Andrés Tovar | Luis Roberto Martínez
08/05/2018
Cada 8 de mayo, el Día Mundial de la Cruz Roja conmemora el sueño del banquero suizo Henry Dunant de ayudar a los guerreros caídos. Y en 2018 la motivación no es distinta. Mientras conmemoramos el día, los pueblos de Siria, Palestina, Cachemira, Yemen, Libia, Afganistán y Myanmar se enfrentan a los actos de las fuerzas en el poder. Y su población inocente e indigente en zonas de conflicto mira angustiada en el horizonte al sueño de Dunant como «un salvador» en puerta.
Con ese espíritu, los símbolos de sanación no sólo están ofreciendo asistencia médica en las zonas en conflicto. También están ofreciendo ayuda y educación humanitaria en diferentes órdenes. El Día Mundial de la Cruz Roja 2018 celebra la labor en Zimbabwe. Allí capacitan a granjeros en el cultivo de cerraduras, un sistema agrícola que permite que los cultivos soporten condiciones difíciles como sequías o inundaciones. También celebra la labor en Bangladesh. Allí proporcionan a las mujeres y niñas antorchas solares, ropa culturalmente sensible y artículos de higiene para evitar el aislamiento, incluso durante la menstruación.
Asimismo, celebra las labores en Costa Rica. Allá entrenan mascotas de salvamento para rescatar a personas de estructuras derrumbadas o deslizamientos de tierra. Y rinde honor a su labor en Siria. Después de múltiples intentos, 46 convoyes de camiones, que llevan miles de paquetes de alimentos y suministros médicos, finalmente se abrieron paso en civiles en Ghouta Oriental. Y también en Gaza. Allá apoyan la compensación de los cortes de energía. Y lo hacen proporcionando a las personas baterías portátiles para cargar sus teléfonos y luces de emergencia.
Un Día Mundial de la Cruz Roja lleno de retos por venir
Todas son historias de innovación y originalidad. Pero que también muestran cuánto está trabajando el Movimiento de la Cruz Roja y la Media Luna Roja para poner a las personas en el centro de la acción humanitaria. No obstante, no son pocos los retos para la organización. El primero es el financiamiento. El CICR necesita más de 21 mil millones de euros para cubrir los costos de sus operaciones en 2018.
Y el segundo, su capacidad de acción en los conflictos actuales. Las actividades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja se describen en cuatro Convenios de Ginebra y en los Protocolos adicionales I y II. Entre estos documentos, el protocolo adicional II es el más importante para las zonas de conflicto en el mundo actual. Principalmente porque refiere a los conflictos internos o una guerra civil en la que el gobierno de un país se encuentra enfrentado a las fuerzas rebeldes.
Sin embargo, la agitación dentro de estos conflictos han obstaculizado -y en muchos casos impedido deliberadamente- las actividades propias del organismo, garantizadas en dichos convenios. Siria es el ejemplo más evidente en que la implementación de los protocolos de la Cruz Roja enfrenta grandes obstáculos. Los hombres, mujeres y niños inocentes son masacrados sin piedad por las fuerzas combatientes. Y la presencia física de las potencias mundiales sigue alimentando el fuego.
El legado de Dunant
Por consiguiente, hacer lo que hacen no es fácil. Hoy, en el Día Mundial de la Cruz Roja, el reconocimiento es a los trabajadores humanitarios están sujetos a más amenazas y ataques que nunca antes. Cada año, trágicamente, se pierde personal y voluntarios de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. Dejando espacios vacíos y palabras de gratitud que nunca podrán escuchar. Pero siguen allí. Trabajando con personas que enfrentan los peores momentos de sus vidas sin más armas que su conocimiento y su disposición a cumplir el legado de Dunant. Una acción humanitaria neutral, independiente e imparcial.