Por Juan Emilio Ballesteros
25/02/2018
El bitcóin es una moneda, pero también un sistema digital, el origen de un nuevo modelo financiero basado en la tecnología blockchain. Al contrario que las monedas fíat, las de curso legal, las criptomonedas no existen realmente, son virtuales. Es probable que el dinero y las monedas tal como hoy las conocemos sigan existiendo, al menos durante algún tiempo, y que la idea de empoderar al individuo frente al poder omnímodo del sistema financiero sea más que una realidad un sueño inalcanzable. Cada bitcóin es único debido a que la transacción se registra públicamente en un “libro” digital de contabilidad elaborado con complejas estructuras criptográficas llamado blockchain o cadena de bloques. La Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE es pionera en el análisis de este fenómeno que está revolucionando el sistema. Al amparo del consorcio Alastria, acoge el primer laboratorio de investigación blockchain de España. Javier Ibáñez es su director.
Un nuevo paradigma
¿Estamos ante un nuevo paradigma financiero? ¿Qué retos plantea? ¿Es el fin de la banca?
Más que “paradigma”, es un nuevo modo de operar directo entre financiadores y financiados, que sí, acaba con la banca que conocemos y la obliga a reinventarse: el mayor reto es el de sustituir el crédito y el préstamo clásico, que compite con los sistemas eficientes P2P. La mediación bancaria tiende a desaparecer, lo que no impide que los bancos presten nuevos servicios financieros digitalizados.
Cambio de modelo de las monedas
Más que una moneda virtual parece que pesa más en este mercado la fiebre especulativa que el cambio de modelo. ¿Por qué?
Es natural que los apostadores experimenten, su incentivo a corto es muy superior al del ciudadano medio que en el futuro haya de cambiar su rol operando en blockchain.
¿Ha venido este mercado a sustituir a todos esos intermediarios financieros que estuvieron en el origen de la desconfianza y la crisis?
Aún no, pero les obliga a irse reposicionando, prospeccionando mercados nuevos y entrando en el dominio de las nuevas tecnologías.
¿Qué hay que saber para invertir en criptoactivos? ¿Es similar el riesgo que cuando se invierte en acciones normales de cualquier empresa?
Hay que saber algo de blockchain, algo de regulación, y ser prudentes si se quiere controlar un riesgo que es enorme (tanto por la volatilidad como por la inseguridad jurídica que genera la falta de regulación); pero al apostador imprudente esos riesgos técnicos, de precio y operativos (humanos) no le disuadirán.
¿Una sustitución?
¿Aspiran las criptomonedas a sustituir a las monedas fíat?
No, pero lo irán haciendo de modo natural cuando se generalice su uso.
¿Debemos entender las monedas del bitcoin más como un protocolo, una red pública y abierta no controlada, que como una moneda al uso?
Exacto. En realidad no es moneda, sino un nuevo medio de pago que cumple funciones similares, pero sin regulación pública hoy.
¿Se puede hablar de blockchain sin hacer referencia a las monedas del bitcóin?
Más bien lo contrario, bitcóin es un caso particular de blockchain pública, el más conocido. Bitcóin se asienta en tecnología de registros distribuidos, es decir, de reproducción de los datos en universo de ordenadores coordinados instantáneamente. Pero es una red pública o de acceso público, y hay muchas otras redes, públicas, semipúblicas y otras privadas.
Crisis de confianza
La banca busca también su estándar tecnológico para aprovechar la tecnología blockckain. ¿Tendrá paridad el dinero virtual de los bancos en un territorio regulado?
Lo que los bancos hacen es conocer e intentar explorar las potencialidades de blockchain, pero no en particular en el ámbito de las criptomonedas (bitcóin u otras), sino en el terreno más general de la negociación de tokens, incluso en campos más amplios –identidad digital, servicios virtuales en DLT (Distributed Ledger Technology)…–, por lo que el “territorio regulado” será más extenso que el del dinero electrónico o el de las criptomonedas. Pero los bancos no podrán hacer lo que les prohíba el legislador, ni emitir monedas propias.
¿Están esperando las autoridades financieras y los bancos una crisis de confianza?
Más que esperarla tratan por todos los medios de evitarla. En el caso de blockchain estamos ante un instrumento destinado precisamente a lo contrario, generar una absoluta transparencia (y por tanto, confianza) en las transacciones, que todo el mundo puede conocer.
