Efe
19/01/2016
La defensa de Montserrat González y Triana Martínez, acusadas de la muerte de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, ha reconocido que «no había derecho» al crimen, pero ha dicho que la primera apretó el gatillo y lo hizo «por su hija», perseguida por «tierra, mar y aire» por la víctima.
El letrado José Ramón García, que defiende a esas dos acusadas en el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de León, ha intervenido ante el jurado para exponer sus conclusiones previas, en las que pide 8 años y medio de cárcel para Montserrat, para la que alega enajenación, y la libre absolución para su hija, Triana.
Durante su alocución ante el jurado -cinco mujeres y cuatro hombres-, García ha coincidido con las acusaciones y el fiscal en que se trata de un delito de asesinato, pero ha negado que se pretenda juzgar a Carrasco en este proceso, como le habían reprochado las otras partes.
«No se juzga a la víctima», pero el letrado cree que «hay datos importantes» para la defensa, como que la situación anímica de la madre, de Montserrat, se viera «horadada día a día» con una «persecución por tierra, mar y aire» de Carrasco a Triana. Porque, según el abogado defensor, para Montserrat llegó el momento de «o mi hija o ella».
Montserrat es «responsable» del crimen y la defensa admite que fue un asesinato, pero considera que hay atenuantes que le permiten pedir menos años de cárcel que los 23 que solicita el fiscal. Una cantidad que entiende elevada «cuando recientemente ha habido un caso más grave» del asesinato de una madre a su hija (en alusión al caso de Asunta Basterra) y se pidió menos condena.
En cualquier caso, García ha insistido en que la asesina confesa se vio en la «tesitura» de cometer el crimen por esa persecución a su hija y no porque la víctima fuera presidenta de la Diputación leonesa.
García ha reiterado su queja de que, según él, se le haya limitado el derecho de defensa durante el proceso, por lo que pidió amparo al Tribunal Constitucional, que le ha instado a volver a plantear el amparo después del juicio, por lo que el proceso podría repetirse ha advertido.
Ha añadido que al jurado se le han privado de pruebas documentales que les han privado de comprobar que realmente existió esa persecución.
Durante su relato se ha referido al momento del crimen y a cómo Montserrat se tapó para no ser reconocida tras disparar: «No es una yihadista que le da lo mismo lo que pase», ha apostillado.