Por Iñigo Aduriz
Al Gobierno no le ha gustado nada que la CUP, posible llave de gobierno del nuevo Govern catalán, llame a la desobediencia y exija a sus posibles socios que «rompan con España» como condición para llegar a un acuerdo que garantice la gobernabilidad de Cataluña. La vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, ha pedido a la lista ganadora en las pasadas elecciones del 27 de septiembre, Junts pel Sí –unión de CDC, ERC y distintas plataformas independentistas– que no se apoye en la coalición anticapitalista para formar la nueva Generalitat.
«Para gobernar uno no tiene que someterse a minorías», ha dicho la número dos del Gobierno durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. En su retórica habitual sobre el asunto catalán, Sáenz de Santamaría ha vuelto a destacar que la mayoría de los votos en los comicios catalanes no fue para fuerzas independentistas. Según ha insistido «un 52% de los catalanes ha dicho no a Junts pel Sí y a su programa», por lo que «el esquema de proceso» ideado por el actual president de la Generalitat, Artur Mas, «ha sido rechazado por la mayoría de la ciudadanía».
Sobre las propuestas planteadas ayer por la CUP y que pasan por la desobediencia y la ruptura total con el resto del Estado la vicepresidenta ha asegurado que «nadie está por encima de la ley por mucho que sea un partido antisistema». Ha señalado, además, que «si los propios políticos no cumplen la ley, ¿cómo van a pedir al resto que la cumplan'».
No descarta nuevas elecciones
El Gobierno no descarta que dado el escenario resultante de las elecciones del 27-S pueda producirse una nueva llamada a las urnas por parte del equipo de Artur Mas. «No sería un escenario muy novedoso», ha ironizado una vez más la número dos del Ejecutivo, que ha asegurado que al Gobierno le sorprenden «cada vez menos» las noticias que llegan desde Cataluña. Sáenz de Santamaría ha concluido afirmando que «cuando se elige un Parlamento es para que sirva a los intereses de los ciudadanos».