El Aquarius abandona sus operaciones de rescate, según informaron este viernes las ONGs Médicos Sin Fronteras y SOS Mediterranée, lo que supone la retirada del último barco de rescate de refugiados que trabajaba en el mar Mediterráneo.
«Este es un día triste», dijo Nelke Mander, directora general de Médicos Sin Fronteras, en un comunicado. «El final de nuestras operaciones a bordo del Aquarius significará más muertes en el mar, muertes que son evitables, y sin testigos».
El #Aquarius se ve forzado a concluir sus operaciones de salvamento en el #Mediterráneo central. El fin de la misión es el resultado de una campaña del Gobierno italiano, respaldada por estados de la #UE, contra las operaciones de búsqueda y rescate. https://t.co/i9JlznOeeY pic.twitter.com/ME2Ywt8iUt
— Médicos Sin Fronteras (@MSF_Espana) December 7, 2018
“Este es el resultado de una campaña encabezada por el Gobierno italiano y respaldada por otros estados europeos, para deslegitimar, desacreditar y obstaculizar a las organizaciones que brindan asistencia a las personas en peligro”, señaló Mander.
Para Mander, esta campaña junto a las “dañinas políticas externas concebidas por la Unión Europea (UE) en materia de migración, ha socavado el derecho internacional y los principios humanitarios” han dejado “sin opción” a MSF y SOS Méditerranée, que deben poner fin a las operaciones del Aquarius.
Presión desde Italia
El Aquarius ha permanecido amarrado en Marsella desde el 4 de octubre, después de transferir a 58 migrantes a Malta durante su última misión debido a que Gibraltar y Panamá le retiraran la bandera este verano y que un juez italiano abriera una investigación contra ellos por la gestión de las basuras a bordo, acusaciones que ambas ONG rechazan de plano.
El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha cerrado en repetidas ocasiones los puertos italianos al buque, lo que le obligó a navegar durante días con decenas de migrantes rescatados a bordo para encontrar un puerto en otros países. También ha dicho que los barcos de rescate como el Aquarius alientan a la gente a echarse al mar para llegar a las costas europeas.
En los últimos tres años, Europa ha recibido la mayor afluencia migratoria durante décadas, en muchos casos de personas que huyen de los conflictos y la pobreza en el Oriente Próximo y África. Médicos Sin Fronteras estima que 2.133 personas murieron al intentar cruzar el Mediterráneo en 2018, principalmente desde Libia.
Una oportunidad para 2019
Las llegadas por mar han disminuido drásticamente, pero aún resuenan las consecuencias políticas de la crisis migratoria de 2015. Desde el inicio de sus operaciones en 2016, el barco ha rescatado a casi 30.000 personas en aguas internacionales frente a Libia, Malta e Italia.
El Aquarius comenzó a sentir presión por parte de la UE, después que la misma reforzó a la Guardia Costera de Libia y se delegaba en ella pese a que el país no es, según la ONU, un puerto seguro. Según MSF, en este 2018, unos 14.000 migrantes en ruta a Europa han sido interceptados por los libios y sistemáticamente encarcelados en centros de detención en terribles condiciones.
La UE ha agravado el sufrimiento al permitir que los guardacostas libios intercepten en el #Mediterráneo a más de 14.000 personas en lo que llevamos año y las devuelvan a #Libia a la fuerza. Esto supone una clara violación del derecho internacional. #MSF https://t.co/i9JlznOeeY pic.twitter.com/3lIUlU7jAn
— Médicos Sin Fronteras (@MSF_Espana) December 7, 2018
Aunque algunos países, como España y Francia han intentado pactar un sistema estable para repartir a los rescatados entre países, una demanda reiterada de la ONU y las ONG, no se ha podido llegar a un acuerdo. Incluso, cada vez más, se hace complicado coordinar los esfuerzos para los rescates, como sucedió con Nuestra Señora de Loreto.
Sin embargo, a pesar del cese de operaciones de Aquarius, SOS Mediterranée asegura que “sigue plenamente comprometida a ayudar a salvar vidas y se prepara para retomar las actividades de rastreo y rescate a principios de 2019”, tal como ha recalcado en una nota. SOS busca un armador y una bandera que le permitan fletar un nuevo buque y regresar a aguas internacionales frente a Libia.
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