La reciente cumbre climática en Egipto acordó mantener en el horizonte de los 200 países firmantes de la declaración final, la meta del 1,5ºC de calentamiento global. Pero quedó corta con el compromiso de reducir los combustibles fósiles, propulsores de gases contaminantes y aumentos de la temperatura. A pesar de un planteamiento de un grupo de países, ciudades y ONG que están pidiendo un tratado de no proliferación de combustibles fósiles, se planean nuevos proyectos de petróleo y gas.
Los grandes gigantes del petróleo y gas hacen oídos sordos. De hecho, dentro de los próximos años, multinacionales como Qatar Energy, Gazprom, Saudi Aramco, ExxonMobil, Petrobras, Turkmengaz, TotalEnergies, Chevron y Shell prevén abrir nuevos sitios de producción de petróleo y gas. Estos proyectos por sí solos podrían ejercer presión sobre el presupuesto de carbono disponible para limitar los efectos del calentamiento global.
La ONG estadounidense Oil Change International reveló en la COP27 los nuevos proyectos de combustibles fósiles. Manifestó que entre los aprobados o en proceso de aprobación entre 2022 y 2025 podrían provocar la emisión de 70.000 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Durante el curso de su funcionamiento. Solo los proyectos aprobados en 2022 son responsables de 11 mil millones de toneladas de CO2, el equivalente a las emisiones anuales de China.
Uno de los proyectos a los que apunta la ONG es el megaproyecto de extracción de petróleo de TotalEnergies en Uganda, que estará operativo en 2025. La empresa francesa planea perforar 400 pozos y exportar el petróleo a través del enorme oleoducto EACOP. Estos dos proyectos combinados serán responsables de emitir más de 34 millones de toneladas de CO2 por año, detalló el informe presentado en la COP27.
Anuncian nuevos proyectos de petróleo en la propia COP27
Los científicos insisten en que la única forma en que lograremos la neutralidad de carbono para 2050, es alejándonos de la dependencia del petróleo, el gas y el carbón. «Alrededor del 90% de las emisiones de CO2 emitidas por los humanos están relacionadas con los combustibles fósiles», dijo Jean-Marie Bréon. Climatólogo del Laboratorio de Ciencias Ambientales y del Clima. El 10% restante está vinculado a la deforestación, reseñó France24.
Según el último informe del IPCC, para evitar que las temperaturas globales superen la fatídica marca de 1,5 °C, se debe reducir el consumo de carbón en 95 %. De petróleo en 60 % y gas en 45 % para 2050, en comparación con los niveles de 2019. En 2021, la Agencia Internacional de Energía pidió el cese inmediato de la inversión en nuevos proyectos de petróleo y gas. Desde entonces, muchas instituciones, encabezadas por la ONU, han reiterado periódicamente estas instrucciones.
Bréon consideró que «desafortunadamente, los combustibles fósiles aún representan el 80% de la combinación energética mundial en la actualidad. No estamos acelerando con éxito la transición energética. Y cada nuevo proyecto de combustibles fósiles nos desvía más del rumbo».
El director ejecutivo de TotalEnergies confió estar de acuerdo con la AIE en el objetivo para 2050. “Pero nuestro mundo vive de combustibles fósiles, y creer que vamos a cambiar el sistema de la noche a la mañana no funciona». Patrick Pouyanné señaló en la COP27 que «si dejáramos de construir nuevos campos de petróleo y gas, habría una disminución natural en la producción de 4 o 5% por año. Pero la demanda de energía no está disminuyendo en un 4 o 5%. Entonces, si dejáramos de hacer nuestro trabajo, no habría suficiente producción, los precios seguirían subiendo y todos estarían enojados».
Bombas de carbono regadas por el mundo
Una de las críticas que se hizo a la cumbre del clima fue la alta presencia de petroleras, asesores, y cabilderos en las negociaciones. Algunos analistas aseguran que obstaculizaron mayores ambiciones.
“Los científicos del clima nos dicen que solo nos quedan tres años para revertir la tendencia. Así que tenemos que actuar ahora”, comentó Lucie Pinson. Directora de la ONG Reclaim Finance y ganadora del Premio Ambiental Goldman, el llamado Premio Nobel para Ecología. «Sabemos que usar todas las reservas de combustibles fósiles que ya están en producción nos llevaría a más de 1,5 °C de calentamiento. No solo no se deben construir nuevos proyectos de petróleo, gas y carbón, sino que también debemos comenzar a eliminar los sitios existentes».
