Por Concha Barrigós | Efe
Empezó el concierto en Madrid diez minutos tarde, pero nada más fue «raro». Cuando Allen Toussaint pisó anoche el escenario, abrió el tarro de las esencias de más de 60 años de pasión por la música. Tres horas más tarde había muerto en la que le pareció que era, según reveló a su público, una «ciudad del amor».
El pianista, cantante, productor, arreglista y compositor había viajado hacia Europa el pasado jueves tras actuar en las últimas semanas con frecuencia en Nueva York, donde residía tras el huracán que asoló Nueva Orleans, su ciudad natal, en la que era respetado y querido como un auténtico emblema.
Anoche estaba programado en el Teatro Lara de Madrid, dentro del ciclo Pequeños Grandes Momentos 1906, y desde allí se dirigiría a Bélgica y Reino Unido, según informa su página en Facebook.
El norteamericano, que nunca había actuado en Madrid, empezó su concierto a las 22:10 horas, terminó a las 23:40 y, al llegar a su hotel, según han explicado a Efe fuentes de la promotora del concierto, se sintió desfallecer.
Llamaron a una ambulancia, en la que se le reanimó de lo que parecía una parada cardiaca, pero le sobrevino, cerca de la una de la madrugada, una segunda. Cuando la ambulancia llegó al hospital Fundación Jiménez Díaz, ya no se pudo hacer nada por él.
Esta mañana ha sido trasladado su cadáver al Instituto Anatómico Forense, donde se le practicará en las próximas horas la autopsia para determinar las causas del fallecimiento del artista, casado con Alison Toussaint-Le Beaux y padre de dos hijos.
Derroche de carisma y rhythm & blues
Toussaint, nacido el 14 de enero de 1938 en Gert Town, barrio obrero de Nueva Orleans, ofreció anoche, en el que ya es el último concierto de su vida, un derroche de carisma y «rhythm & blues».
Durante una hora y media, bis incluido a petición de un teatro repleto y puesto en pie, el de Nueva Orleans repasó grandes éxitos como Working in a coal mine, Get out my life woman, Saint James infirmary o With you in mind.
Vestido «cool», como él decía, es decir, con chaqueta verde bordada con lentejuelas, camisa rosa y sus inseparables sandalias de piel y calcetines blancos, un relajado y afable Toussaint dirigía con su piano a un bajo, un guitarra y un batería, con los que recreó la atmósfera y el ritmo de Nueva Orleans.
Madrid le había parecido un lugar fantástico, una «ciudad del amor», en la que había podido ver a una pareja besándose con pasión en plena calle, y con misterios como el del fantasma del Teatro Lara, que le había relatado una «bella mujer».
Cuando terminó el concierto, y antes de entonar su última canción, Brickyard Blues, Toussaint bajó del escenario para saludar, charlar y dejarse fotografiar por el público de las primeras filas, entre el que estaban colegas como Andrés Calamaro, Alejo Estivel o Carlos Goñi.
El músico, que grabó su primer disco en 1958 con el nombre de Tousan, ha colaborado y compuesto en cerca de 65 años de carrera para artistas como Irma Thomas, Art Neville, Dr.John, Paul McCartney o Joe Cocker, pero, fundamentalmente, y así se lo reconocieron al incluirle, en 1998, en el Rock and Roll Hall of Fame, ha contribuido como pocos a que el R&B continuara y a encontrar nuevas sendas en el desarrollo del «soul» y el «funk».
Él es quien está detrás de canciones de la historia de la música como Ruler of My Heart, Working in the Coal Mine, Ride Your Pony, Fortune Teller, Southern Nights, Get Out of My Life, Woman, Sneaking Sally Through the Alley o Mother-in-Law.
Los artistas para los que ha trabajado van de los Rolling Stones a The Who pasando por Robert Palmer, The Doors, Ringo Starr, Elvis Costello o The Pointer Sisters.
Los Rolling han colgado en su cuenta de Twitter el vídeo de la versión que hicieron de Fortune Teller, con una fotografía de la época, y el mensaje «RIP Allen Toussaint».
RIP Allen Toussaint https://t.co/KgwlCKCpWx
— The Rolling Stones (@RollingStones) noviembre 10, 2015
Su particular estilo de R&b, decía en una entrevista con Efe a propósito de su disco The bright Mississippi (2009), no habría sido igual de haber llegado al mundo en otro lugar.
A pesar de su larga carrera como músico, su salto a primera fila en la escena estuvo ligado al huracán Katrina, que arrasó su ciudad, Nueva Orleans, incluida su casa y su estudio y le puso bajo los focos.