En Islandia, en octubre, se llamó a todas las mujeres y personas no binarias a no presentarse en sus puestos de trabajo para exigir el fin de la brecha salarial entre hombres y mujeres. En los centros educativos, comercios y entidades bancarias faltó personal. Hubo cierres y retrasos en toda esta isla volcánica. Fue un día de huelga para exigir el fin de la desigualdad en los salarios y la violencia de género.
La primera ministra Katrin Jakobsdóttir se sumó. No fue a trabajar para apoyar la huelga denominada “kvennaverkfall”, en islandés. Otras mujeres de su gabinete siguieron su ejemplo.
La huelga mostró el rostro del país sin las mujeres trabajadoras. Demoras en el transporte público, el cierre de las famosas piscinas de aguas termales, falta de personal en los centros hospitalarios, restaurantes, hoteles y, sobre todo, en centros educativos. La tasa de escolarización es de 95,7% y más del 70% del personal que imparte clases son mujeres. Mientras los islandeses veían en la televisión programas presentados exclusivamente por hombres que describían un país semiparalizado por la huelga de mujeres.
País pionero en leyes por la equidad social
Islandia es un isla de poco más de 100.000 km y tiene una población de menos de 380.000 personas. A pesar de su pequeñez geográfica, es líder en exigir reivindicaciones laborales y en leyes que amparan a las mujeres en materia laboral y en su lucha por la erradicación de la violencia de género. Durante 14 años consecutivos ha sido considerado como el país con mayor igualdad de género por el Foro Económico Mundial.
La clasificación mide salarios, educación y la atención sanitaria entre otros factores de calidad de vida. Ningún país del planeta hay alcanzado la equidad plena en materia de brecha salarial, pero en Islandia se hizo la gran huelga para exigirla. Pagar menos a una mujer por el mismo trabajo que hace un hombre es desigualdad salarial. La desigualdad salarial entre hombres y mujeres en Islandia es ilegal, como en la mayoría de los países de Europa, pero no se cumple.
La desigualdad salarial no es lo mismo que la brecha de género
La brecha salarial de género es la diferencia existente entre los salarios percibidos por los trabajadores de ambos sexos, calculada sobre la base de la diferencia media entre los ingresos brutos y por hora de todo el personal. Se ha demostrado en múltiples estudios que los hombres reciben más dinero en comparación con sus pares femeninas. Que un hombre gane más que una mujer por hacer el mismo trabajo es desigualdad salarial y es ilegal.
Una alta brecha salarial de género dentro de una empresa puede deberse a diferentes factores, como que las mujeres ocupen menos puestos altamente remunerados o con poder de decisión dentro de las empresas, el número de mujeres empleadas sea menor al de hombres.
Las principales causas serían:
- Que les ofrezcan y se vean obligadas a aceptar trabajos peor remuneros.
- Que los contratos sean a tiempo parcial y en condiciones desventajosas.
- Que no tengas mayores oportunidades de crecer profesionalmentedentro dentro de las empresas.
Y la peor manera, considerar que su trabajo vale menos, «la autominusvaloración» agravado, en muchos casos, por abstenerse de pedir mejoras salariales por temor a perder el empleo siendo ellas, el sostén del hogar en solitario.
Recuerdan el primer paro 48 años después
La huelga se promovió como la más grande desde el 24 de octubre de 1975, cuando se hizo el primer paro laboral de este tipo en Islandia. Ese día 90% de las mujeres se negaron a trabajar, limpiar o cuidar a niños. Fue la manera de mostrar su indignación por las múltiples formas de discriminación en las empresas y demás lugares de trabajo. Incluso en sus hogares. Una variedad de sindicatos organizaron la huelga y llamaron a las mujeres y personas no binarias a negarse a realizar sus labores remuneradas y no remuneradas, incluidas las labores domésticas. Cerca de 90% de los trabajadores islandeses está sindicalizado.
La alta brecha en América Latina
En octubre de 2023, indica un informe de Statista Research Department, se conoció que Barbados es el país con el mejor índice de brecha en los ingresos del género femenino y masculino en América Latina y el Caribe, con una puntuación de 0,860. Guatemala obtuvo la peor puntuación de la región, con 0,458 puntos. Un índice donde 1 refleja una situación de total equidad en los ingresos estimados de ambos géneros, mientras que cero supone una situación de total inequidad.
En América Latina y el Caribe se lograron avances y mejoraron los puntajes generales de igualdad de género en unos 1,7 puntos porcentuales con respecto a 2022. De mantenerse la misma tendencia, se estima que América Latina y el Caribe necesitará 53 años para alcanzar la equidad salarial entre hombres y mujeres.
Sin embargo, aunque la brecha es importante, la CEPAL y la Organización Internacional del Trabajo señaló en un informe en 2019 que había aumentado la participación de las mujeres en casi todos los países del subcontinente en actividades remuneradas en los últimos 30 años, y a un ritmo superior al de otras regiones del mundo. No obstante, hay enormes diferencias entre países y la brecha salarial tiene porcentajes muy altos: 25,9%, en promedio.
El índice de la brecha salarial global de género presentado por el Foro Económico Mundial, que analiza la distribución de los recursos y oportunidades de forma ecuánime entre hombres y mujeres en los 142 países, indica que Islandia está en primer lugar y le siguen Finlandia y Noruega, entre los países con menores diferencias entre hombres y mujeres. En los últimos puestos del ranking está Afganistán, que es el país con una mayor brecha de género, seguido de Pakistán y República Democrática del Congo.
La brecha en España
El Foro Económico Mundial elabora desde 2006 un informe sobre la brecha global de género (Global Gender Gap Report) para cuantificar las desigualdades entre hombres y mujeres en el mundo. En España, los resultados del informe de 2022 arrojaron que la brecha salarial es de 28,21%. Un porcentaje desalentador. Lo peor es que pronostica que tendrían que pasar 132 años para alcanzar la paridad total. España ocupa el puesto 17 del mundo en cuanto a equidad salarial de género (su puntuación es de 0,788 sobre 1). A este panorama se le añade que solo una de cada tres personas de las juntas empresariales son mujeres.
Carolina Vidal, secretaria de Mujeres, Igualdad y Condiciones de trabajo de Confederación Sindical de las Comisiones Obreras, CCOO, afirma que las desigualdades más llamativas se deben, en su mayoría, a la distribución laboral y de composición del empleo. «Las mujeres, mayoritariamente, se insertan laboralmente con peores condiciones, como contratos temporales y jornadas parciales y en sectores feminizados, caracterizados por bajos salarios», subrayó
¿Cómo mejorar la equidad salarial?
La profesora Luz Karime Abadía, decana de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Javeriana, Colombia, afirma que hay que comprometer al sector empresarial en la importancia de reducir la brecha con un cambio profundo en las políticas laborales y en materia educativa. «Es muy importante fomentar que más mujeres se formen en áreas de ciencia y tecnología, adquieran habilidades digitales, sean competitivas en matemáticas e ingresen a sectores considerados masculinos”, añadió.