Por Cambio16 | Efe
ACTUALIZADO 07/10/2016
Haití sufre otra vez. El huracán Matthew, que el martes pasado azotó el empobrecido país. Ha dejado tras su paso una huella de muerte, caos y destrucción. Ha dejado la dolorosa cifra de 842 fallecidos.
La mayoría de las muertes se han producido en Les Cayes, Dame Marie y Jeremie, en el departamento sur, donde todavía no ha sido posible restaurar los servicios telefónicos ni de internet.
La responsable de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), Sandra Honoré, ha expresado que «lamentamos mucho el sufrimiento de las víctimas; una vez más Haití sufre». La representante del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, reiteró el apoyo de esa organización al país en estos «momentos duros» y aseguró que siempre estará junto a los haitianos para asistir a los que están sufriendo. «Llamamos a todas y a todos a expresar su solidaridad en este momento crucial», concluyó la declaración de Honoré.
El impacto del huracán Matthew en Haití obligó el miércoles a las autoridades electorales a aplazar los comicios generales que estaban programados para el próximo domingo.
Con rumbo norte y en paralelo a la costa
El huracán Matthew avanzaba este viernes hacia el norte en paralelo a la costa del centro de Florida, donde sus vientos y lluvias han causado destrozos e inundaciones, aunque por ahora no han tenido el efecto catastrófico que se temía.
El ciclón, con vientos de categoría 3 (de una escala de 5), comenzó a azotar las zonas costeras de Georgia y Carolina del Sur con intensas lluvias, y la población cruza los dedos para que no se produzca una marejada ciclónica.
Por ahora no hay víctimas mortales directas de Matthew en EEUU, aunque una mujer que sufrió un ataque cardiaco en Saint Lucie, a 180 kilómetros al norte de Miami, falleció al no poder ser llevada a un hospital ni atendida por los servicios de emergencia debido a los efectos del ciclón, según informaron las autoridades locales.
Matthew, que se debilitó a categoría 3 cerca de la costa de Florida, presentaba a las 12.00 GMT de este viernes vientos máximos sostenidos de 195 kilómetros por hora y se encontraba a 55 kilómetros al norte-noreste de Cabo Cañaveral y a 75 kilómetros al este-sureste de Daytona Beach, en el noreste del estado.
Según el Centro Nacional de Huracanes, las bandas de lluvia de los bordes exteriores del huracán están descargando ya su furia sobre zonas costeras de Carolina del Sur, donde los meteorólogos vaticinan que sus poderosos vientos troncharán árboles, dañaran las estructuras más frágiles y dejarán sin luz a muchos usuarios.
En Florida, primer estado de EEUU que sufre los embates de Matthew tras su paso por el Caribe, donde ha causado medio millar de muertos, la inmensa mayoría en Haití, son más de 593.000 los usuarios de la eléctrica Florida Power & Light que están sin servicio, según reportó la compañía esta madrugada.
Se predice que la lluvia acumulada a causa de Matthew podría alcanzar entre 20 y 35 centímetros en lugares a lo largo de la costa y hasta 10 centímetros más en el interior. No obstante, los meteorólogos vaticinan que el ojo del ciclón se mantendrá sobre el mar. Preocupan especialmente los efectos de las olas y una posible marejada ciclónica, es decir, la subida del nivel del mar que entra en tierra impulsado por los vientos y otros factores.
Tanto Florida como los estados de Georgia y las Carolinas permanecen bajo estado de emergencia.
Unos dos millones de personas fueron advertidas para que abandonaran sus hogares y buscaran refugio en el interior ante la llegada de Matthew, el huracán más poderoso que se ha formado en el Atlántico desde Félix, en 2007, que causó más de 130 muertos a su paso por Nicaragua.
En Carolina del Sur miles de personas que residen en la isla de Hilton Head abandonaron ya sus hogares en busca de refugio en el interior, mientras se prevén cortes en el suministro de luz a otras islas del condado de Beaufort, según medios locales.
Desde la madrugada las autoridades de Carolina del Sur han instado a los residentes en las zonas costeras a que se evacúen y busquen albergue tierra adentro.
El temor principal es que se produzca la marejada ciclónica que podría causar catastróficas inundaciones de hasta 3,3 metros en cualquier lugar al sur de la ciudad de Georgetown.
El paso de Matthew por la costa este de Florida está dejando balsas de agua e inundaciones, además de caída de ramas y árboles y desperfectos en algunas viviendas, según pudo constatar Efe en varias localidades.
Además de postes de luz, semáforos y árboles caídos, se apreciaban a simple vista daños en vehículos y viviendas, en especial las más frágiles, algunas de las cuales quedaron sin tejados.
El mexicano Sergio Ramírez dijo a Efe que fue incapaz de dormir en toda la noche y pasó la madrugada junto a dos compatriotas escuchando cómo soplaba el fuerte viento fuera de su endeble casa móvil, situada en Fort Pierce, a 210 kilómetros al norte de Miami.
«Ojalá que no regrese, porque va a ser peor», dijo el mexicano, quien indicó que, cuando se fue la luz, sobre las tres o cuatro de la madrugada, sintió «miedo».
Ramírez se mostró aliviado de que su casa se libró de los árboles que cayeron en la zona, dos de los cuales levantaron parte del suelo de una de estas casas móviles y uno cayó sobre el auto de uno de sus vecinos.
El club automovilístico AAA, que presta asistencia a conductores en todo EEUU, advirtió de que ha recibido reportes de escasez de gasolina en estaciones de todo el estado de Florida.
El club dijo que los residentes han estado «llenando sus tanques a un ritmo que las gasolineras no pueden mantener, de modo que abundan las estaciones con bombas cerradas». «En realidad, lo que está ocurriendo es un buen indicio de que la población sigue las advertencias y hace lo que se le ha aconsejado», dijo en una nota de prensa Mark Jenkins, portavoz de la AAA.
Aunque hay una gran cantidad de reservas, el suministro de gasolina de la Florida se lleva a cabo mediante petroleros, la mayoría de los puertos de la costa este están temporalmente cerrados debido a Matthew y posiblemente no abran hasta el lunes, según AAA.