Bajo la doble presión mundial por obtener una vacuna contra la COVID-19 y por ofrecer una mayor transparencia de los estudios, la firma de biotecnología Moderna divulgó los protocolos de sus ensayos científicos.
La empresa estadounidense es una de las nueve compañías, a escala mundial, que se encuentran en las últimas etapas de las pruebas clínicas. Sin embargo, Pfizer, la otra firma estadounidense que está llevando a cabo ensayos de fase 3 de la vacuna, también difundió sus protocolos.
Los planos secretos se publicaron con la esperanza de que las empresas se ganen la confianza del público y de los científicos ansiosos por la seguridad de una vacuna temprana. Al mismo tiempo, incitan al resto de los laboratorios a exponer sus estudios en forma abierta.
Generalmente, los detalles de estos protocolos se mantienen en reserva, pero Moderna y Pfizer cedieron ante la presión pública. Gobiernos, farmacéuticas y diferentes organizaciones siguen de cerca esta dura competencia por hacer la vacuna. En Estados Unidos es un tema político, pero igual lo es para otros dirigentes.
La necesidad de una vacuna se acrecienta ante los rebrotes en Europa y los temores por nuevos confinamientos. Además del impacto económico y social de que se prolongue la crisis.
Es conocido que el pasado 6 de septiembre AstraZeneca y Oxford pausaron sus estudios, luego de que uno de los miles de voluntarios en el mundo presentara una reacción adversa. Luego un comité independiente y reguladores internacionales revisaron la data de seguridad y sugirieron continuar con los ensayos, tal como ocurre actualmente.
Moderna y Pfizer exponen los protocolos de vacuna
Moderna, al develar sus protocolos, estableció para antes de fin de año un calendario probable dentro del cual se podría dar con una vacuna exitosa. El presidente Donald Trump dijo el martes que podría haber una vacuna antes de las elecciones de noviembre.
Frente a ese comentario, el director general de Moderna señaló a la cadena CNBC que «es improbable pero posible” tener la vacuna lista para dentro de un mes. No obstante, Stephane Bancel afirmó que internamente sí se podría saber si el antídoto es eficaz para el mes de octubre. Pero aún así lo más probable es que los resultados estén en noviembre y que se hagan públicos en el mes de diciembre.
En el caso de Pfizer, sus directivos se comprometieron a mantener los estándares científicos de seguridad y eficacia para su vacuna. Esto, a pesar de la urgencia de contener la pandemia y las exigencias externas.
Luis Jodar, director médico mundial de vacunas en Pfizer y ex funcionario de la OMS en I&D de Vacunas, dijo que esa presión “nunca debe justificar el empleo de atajos que pudiesen comprometer la calidad o la seguridad de potenciales vacunas o medicamentos”.
Así, indicó que “es imprescindible que la sociedad en su conjunto tenga la absoluta confianza de que las nuevas vacunas contra la COVID-19” se adhieren a los principios establecidos por las autoridades regulatorias. En este caso, la FDA en EE UU y la EMA en Europa, responsables de aprobar dichos productos.
De esta forma, agregó el especialista, será más fácil que las personas se muestren receptivos al tener que vacunarse.
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