La censura en Instagram no es nueva. Muchas veces muchas mujeres, y hombres, la han denunciado. A Nyome Nicholas-Williams, una modelo negra de talla grande, también le tocó. Le censuraron imágenes en las que aparecía semidesnuda. Pero la enfrentó y venció.
Lanzo la campaña #IwantToSeeNyome para denunciar que la red social, propiedad de Facebook, discriminaba el contenido de comunidades minoritarias al eliminar las fotografías de su cuerpo o no posicionarlas, mientras que las de mujeres blancas y delgadas sí permanecían.
La modelo, conocida como @curvynyome en la red social, afirmó que en el algoritmo de Instagram todavía presenta un gran desequilibrio racial. Los cuerpos blancos son promocionados y no se censuran, pero los negros deben justificar su presencia en la plataforma. Exigió que Instagram asumiese la responsabilidad de su «sesgo social internalizado», hiciera oficial y su «política de semidesnudez» porque solo de esa manera es que serán «escuchados de verdad».
Una campaña en contra de una censura injustificada
«Una imagen de mí, una mujer negra gorda, comenzó un movimiento mientras yo estaba siendo yo misma, pero esta soy yo, sin disculpas». Este fue el mensaje que compartió Nicholas-Williams en una publicación similar a la que desató la polémica.
Diariamente aparecen en Instagram fotos de mujeres blancas y delgadas que muestran su cuerpo. Ante esto, el cuestionamiento de Nyome fue preciso: «¿Una mujer negra gorda que celebra su cuerpo está prohibida? Siento que me están silenciando».
Los días siguientes sus seguidores y otras cientos de personas repilicaron su mensaje y se unieron al movimiento #IWantToSeeNyome. Todo en un momento en el que la campaña de Black Lives Matter ganó gran relevancia por el seguimiento de los usuarios en redes sociales.
La fotógrada Alexandra Cameron también le dio la razón a Nyome. Confesó que durante años ha publicado fotos de mujeres blancas que tenían menos ropa que ella y nunca fueron denunciadas ni eliminadas.
Nicholas-Williams, que lleva cuatro años trabajando como modelo, declaró no entender tampoco a qué se debían las críticas que estaba recibiendo por sus fotografías. Sobre todo porque se trataba de «celebrar que queremos nuestros cuerpos» y compartirlos sin que sean «sexualizados o sin que nos juzguen».
Otra acusación que pesa sobre la red social
El caso de Nyome no es aislado. Otro hecho reciente de censura también invadió las redes sociales. Se trata de una parodia del posado de una modelo profesional que aparece desnuda.
Los usuarios han criticado a la plataforma por censurar la parodia de la humorista Celeste Barber, que desde hace algún tiempo realiza este tipo de parodias de imágenes, pero no la fotografía original. El objetivo de Barber es imitar las fotos para poner de manifiesto la imagen de la mujer que suelen promover las campañas publicitarias.
Ante el hecho, Barber compartió un mensaje en el que le pedía a Instagram que modificara sus «estándares de vergüenza corporal». Después de que se desatara la polémica, un portavoz de Instagram en Australia declaró que se habían disculpado directamente con Celeste por el error.
Una batalla que Instagram perdió
La plataforma, que cuenta con más de 1.500 millones de usuarios y 15.000 empleados, ha sido acusada en varias ocasiones por haber discriminado las publicaciones de la comunidad negra. Además de otros casos de mujeres blancas de talla grande o sin cuerpos esbeltos, como Celeste.
Adam Mosseri, el director ejecutivo, admitió en junio la necesidad de analizar lo que llamó el «sesgo algorítmico» de Instagram. También reconoció que estaba escuchando las preocupaciones «sobre si reprimimos las voces negras» y si sus productos y políticas son iguales para todos.
Ante esta situación, la red social comunicó que analizarían las políticas, herramientas y procesos que afectan a las personas negras y otros grupos infrarrepresentados. Gracias a la campaña de Nyome, el impulso de la fotógrafa Alexandra Cameron y la maquilladora Gina Martin, Facebook revisó sus políticas sobre desnudos en Instagram.
¿El resultado? Se diferenciará entre lo que es celebración del cuerpo y pornografía. Además, la plataforma lanzó propia campaña para promover las voces negras #ShareBlackStories. Todo gracias a la campaña de Nyome, una acción que cambió Instagram.
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