Las condiciones climáticas extremas y las gradas vacías han ocasionado que tanto la prensa como numerosos atletas hayan calificado al Mundial de Atletismo de Doha como un desastre. Los primeros tres días del campeonato han estado marcado por el retiro de muchos participantes, quienes han tenido que enfrentar una temperatura de más de 35° y una humedad por encima del 80%.
El maratón femenino abrió el torneo el viernes a las 12 de la madrugada: solo lo terminaron 40 atletas de las 68 que lo iniciaron. El primer lugar fue para la keniana Ruth Chepngetich, que completó la prueba en 2h 32m 43s, el tiempo más lento de la historia de los Mundiales. Chepngetich posee la tercera mejor marca de la historia: las 2h 17m 8s que consiguió en Dubái en enero pasado.
Fue un ejercicio de supervivencia, así lo relata Lyndsay Tessier, que llegó en novena posición. “Ves a alguien que se desmaya durante el trayecto y es extremadamente aterrador. Esa podrías ser tú en el siguiente kilómetro, en los próximos 500 metros. Fue muy intimidante y desalentador. Estoy realmente agradecida de haber terminado de pie”, dijo la canadiense.
“Una falta de respeto”
Después de todo, a pesar del dinero y la construcción de modernos rascacielos, Doha sigue siendo un desierto. “Ha sido una falta de respeto para las deportistas. Un puñado de dirigentes se reunieron y decidieron traer aquí los campeonatos, pero ellos están sentados con aire acondicionado y seguro que ahora ya están dormidos«, apuntó la bielorrusa Volha Mazuronak tras la prueba.
El podio lo completaron la bahreiní Rose Chelimo y la namibia Helalia Johannes. Mientras que la española Marta Galimany terminó 16ª (2h 47m 45s), un puesto inesperado, una alegría en una noche dramática, posible gracias a la gran preparación de la federación española.
A pesar de los desfallecimientos, la Federación Internacional de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) defendió su decisión de llevar a cabo el maratón femenino. El organismo aseguró que la carrera terminó sin ningún caso de choque de calor “a pesar de las condiciones desafiantes para los eventos de resistencia”.
Asimismo, la IAAF señaló que las 28 atletas retiradas es una cifra “comparable con lo que sucedió en los campeonatos de Tokyo (1991) y Moscú (2013). Treinta atletas visitaron el centro médico como precaución. Un pequeño número estuvo bajo observación y una atleta fue mandada al hospital pero se le dio de alta más tarde”, informó.
Aire acondicionado para el estadio
El drama se prolongó el sábado durante los 50 kilómetros marcha, los que se disputaron a 31° y 75% de humedad, condiciones todavía al límite de lo considerado seguro. El francés Yohann Diniz, quien era el poseedor del título, fue uno de los 10 atletas que tuvo que retirarse de la prueba. El galo, plusmarquista mundial (3:32:33) desde 2014, abandonó tras una hora y veinte minutos de carrera, tras haber recorrido unos 15 kilómetros del recorrido.“Estoy extremadamente molesto. Si se hiciera en el estadio, tendríamos condiciones normales pero afuera nos han puesto en un horno. Es imposible”, se quejó.
Se refería a que en el estadio Khalifa, donde se realizan las carreras y que es a techo abierto, se instalaron hasta 500 boquillas de aire acondicionado para rebajar la temperatura hasta los 25°. Sin embargo, las pruebas largas como los maratones y las caminatas rápidas se realizan afuera lo que ha causado muchas frustraciones.
Finalmente, los 50 kilómetros marcha fueron para el japonés Yusuke Suzuki, que necesitó 4 horas, 4 minutos y 20 segundos para vencer. Nunca en la historia de la prueba en los Mundiales el ganador había necesitado más de cuatro horas. En esa misma prueba, el español Jesús Ángel García Bragado fue octavo con 4h11:28, lo que le permite ir a los Juegos Olímpicos de Tokio.
«Ha sido muy duro», reconoció. «Si hora y media en la cámara de calor y humedad era muy duro, imaginaros aquí cuatro horas. Pero al final de la prueba me he encontrado bien”, dijo, aunque insistió en las duras condiciones en las que se está disputando este Mundial de Atletismo. «Lo que hemos pasado aquí no es comparable a ninguna otra competición”, reiteró.
Corrupción y sillas vacías
El francés Kevin Mayer, estrella del decatlón, fue uno de los que más fuerte cargó contra la IAAF. “Todos podemos ver que es un desastre. No hay nadie en las gradas y el calor no ha sido adaptado para nada”, declaró para L’Equipe. “Hubo 30 retiros en el maratón de mujeres. Es triste”, agregó.
La elección de Doha como sede del Mundial de Atletismo se realizó en el 2014. La capital qatarí superó a Barcelona y Eugene. Fue una decisión controvertida en la que se señaló un posible soborno del Emir Hamad al Zani al entonces presidente de la IAAF, Lamine Diack. El senegalés y su hijo, Papa Massata Diack, están esperando un juicio en Francia por corrupción y blanqueo de capitales.
Lo cierto es que, sea como sea, el atletismo no pinta nada en Qatar y el estadio Khalifa, con capacidad para 45.000 personas, ha estado virtualmente vacío durante las pruebas. Según el diario inglés The Guardian, solo se lograron vender 50.000 entradas para diez días. Ni siquiera las pruebas de 100 metros planos, las más populares, han congregado a suficiente gente. Apenas a unas 9.000 personas aproximadamente. Entre ellas, en el palco VIP de unas 500 butacas. se encontraba el actual presidente de la IAAF, Sebastian Coe, que no se ha pronunciado hasta ahora.
Fraser-Pryce hace historia
Y con gradas vacías, la jamaiquina Shelly-Ann Fraser-Pryce ganó el domingo la carrera de 100 metros en Doha para convertirse en la primera atleta, mujer u hombre, en llegar a cuatro medallas de oro en esa distancia en un Mundial de Atletismo.
Fraser-Pryce, quien regresó a las pistas el año pasado después de dar a luz a un hijo, se impuso con una marca de 10,71 segundos, seguida por la británica Dina Asher-Smith con 10,83. Con este oro, la atleta de 32 años superó a su compatriota Usain Bolt y a los estadounidenses Carl Lewis y Maurice Greene, que tenían tres preseas doradas en citas planetarias.
Además de sus cuatro títulos mundiales, la jamaiquina también consiguió medallas olímpicas en 2008 y 2012. Asimismo, es la atleta con más medallas en los Mundiales, también superando a Bolt, con 12. “Esto es muy especial, que lo vea mi hijo significa todo para mí. Ha sido un año muy loco”, declaró después de su victoria.
Por su parte, en los 100 metros masculinos, el estadounidense Christian Coleman se quedó el sábado con el título al imponerse en la final de Doha con marca de 9,76 segundos, la sexta mejor de todos los tiempos. De esta manera, Coleman superó lo hecho hace dos años en Londres, cuando cruzó la meta detrás de Justin Gatlin.
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