Legislación
¿Cambiará la situación cuando las criptodivisas se sometan a la legislación sobre blanqueo de capitales y protección del inversor?
Sí, y todo el mercado ganará en seguridad jurídica y, por tanto, la economía se beneficiará. Se trata de una intervención imprescindible, lo complicado es instrumentarla técnicamente debido a las singulares características de estos activos. Los estados deben regular y los inversores invertir, pero con seguridad jurídica, que es la base primera de la confianza.
La volatilidad
¿Se considera la volatilidad el mayor lastre para este mercado?
Los mayores lastres son los riesgos de fraude informático y de los intermediarios no regulados (riesgos operativos), no tanto los riesgos de precio, aunque estos no sean desdeñables. Los fraudes no tienen que ver con la tecnología, son parte del riesgo operativo, de quienes están fuera de la cadena no realizando las operaciones correctamente o en beneficio propio. Es muy difícil romper una blockchain, pero no es tan difícil, por ejemplo, robar una clave privada de un ordenador personal, que es un riesgo ajeno a la cadena. Tampoco es difícil que un intermediario estafe a los inversores (antes de acceder a la blockchain) y se apropie de su dinero; es un riesgo inespecífico, que no tiene que ver con la tecnología.
¿Es posible que este mercado financiero virtual tenga más posibilidades de diversificación y rentabilidad?
Claro; de hecho ya hay más de una docena de criptomonedas bien consolidadas (Nem, Ripple, Ether, Neo, Cardano, Stellar, Tron…), y más de un centenar en vías de ser una fuente de inversiones bien diversificadas.
El valor real
Se puede calcular el valor intrínseco de una acción. Cualquier analista es capaz de estimarlo, ¿pero se puede calcular el valor intrínseco del bitcóin?
Sí, en la medida en que el número de monedas es limitado. Ahora bien, como es natural, no puede haber detrás un análisis económico real o fundamental, pues se trata de un activo basado en la confianza entre los operadores de la comunidad, y no en riqueza real. De todos modos, el término “intrínseco” puede inducir a confusión, sería más apropiado hablar de un valor “razonable”.
Las transacciones con bitcóin se consideran transacciones financieras y se clasifican incluso como divisas. ¿Cómo cotizan?
No existe divisa sin mercado de cambio oficial; tampoco cotización sin mercados organizados y reconocidos públicamente. El término cotización está aquí desvirtuado y se emplea en sentido figurado (en cierto sentido, como históricamente sucedía con los valores liquidativos de los fondos de inversión, tradicionalmente no cotizados). La cotización es aquí una simple referencia OTC (Over The Counter o mercado extrabursátil por sus siglas en inglés) a un diferencial bid-ask extraoficial, es decir, no estatal o publicado por una autoridad. Esa diferencia existe y se publica informalmente en la comunidad de inversores; no hay hoy boletines oficiales de cotización.
El riesgo de la burbuja
Hay quien piensa que estamos ante una nueva burbuja y que el número de monedas cotizadas supera ya las 1.500, lo que hace insostenible este mercado. Sin embargo, es posible que al final solo queden media docena de criptoactivos. ¿Cómo evolucionará? ¿Estamos ante una nueva burbuja puntocom?
Es natural que se seleccionen solo los valores de mayor aceptación. Ahora bien, aunque estos se consoliden, puede haber una burbuja que acabe con la fiebre bitcóin. Hay varios factores cruciales (todos ellos negativos) que pueden determinar la burbuja (que nada tiene que ver con la puntocom de 2000), y entre otros posibles bloqueos sistémicos, ataques generales a la red pública o intervenciones gubernamentales coordinadas contra el sistema en caso de proliferación del blanqueo o de refugio para la financiación contraria al orden público.
Algunos expertos aconsejan no invertir en criptoactivos más del 5% del total del capital comprometido bajo la máxima de invierte solo lo que puedas perder. ¿Cómo minimizar el riesgo?
Con prudencia y conocimiento suficiente, preguntando a especialistas serios, no fiándose de cualquier página web, acudiendo a los observatorios de investigación universitaria y, en general, a expertos financieros conocidos.
Las reglas
Algunas monedas aspiran a ser el dinero de internet, otros activos representan la tecnología (Ethereum). ¿Cuáles son las principales diferencias?
