
Este fin de semana, Duque mantuvo su exigencia de que el grupo guerrillero libere a las personas privadas de la libertad y suspenda unilateralmente sus hostilidades como condición para seguir los diálogos de paz que inició su antecesor Juan Manuel Santos.
Además, exige al ELN disposición para ubicar a sus combatientes en una zona geográfica específica con supervisión internacional, entregar las armas e iniciar un proceso de reincorporación a la sociedad.
El grupo rebelde conformado por unos 2.000 combatientes, afirmó que la paz no se puede reducir a «un simple sometimiento de las fuerzas insurgentes, para desmovilizarlas, desarmarlas y reincorporarlas».
El alto comisionado para la paz, Miguel Ceballos, dijo a la radio local que el gobierno tiene voluntad de avanzar en la búsqueda de la paz, pero no puede aceptar la violencia como un mecanismo de presión.
En suspenso
Esta situación vuelve a poner en suspenso el proceso de paz con el ELN, iniciado por el anterior presidente Juan Manuel Santos, para ponerle punto y final a un conflicto que lleva más de medio siglo. El ELN, fundado por sacerdotes católicos radicales, mantiene una confrontación con las fuerzas del Estado, realizando ataques a militares, a la infraestructura económica, además de secuestros y extorsiones a civiles.
Sin embargo, el grupo armado liberó la semana pasada a tres soldados secuestrados en agosto en el departamento de Arauca, en la frontera con Venezuela. Asimismo, ratificó sus disposición de liberar cuatro efectivos de las Fuerzas Armadas y a dos civiles capturados en el selvático departamento del Chocó.
Uno de sus portavoces, conocido como comandante Uriel, aseguró a través de Twitter que habrá nuevas liberaciones «a pesar de las declaraciones de Iván Duque». Sin embargo, el ELN aseguró que aún no ha hecho las liberaciones porque las operaciones militares ponen en riesgo la entrega de los rehenes.
El conflicto armado de más de medio siglo con las FARC, el ELN y los escuadrones paramilitares ha dejado alrededor de 260.000 muertos y unos seis millones de desplazados. Si bien la intensidad del conflicto bajó con el acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC, aún hay presencia del ELN y de bandas criminales en varias regiones del país.
Una ruptura del diálogo de paz entre el gobierno y el ELN podría provocar un incremento de los ataques del grupo rebelde a la infraestructura económica del país, principalmente a los oleoductos, así como un aumento de la ofensiva militar contra esa guerrilla, según fuentes de seguridad y analistas.
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