A la hora de estar en movimiento o hacer ejercicios, la distancia recomendable para evitar el contagio de COVID-19 debe ser por lo menos de cuatro metros. Así lo determinó un análisis realizado mediante el uso de un modelo de simulación por ordenador.
Los hallazgos apuntan a que cuando alguien exhala, tose o estornuda, mientras está en movimiento, deja un halo de micropartículas en la corriente de aire que otra persona que vaya detrás pueda atajar, contagiándose.
El modelo de simulación analizó el comportamiento de las partículas de saliva que se desprenden cuando las personas están quietas, caminando, corriendo y montando bicicleta.
Distanciamiento social global
Hasta ahora, la media global de distanciamiento social recomendada durante la pandemia de COVID-19 es de un mínimo de 1,5 metros. Las estimaciones se basan en el conocimiento que se tiene sobre el contagio de la gripe.
Los CDC (Centros de Control y Prevención de Enfermedades en los Estados Unidos) aseguran que la gripe puede contagiarse a una distancia de 1,8 metros. Mientras que el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido recomienda mantener una distancia prudencial de al menos dos metros.
La OMS recomienda mantener una distancia de al menos un metro. La medida trata de evitar el contagio del virus de la COVID-19 a través de las pequeñas gotículas que las personas infectadas proyectan al toser o estornudar. Estas pueden ser inhaladas si alguien sano está demasiado cerca.
El movimiento eleva el riesgo de contagio
La novedad del modelo de simulación por ordenador es que analiza las gotículas de saliva cuando las personas están en movimiento. Investigadores e ingenieros especializados en dinámicas de fluidos de la Universidad de Lovaina en Bélgica y la Universidad de Eindhoven en Holanda son los autores del estudio.
La investigación reafirma que la distancia de 1,5 metros puede ser efectiva a la hora de contener el contagio en espacios interiores con personas quietas. Sin embargo, el estudio agrega que el riesgo se eleva cuando una persona camina o hace deporte en espacios exteriores.
Si una persona va trotando por la calle y hay alguien detrás, corre el riesgo de aspirar las micropartículas de saliva de quien va delante. Estas permanecen en la corriente de aire, luego de que alguien exhala, tose o estornuda. Mientras que quien va detrás se movería a través de la nube que queda.
Lo que recomienda el modelo de simulación
Los cálculos de la investigación apuntan a que la distancia entre una persona y otra al caminar debe ser de cuatro a cinco metros; al correr al menos de 10 metros y al ir lento en bicicleta, 20 metros. Los hallazgos del estudio son pertinentes, en el caso de la sociedad belga, donde el Gobierno recomienda mantener la actividad física desde el inicio de la crisis sanitaria en ese país.
Por su parte, la Universidad de Eindhoven desarrolló una aplicación para teléfonos móviles basada en tecnología bluetooth y de sonido que ayuda a las personas a mantener el distanciamiento social en Holanda. A pesar de la tragedia producto de la pandemia de la COVID-19, los hallazgos científicos muestran el lado interesante de la crisis sanitaria global.
Aunque los modelos de simulación por ordenador no se traducen automáticamente a situaciones de la vida real, muestran un camino a seguir. Un buen ejemplo es el de Bill Gates, quien hace cinco años predijo una pandemia por la expansión eficaz de un virus a través de un modelo de simulación.
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