Por Alejandro Tovar
25/01/2016
Los objetos fetiche para los amantes del mundo del motor mueven cientos de miles de euros al año en España. Cascos, trajes, coches teledirigidos… Pequeños objetos de deseo, como los también famosos Scalextric, que nos ayudan a sentirnos como Fernando Alonso sentados en el suelo del salón, o las reproducciones en miniatura de vehículos de todo tipo, desde automóviles históricos a ambulancias o camiones de bomberos. “En mi casa siempre hemos sido aficionados a las reproducciones de coches. De pequeño eran mis juguetes y hoy tengo ya más de 1.000”, comenta Keko Romero, coleccionista de miniaturas. “Es un hobby emocionante, siempre colgado de internet, buscando la pieza de segunda mano, atento a las presentaciones de los fabricantes… Ahora estoy pendiente de un Pegaso deportivo; en cuanto salga a la venta, lo traeré directo a una de mis vitrinas”.
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Sin duda, un mundo apasionante que reúne en torno a páginas web de compraventa a cientos de coleccionistas. Pablo Mendoza, fundador de Autoescala, el foro de referencia de miniaturas en España, asegura que el sector es muy activo: “Cada vez hay más personas interesadas gracias en gran medida a los coleccionables de quiosco, a pesar de la crisis. La gente se compra un camión a escala, comienza a interesarse por otras piezas y termina creando su propio tesoro”.
Mendoza recuerda casos sorprendentes, como el de un Mercedes 300SL descapotable, el Alas de gaviota, a escala 1:43, que alcanzó el precio de 3.000 euros en 2008. “No obstante, la media de gasto en estos caprichos se mueve entre los 30 y los 40 euros, aunque siempre hay gente dispuesta a desembolsar lo que haga falta para hacerse con un modelo concreto”. Con él coincide Keko Romero: “Suelo gastar unos 40 euros en cada miniatura, aunque este mundo es como otros, las piezas valen lo que los coleccionistas están dispuestos a pagar. Comparado con otras colecciones ésta no es demasiado cara porque puedes encontrar piezas preciosas a un precio asequible”.
Pistas y carreras a escala
También levanta pasiones, y no únicamente entre los niños, un “juguete” con el que casi todos hemos soñado: el Scalextric. Poco tienen que ver los Scalextric que podemos disfrutar ahora con los que ya entretenían a los españoles hace 50 años. Aunque la esencia es la misma, sentirse un piloto profesional, la tecnología ha convertido la pista en miniatura en un escenario tan real que casi asusta, y más tras la presentación del nuevo modelo WOS (Wireless Overtaking System, es decir, adelantamiento sin cables).
“En un mismo circuito pueden competir hasta seis coches que cambian de carril, los mandos son inalámbricos, controlamos los niveles de recarga de combustible y, además, incluimos una vía lateral, un pit lane, en el que los coches pueden repostar gasolina”. Son palabras de Jorge Arceo, el responsable de marketing de Scalextric en España, resumiendo las novedades del nuevo modelo WOS.
Y… ¿cuánto cuesta? Dos posibilidades: según tamaño, trazado y accesorios, el Scalextric WOS está a la venta por 350 o por 450 euros.
Aunque otros prefieren no atarse a un circuito cerrado y se decantan por los coches teledirigidos. La Asociación Española de Coches a Radiocontrol reúne a más de 2.000 aficionados, entre los que se cuentan un campeón del mundo y varios campeones de Europa, dispuestos a batirse en carreras. En cuanto a novedades, sucede lo mismo que en la industria del motor: “Dejamos atrás los coches de gasolina o metanol para usar motores eléctricos, con mejores prestaciones y una vida útil mucho más larga”, comenta José Alfonso Pineda, presidente de la asociación. “Es un mundo apasionante en constante renovación y, en cuanto a la inversión, podemos encontrar un buen coche por 300 euros y llegar, si queremos, hasta los 3.000”.
Coches teledirigidos, de carreras en pistas, reproducciones en miniatura de grandes vehículos de la historia de la automoción… El mundo del coleccionismo sorprende. Y la ventaja: no es necesario tener un gran garaje para poder disfrutar de una gran flota de coches de todo tipo.