Las mujeres afganas retomaron las aulas universitarias. Los centros de educación superior que permanecían cerrados desde que los talibanes se hicieron con el poder en agosto reabrieron sus puertas. Hasta el momento el gobierno no ha anunció oficialmente un plan para el retorno de las estudiantes universitarias.
Funcionarios de educación declararon a Reuters que a las mujeres afganas se les permitía asistir a clases con ciertas condiciones. Una es que deberán asistir separadas de los estudiantes varones. Además, las clases se dictarán bajo la ley islámica y las mujeres están obligadas a cumplir el código de vestimenta.
Las casas de estudios superiores que iniciaron actividades funcionan en las provincias de Fará, Helmand, Kandahar, Laghman, Nangarhar y Nimroz. Existe la posibilidad de que asistan a clases en Kandahar, el lugar de nacimiento de los talibanes, pero ninguna alumna acudió.
Ismael Sadet, profesor de la universidad gubernamental de la provincia de Nangahar, informó que la orden es separar las actividades por género. «Recibimos una carta oficial para reanudar los estudios, tanto para los hombres como para las mujeres, considerando la segregación de género», dijo
Los estudiantes varones asistirán a la universidad antes del mediodía, mientras que las mujeres deberán hacerlo por la tarde.
En la Universidad de Laghman diseñaron un sistema de estudios adaptado a la nueva realidad. De forma que las mujeres afganas asistan a clases en horarios separados de los de los chicos».
Otro reto que enfrentan las universidades es el staff de profesoras. La universidad de Laghman solicitó 30 profesoras al Ministerio de Educación Superior, informó su vicerrector Mirwais Sediqmal.
Mujeres afganas asisten a la universidad, pero no trabajan
Aunque las mujeres afganas regresaron a las universidades no es el caso de las niñas en edad de ir a la escuela secundaria. En muchas provincias aún no les tienen permitido regresar a clases. Las instancias académicas no precisaron si las clases las impartirán profesores o si se les permitirá a las jóvenes interactuar fuera del aula con los estudiantes.
Una estudiante de Medicina de la Universidad de Nangarhar señaló a Reuters: “Están separados nuestros turnos de estudio y nos han dicho que no caminemos por la universidad hasta que se complete el tiempo de los muchachos. A pesar de todos los cambios y condiciones, quiero continuar. Mo quiero dejar incompleta mi educación».
Fawzia Koofi, líder del Movimiento para el Cambio en Afganistán, lucha por los derechos de las mujeres y la democracia. En declaraciones recogidas por La Vanguardia señaló que «no tiene sentido que las niñas vayan a la universidad si no se les permite ser parte de la fuerza de trabajo».
Pese a eso Deborah Lyons, enviada especial del secretario general de la ONU para Afganistán, pidió a través de un tuit «apoyar el regreso de los jóvenes estudiantes afganos a las universidades».
Hito histórico
Malalai Faizi, nombrada recientemente directora de un hospital de maternidad en Kabul, es la primera mujer al frente de una institución pública en el régimen islamista afgano. Hasta ahora las mujeres no formaron parte del gobierno talibán. Solo en contados departamentos gubernamentales, entre ellos el área de salud, hay mujeres en los equipos de trabajo.
Faizi «ha sido nombrada de acuerdo con los méritos y necesidades como directora del hospital Malalai», confirmó a Efe el portavoz del Ministerio de Salud del gobierno talibán, Javid Hazheer.
El nombramiento supone un hito en las políticas de los talibanes sobre las mujeres desde su llegada al poder en agosto pasado. Las mujeres afganas están excluidas del gobierno y su movimiento se encuentra restringido, así como su asistencia a la escuela secundaria y a numerosos puestos de trabajo.