El Holocausto sigue conmoviendo a gran parte del mundo. Sus sobrevivientes son sinónimo de fortaleza y resistencia. La historia del asesinato de millones de judíos por los nazis ha sido plasmada en documentos, fotografías, películas y libros. Algunos pocos de estos relatos, por increíble que parezca, son parte de una farsa millonaria, como el de Misha Defonseca una supuesta sobreviviente de la gran matanza, quien ganó millones de dólares con su engaño.
Misha DeFonseca (cuyo nombre verdadero es Monique De Wael) ha sido condenada judicialmente a indemnizar a su editor. Misha-Monique (nacida en Bélgica en 1937) se hizo famosa en 1997 con la publicación de su autobiografía (“Misha. Una memoria del Holocausto”). El texto describía sus memorias de la infancia y un viaje desgarrador para sobrevivir al Holocausto. Según la historia, Misha a los siete años caminó durante mucho tiempo en un bosque para encontrar a sus padres. También señaló que una manada de lobos la acompañó durante su travesía. El libro fue traducido a 20 idiomas y recaudó millones de dólares. Por otra parte, inspiró a la película francesa del 2007 Survivre Avec les Loups.
Durante las entrevistas de promoción Defonseca se mostraba conmovida al relatar la historia. La primera vez que la mujer contó lo sucedido fue a principios de los años 90 en una sinagoga cerca de su casa en Millis, Mass, durante Yom HaShoah, el Día de la Conmemoración del Holocausto en Israel.
El documental que intenta acabar con la mentira
La fascinante historia de Defonseca siempre fue puesta en duda. Un documental llamado Misha and the Wolves (Misha y los lobos), estrenado en el prestigioso Festival de Sundance, denuncia a la mujer como una estafadora y explica al público los detalles de la investigación. Esta cara de la moneda también llegará a varios países luego de que el servicio de streaming Netflix anunciara que estaría disponible en la plataforma.
Sam Hobkinson, director del documental, narra más allá del engaño y lo que llevo a Defonseca a ello. En el audiovisual intenta responder a las personas que creen en la historia y explica por qué el mundo cree de manera cegada en esos narradores. También pide al espectador que se honre a los sobrevivientes con la verdad en lugar de narrativas fantasiosas.
Los detalles de la mentira en su libro del Holocausto
La pequeña editorial Jane Daniel fue la que vio en la historia de Defonseca un éxito comercial y le insistió en realizar un libro del Holocausto. La mujer estuvo de acuerdo y sus memorias fueron publicadas por Daniel’s Mt. Ivy Press en abril de 1997. Las ventas no iniciaron de la forma esperada, por lo que la editorial le envió la historia a Disney para un posible película y a Oprah Winfrey, con la esperanza de que la eligieran para su popular club de lectura.
Ambas intenciones de la editorial fracasaron, lo que hizo a Defonseca llevar a juicio a la empresa en busca de obtener de nuevo sus derechos de autor. El jurado quedó cautivado con la historia de la mujer y le otorgó $ 7.5 millones en 2001, una cantidad mucho mayor a la que pudo haber ganado en ventas. El libro vendió solo 5,000 copias en los Estados Unidos. Posteriormente la jueza del caso triplicó el acuerdo a 22,5 millones de dólares.
En defensa de la verdad
Tras perder el juicio y quedar casi en bancarrota, Jane Daniel encontró en los mismos documentos del caso su salvación y la de miles de personas engañadas. La cuenta bancaria de Defonseca tenía el apellido de soltera de su madre, su fecha de nacimiento y su lugar de nacimiento, datos que la autora afirmaba en sus memorias que no conocía.
Otra de las razones por la que se podía pensar que la historia era falsa fue por una extraña discrepancia entre las ediciones inglesa y francesa de las memorias. En la versión al inglés dicen que el apellido de Misha se cambió a De Wael, pero la edición al francés lo tiene como Valle.
Evelyne Haendel, sobreviviente del Holocausto, afirmó que no se encontró el apellido Valle, sino cientos de De Wael en las guías telefónicas en Bélgica de las décadas de 1930 y 1940. Este gran avance suponía que si no podía encontrar a Misha en las bibliotecas judías, tal vez no era judía en absoluto. También se dirigió a las iglesias católicas locales, donde Defonseca afirmó que había sido acogida, y revisó los registros de bebés bautizados. En ninguno de los documentos se encontraba Misha.
La investigación dio como conclusión que la mujer nunca se llamó Misha, no era judía, no se había ido de casa y no estaba en peligro de ninguna manera.
Una explicación a medias
Una prima de Monique De Wael, verdadero nombre de Defonseca, fue contactada para confirmar la historia. Emma De Wael negó que la mujer escapara de casa cuando tenía siete años. Según el relato, los padres de la niña habían sido deportados por los nazis, pero por ser combatientes de la resistencia. Tanto su padre como su madre murieron en un campo de concentración alemán, y Defonseca se hizo conocida en la ciudad como «la hija del traidor».
En 2014 un juez de la corte de apelaciones obligó a Defonseca a entregar los 22,5 millones de dólares que le habían otorgado anteriormente.
Defonseca, de 84 años, afirmó que su libro no es la realidad de lo sucedido, pero fue su forma de sobrevivir. También pidió perdón a los que creyeron en su historia. La mujer señaló que fue un relato de una niña de cuatro años «que lo había perdido todo».
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