Por Andrés Tovar
03/09/2017
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Han pasado dos años desde que una foto de un niño sirio ahogado, Aylan Kurdi, sacudió al mundo.
La imagen de la muerte de Kurdi trajo la horrible realidad de la crisis de refugiados a la vanguardia de las noticias del mundo, e incluso llevó a algunos gobiernos a «suavizar» su postura hacia este drama. Sin embargo, la Agencia de Refugiados de la ONU (ACNUR) insiste en que la comunidad internacional no está haciendo lo suficiente para evitar más muertes de refugiados.
Desde que surgió la foto, al menos 8.500 migrantes han muerto o desaparecido mientras intentaban viajar a Europa a través del Mediterráneo.
Se estima que 4.337 personas murieron al intentar llegar a las costas europeas desde septiembre de 2016, según el ACNUR. Unas 4.185 personas murieron a partir de septiembre de 2015 hasta finales de agosto de 2016. Los inmigrantes trataron de llegar a Europa a través de tres rutas principales: de Libia a Italia, de Turquía a Grecia como Alan Kurdi o de Marruecos a España.
Estas muertes se han producido a pesar de una fuerte reducción del número de inmigrantes que realizan peligrosas travesías marítimas para llegar a Europa. Esta disminución se debió en gran parte al polémico acuerdo UE-Turquía y a una política fronteriza más estricta (donde se construyeron varias vallas para mantener a los migrantes fuera).
El acuerdo, que ha sido criticado por grupos de derechos humanos, prevé que Turquía reciba hasta 6.000 millones de euros (6.800 millones de dólares) en ayuda, viajes sin visado a Europa para ciudadanos turcos y renovación de las negociaciones de adhesión a la UE, los que cruzan a Grecia.
Condenados al peligro
Las políticas europeas de poner cercas y muros han desviado en gran medida a los migrantes de una frontera a otra, según los grupos de derechos humanos. Sólo en los dos últimos años, Hungría, Austria, Eslovenia, Macedonia, Bulgaria y Noruega iniciaron la construcción de vallas y muros. Los expertos sugieren que esto ha dado lugar a la migración irregular de las fronteras terrestres a las travesías marítimas mucho más peligrosas.
De los más de 120 mil migrantes que llegaron a Europa por mar hasta ahora este año, el 82% viajó a Italia desde Libia. El viaje, donde se ha producido la gran mayoría de las muertes, ha sido descrito como una de las rutas más peligrosas hacia Europa.
Según el ACNUR, muchos niños migrantes realizaron este peligroso viaje marítimo solo a Europa. En los primeros siete meses de 2017, el 92% de los 13.700 niños que llegaron a Italia por mar lo hicieron sin acompañamiento.