La tecnología ethereum sirve para construir transacciones en un entorno de redes blockchain permisionadas y, por tanto, no públicas necesariamente, sino más cerradas. Es decir, los miembros de la comunidad crean sus reglas para realizar operaciones que siguen protocolos específicos. Por otra parte, el número de bitcoines está limitado por los creadores de la red, por lo que el valor unitario tiende a crecer (lo contrario pasa con los ethers de Ethereum), y el premio por minado es decreciente (constante en el caso de los ethers).
El bitcóin es la moneda más líquida y la que mejor aguanta los vaivenes del mercado, la más aceptada. ¿Sobrevivirá? ¿Será el referente en el futuro, el criptoactivo base?
Bitcóin sobrevive por consenso, y morirá cuando falte ese consenso, y falte el incentivo por minar. Ahora bien, más que referente futuro, será el principio de una nueva era de criptoactivos (los tokens), una vez certificada su defunción dentro de bastantes años. En suma, no se hablará tanto de bitcóin, se hablará de criptomonedas muy distintas y, sobre todo, de activos o derechos digitales (tokens) que no sean monetarios, en todos los sectores de actividad.
Alternativas
Frente al dinero tokenizado surgen alternativas a la tecnología blockchain como Ripple, que aspira a ser el valor en el sector financiero. ¿En qué consiste?
Ripple no es alternativa a blockchain, es un tipo de blockchain que se caracteriza por su carácter semicerrado o permisionado (como Alastria en España) y el uso de “gas” o fuel para hacer transacciones; además no solo permite la circulación de una moneda análoga a bitcóin como es XRP, sino también tokenizar valores o mercaderías e incluso realizar transacciones de seguros autorizadas por los nodos, por lo que es un blockchain mucho más versátil y con muchas aristas económicas y regulatorias, respecto a bitcóin.
El laboratorio
¿A qué se refiere cuando habla de Alastria? ¿Qué es el Laboratorio Blockchain de Comillas ICAI-ICADE?
En 2016 creamos en la universidad el Observatorio Fintech, cuyos trabajos preliminares comenzaron dos años antes, como un centro de investigación multidisciplinar (tecnológico, económico y legal) teórica y sobre todo práctica (claustro de emprendimiento) sobre materias fintech. Este Observatorio es cofundador y sede legal de la Red Consorcio Alastria, la primera blockchain privada europea permisionada multisectorial (Ibex 35, Administraciones, research hubs, fintechs…), que ya cuenta con casi 200 miembros corporativos.
Así, Comillas ICAI-ICADE es la universidad pionera en la implantación de esta tecnología (DLT) en España. Desde enero de 2018 dispone de nodos operativos en la nueva infraestructura DLT de Alastria. Este ha sido el primer logro del nuevo Laboratorio Blockchain como unidad de investigación específica en el área blockchain dentro del Observatorio Fintech, cooperando con el ICAI –la escuela de ingeniería de Comillas–. El Comité de Investigación y Transferencia Tecnológica de Alastria, que preside el director del Laboratorio, está facilitando la incorporación operativa de las universidades españolas a la red Alastria.
Los tokens
¿Para cuándo la regulación de este mercado? ¿Qué modelo se aplicará? ¿Qué le parece la experiencia de Japón?
Si hablamos de mercados de criptomonedas ya se están dando los primeros pasos en la mayoría de países de la Unión Europea, que no son hacia una prohibición como en los modelos chino o coreano, sino hacia el reconocimiento de los criptoactivos, no como monedas de curso legal, pero sí como instrumentos de captación de fondos o como medio válido de pago, siempre que se cumplan las cautelas regulatorias. En el caso japonés, además, el minado público en nodos estatales se está usando con funciones adicionales de control de la masa monetaria y repago de la deuda, que no parecen por hoy una alternativa contemplada por el BCE o por nuestro Banco de España.
¿Es posible crear un ETF sobre bitcóin o cualquier otra criptomoneda?
Por supuesto, aunque más que de criptomonedas se trata de tokens específicos que embeben el derecho de negociación de la cantidad invertida (“certificado de participación” en un fondo tradicional).
La competitividad
¿Llegará a ser un instrumento para el ahorro o la inversión a largo plazo?
Sí en la medida en que el legislador no lo prohíba y los inversores lo acepten.
¿Ocurrirá lo mismo que con el proceso de digitalización de las empresas, que no sobrevivirá quien no lo asuma?
No es exactamente así, pero quien quede fuera no será competitivo en caso de promulgarse una regulación de ICO y de tokens acorde con la situación del mercado internacional de criptoactivos.