Lluvias torrenciales y sostenidas han elevado el río Congo a su nivel más alto en más de 6 décadas, desatando inundaciones devastadoras que dejan, al menos 300 fallecidos, cerca de 300.000 hogares afectados y decenas de miles de casas destruidas desde el mes de diciembre.
El río Congo ha crecido hasta 6,20 metros sobre el nivel del mar el 10 de enero, acercándose al récord de 6,26 m establecido en 1961. Este oleaje ha provocado inundaciones generalizadas tanto en la República Democrática del Congo (RDC) como en la República del Congo y causado importantes pérdidas humanas y materiales.
En la RDC, el impacto ha sido especialmente grave en la región nororiental y en la capital, Kinshasa. Densamente poblada y situada a orillas del río, ha visto inundados varios barrios, con decenas de miles de casas destruidas.
El ministro de Asuntos Sociales, Acciones Humanitarias y Solidaridad Nacional, Modeste Mutinga Mutuishayi, hizo un llamamiento al Gobierno y a la comunidad internacional para que apoyen urgentemente a las personas afectadas por las lluvias. Según sus cifras, las caudalosas precipitaciones también han destruido al menos 1.325 centros educativos, 269 centros de salud, 41 mercados públicos y 85 carreteras.
Las provincias más golpeadas son las de Tshopo (norte), Mongala (noroeste), Ecuador (noroeste), Ubangi del Sur y del Norte (noroeste). Así como Kwilu (oeste), Mai-Ndombe (oeste), Kongo-Central (oeste), Lomami (sur), Kasaï (centro) y Kivu del Sur (este).
Es la segunda vez que las lluvias torrenciales golpean a la RDC en 2023, señaló el Ministerio de Comunicación. Después de que al menos 500 personas muriesen el pasado mes de mayo en el territorio de Kalehe, que pertenece a la provincia de Kivu del Sur, por graves corrimientos de tierra y riadas.
Inundaciones por desbordamiento del río Congo
Las inundaciones han sembrado el caos en Kinshasa. Residentes navegando por caminos sumergidos en canoas pues el agua había subido hasta el nivel de los tejados de algunas casas. El desbordado río Congo, que atraviesa gran parte del país, también ha inundado lugares fuera de la capital.
Los camiones circulan cautelosamente por las mismas aguas, mientras decenas de botellas desechadas flotan en la superficie. La RVF, la agencia que supervisa las vías fluviales de la República Democrática del Congo, hizo sonar la alarma a finales de diciembre. Advirtió que las fuertes lluvias provocarían «inundaciones excepcionales» en la zona de Kinshasa y las áreas que circundan en río Congo.
En ese momento, provincias como Mongala e Ituri ya se habían enfrentado a graves inundaciones y peligrosas secuelas para sus pobladores. El río Congo también ha causado agitación en Congo-Brazzaville, una nación fronteriza con la República Democrática del Congo.
Las inundaciones en esa localidad han afectado a más de 336.000 personas y 34 centros de salud, informó la Organización Mundial de la Salud. Muchos factores contribuyen a las inundaciones, pero el calentamiento de la atmósfera causado por el cambio climático hace que las precipitaciones extremas sean más probables. Hace poco más de un año, las inundaciones en Kinshasa dejaron más de 120 muertos.
Raphael Tshimanga Muamba, director de un centro de investigación de la cuenca del Congo en la República Democrática del Congo, pidió un fondo para ayudar a gestionar los desastres naturales y adaptarse al cambio climático. Dijo que el país no tiene un plan de prevención de desastres por inundaciones.
«No me sorprende que el nivel del agua esté aumentando tanto», afirmó a Reuters, Ketsia Passou, activista climática. «Lo que más me sorprende es el silencio de las autoridades a la hora de ayudar a estas familias».