Por Andrés Tovar
12/04/2018
Los líderes del Hemisferio Occidental se reúnen desde este viernes en Lima en la Cumbre de las Américas 2018. Una reunión que probablemente carezca del tono optimista de las reuniones anteriores. Las cumbres pasadas estuvieron llenas de ambición y la sensación de que los líderes reunidos podrían marcar el comienzo de una nueva era de cooperación en la región. Ahora con algunas excepciones, varios de sus jefes de Estado que asistirán están de salida. Otros están luchando con bajas calificaciones de aprobación. Y otros lejos de lo que puede llamarse un mandato democrático.
La Cumbre de las Américas 2018 enfrenta varios desafíos para llegar a acuerdos sustantivos. Por un lado, varios presidentes no asistirán, incluido Pedro Pablo Kuczynski. Se suponía que debía servir como anfitrión, pero tuvo que dimitir de la presidencia peruana en medio de un escándalo de corrupción pocas semanas antes del cónclave que, además, tiene como tema principal la lucha contra la corrupción. El venezolano Nicolás Maduro no ha sido invitado debido a sus planes de elecciones presidenciales sin garantías. Y el presidente de EEUU, Donald Trump, canceló a última hora, encomendando al vicepresidente Mike Pence en su lugar.
Las ausencias y cambios de las últimas horas parecieran dar la sensación de que esta cumbre ofrecerá poco en materia de sustancia y que no trascenderá de algunas anécdotas y titulares llamativos. No obstante, hay un punto que reviste un importante interés para toda la región. Nos referimos a la crisis venezolana. Tema que parece ser el llamado a tomar el protagonismo en esta edición.
Los retos de las cumbre de las Américas 2018
No es poco el reto que tiene el cónclave este año. El principal es hacerle justicia a su historia. En sus primeras reuniones, la promoción del libre mercado fue un tema dominante. Pero después de la elección de Hugo Chávez en Venezuela en 1998, esa agenda se desvió. En los últimos años, a medida que los líderes de América Latina presionaron para que se incluyera a la Cuba no democrática en la reunión, la promoción de la democracia representativa también quedó relegada a un segundo plano. Aunque la agenda oficial continuará promoviendo el libre comercio y la democracia, ambos son ahora puntos de discusión menos populares en la región que hace 20 años.
Otro de los grandes retos es precisamente el que articula el tema central de la Cumbre de las Américas 2018. Los nuevos escándalos de corrupción en la región sugieren que muchas prácticas de vieja data permanecen obstinadamente en su lugar. Con algunas excepciones, los gobiernos de América Latina no han instituido reformas que reduzcan significativamente las oportunidades o los incentivos para el soborno. Ante el continuo escándalo y la disfunción, algunos ciudadanos están cada vez más desilusionados no solo con sus políticos, sino también con la democracia. Especialmente relevante, la cumbre llega marcada por los vientos del Caso Lava Jato de Odebretch. Por consiguiente, lograr mecanismos de articulación entre los países debe ser un objetivo que debe mostrar al menos un plan de trabajo al finalizar el encuentro.
La agenda de la Cumbre de las Américas 2018
Pero sin duda, el tema Venezuela reúne el interés del foro continental. El escenario es el propicio para que los líderes latinoamericanos desafíen la impunidad de Maduro y restablecer la estabilidad y la seguridad regionales. Dado que la respuesta extremadamente débil de América Latina a la crisis venezolana solo ha perpetuado el sufrimiento, la cumbre debe tomar medidas audaces y decisivas contra la corrupta y peligrosa dictadura de Maduro. Mike Pence trae bajo el brazo algunas solicitudes del Congreso estadounidense. Y en Perú, organizaciones como el grupo IDEA ya manifestaron sus objetivos. Todo el continente, y el mundo, estará atento a la recepción de dichas medidas en el encuentro.
Las actividades del foro internacional tendrán lugar en el Gran Teatro Nacional, donde se llevará a cabo la ceremonia inaugural este viernes, así como en el Ministerio de Cultura y el Centro de Convenciones de Lima, este último con un aforo de 9.950 personas. La sesión plenaria de la Cumbre será el sábado 14, a partir de las 09:00 de la mañana, hora local. Cada mandatario tendrá, según se estableció en el programa, seis minutos para emitir sus declaraciones.