Pinson indicó que el principal objetivo es evitar que se implementen nuevas “bombas de carbono”. El término «bombas de carbono», acuñado por un equipo de científicos en un estudio publicado en mayo de 2021, se refiere a los proyectos de extracción de combustibles fósiles más grandes del mundo. «Todas estas son infraestructuras de carbón, petróleo y gas que podrían emitir más de mil millones de toneladas de CO2 durante su vida útil», señaló Kjell Kühne, autor principal del estudio.
Kühne y su equipo identificaron un total de 425 «bombas de carbono» en 48 países: 195 proyectos de petróleo y gas y 230 minas de carbón. Los siguientes países tienen más de 10: China, Rusia, EE UU, Irán, Arabia Saudí, Australia, India, Qatar, Canadá e Irak.
«Nos están conduciendo por sí solos hacia un desastre climático», dice. «Estos incluyen enormes proyectos de minería de carbón en China, proyectos de arenas bituminosas en Canadá. El Red Hill en Australia, las minas Hambach y Garzweiler en Alemania y el proyecto EACOP en África Oriental”, confió.
Un tratado de no proliferación de combustibles fósiles
Desde hace varios años, los ambientalistas han intensificado sus esfuerzos para detener las inversiones en nuevos proyectos de petróleo y gas con manifestaciones y el empleo de acciones legales. Reclaim Finance, junto con otras ONG, dio el primer paso para presentar una demanda contra BNP Paribas a finales de octubre de 2022. Notificaron al principal banco francés, accionista de TotalEnergies, que dejara de financiar el desarrollo de combustibles fósiles.
En junio de 2022, jóvenes europeos presentaron una denuncia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos contra 12 países. Entre ellos el Reino Unido, Suiza, Francia, Países Bajos, Alemania, Austria. Así como Grecia, Bélgica, Chipre, Dinamarca, Luxemburgo y Suecia que firmaron el Tratado sobre la Carta de la Energía. Que se considera demasiado indulgente con los combustibles fósiles.
Ante la urgencia de la situación, otras voces en la COP 27 llamaron a establecer un tratado de no proliferación de combustibles fósiles.
«Lanzada en 2020, la idea ahora cuenta con el apoyo del Parlamento Europeo, la OMS, alrededor de 70 ciudades, incluidas París, Londres, Lima y Calcuta. 100 ganadores del Premio Nobel, 3.000 científicos y 1.800 organizaciones de la sociedad civil», afirmó Alex Rafalowicz, director de la iniciativa. Hasta ahora, solo el Estado de Vanuatu había dado su apoyo oficial. A principios de noviembre se le unió Tuvalu, el primer estado que se pronunció sobre el tema durante las negociaciones climáticas oficiales.
Este tratado, basado en el mismo modelo que el Tratado de No Proliferación Nuclear y que Rafalowicz espera ver redactado en los próximos dos años, pretende complementar los acuerdos de París. El texto de referencia, firmado en 2015, no menciona los combustibles fósiles.
Dos corrientes enfrentadas
“El tema no se discutió claramente hasta la COP 26 del año pasado”, recordó Rafalowicz. «Hasta entonces, solo hablábamos de reducir las emisiones de CO2 y desarrollar energías renovables. Sin señalar realmente la causa principal del calentamiento global». De hecho, las naciones participantes se comprometieron oficialmente a reducir su uso de carbón por primera vez en la COP26 en Glasgow.
El líder de la iniciativa confió en que «el objetivo es detener la expansión y construcción de nueva infraestructura de combustibles fósiles. Y luego reducir gradualmente la producción. Pero, por supuesto, esto debe hacerse de manera equitativa. Los países más desarrollados deben ayudar a los más vulnerables. La energía debe estar disponible para todos”.
Además de este tratado, varios estados en la COP26 formaron una coalición «Más allá del petróleo y el gas» (BOGA) para promover la transición lejos de los combustibles fósiles. Pero un año después, la alianza, que está copresidida por Dinamarca y Costa Rica e incluye a Francia, está luchando por reclutar miembros. Fiyi y Chile son los únicos que se han unido como países «amigos», mientras que el estado de Washington, ahora es miembro de pleno derecho.
En el contexto de la crisis energética ligada a la guerra de Ucrania, que ha llevado a algunos países a volver al carbón y al gas, el tema parece más espinoso que nunca. No menos de 636 cabilderos de la industria de los combustibles fósiles estuvieron en la COP27 en Sharm-el-Sheikh, lo que representa un aumento de más del 25% en comparación con el año pasado. Las ONG ven esto como una señal de que la Conferencia sobre el Clima también puede haber sido utilizada como fachada para algunos contratos de gas.
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