Los tiempos que corren energéticamente hablando no es que sean los mejores. Y es que a las continuas subidas del precio de la luz, se suma también el aumento disparado del petróleo y del gas. Un caldo de cultivo perfecto para lo que ya muchos afirman que se está preparando: el anticipo de una crisis energética a nivel mundial.
Crisis energética: ¿qué medidas se deben tomar para evitarla?
Cada vez es más evidente la necesidad de un cambio en el modelo energético, sobre todo, por las emisiones de CO2 que provocan al medio ambiente combustibles fósiles como el carbón. El gas natural no es tampoco una energía limpia, aunque sí lo es más que el carbón.
De ahí que las compañías energéticas estén cada vez más preocupadas por frenar el calentamiento global impulsando un modelo de cero emisiones. Hasta ahora, el gas natural es considerado como una de las fuentes de energía principales de esa transición ecológica. De hecho, es la segunda más utilizada en todo el planeta.
¿En qué se basa un modelo cero emisiones?
Sin embargo, el paso hacia un modelo de cero emisiones pasa principalmente por la descarbonización y la apuesta por energías renovables. Algo que queda reflejado en los planes estratégicos que han empezado a promover compañías como Endesa con datos tan alentadores como que el 80% de toda su producción de electricidad esté libre de emisiones de CO2 al final de esta década.
Para 2027 aseguran que todas las plantas de carbón hayan cesado su actividad, siendo 2050 el año clave para lograr una total descarbonización. Y en ese proceso, desde Endesa promueven que la transición hacia el fin de las centrales térmicas y un modelo sin emisiones, sea justa. ¿Cómo? A través de sus denominados planes Futur-e cuyo objetivo se centra en paliar los efectos que el cierre de estas centrales puede suponer a nivel económico, ambiental y social.
Actualmente, casi el 70% de su producción está libre de emisiones en su compromiso con el respeto al medioambiente y en su impulso sobre las energías renovables. Este fomento de las renovables viene motivado principalmente porque contribuyen al desarrollo sostenible y reducen el uso de combustibles fósiles, por ejemplo, a través de la instalación de paneles fotovoltaicos. Una vía por la que cada vez más empresas y particulares apuestan.
Energía solar: una alternativa de futuro
Al final, captar energía solar es un proceso menos contaminante. Y es algo sobre lo que inciden tanto desde el ámbito gubernamental como empresarial. De ahí que se promuevan planes tan ambiciosos como la famosa Agenda 2030.
Las energéticas en su conjunto son conscientes de la importancia de la protección ambiental. Por este motivo, la mayoría de ellas impulsan proyectos en los que ayudan tanto a empresas como a particulares a llevar un mayor control de su energía con el objetivo de lograr una mayor eficiencia energética. Un ejemplo es precisamente Endesa que, a través de auditorías energéticas, permite que el tejido empresarial pueda conocer detalladamente en qué se gasta la energía. Algo muy útil teniendo en cuenta los tiempos que corren, en los que el precio de la energía está por las nubes y ya no se sabe en qué tramo del día está más barata. Es incuestionable que el proceso hacia un modelo cero emisiones ya ha comenzado. Ahora solo queda seguir la senda adecuada. Y esto es algo que depende tanto de pequeñas como de grandes empresas, que tienen que tener como uno de sus objetivos finales la conservación del planeta para la mejora de la calidad de vida de todos nosotros.
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