La realidad sobrepasó las expectativas. El eclipse total de Sol movilizó a millones de personas, especialmente en América del Norte, para seguir sus fases y disfrutar de ese espectáculo astronómico. La sombra de la Luna, entre la Tierra y el Sol, ocultó transitoriamente a la gigantesca y encendida estrella ante la mirada sorprendente de curiosos, aficionados y expertos. Un fenómeno conocido pero eventual que atrae, cautiva y arrebata emociones.
La costa del Pacífico de México fue la primera localidad en presenciar la totalidad del eclipse. La Luna cubrió completamente el sol en Mazatlán durante 4 minutos y 10 segundos a partir de las 11:07 am hora local. Risas, aplausos y un largo ¡oh! recorrieron los espacios abiertos de ese estado turístico. El paso de tan esperado evento colapsó su cotidianidad.
El Servicio Meteorológico Nacional de México compartió la sombra que proyectó el eclipse sobre ese país. La Comisión Nacional del Agua envió imágenes en movimiento captadas por un satélite.
A lo largo de algunas zonas de México, EE UU y Canadá el evento duró 310 minutos (algo más de 5 horas) y fue visible en una franja de unos 200 kilómetros de ancho. Este acontecimiento sucede cuando la Luna se alinea justo para interponerse entre el Sol y la Tierra, tapa el disco solar y causa una oscuridad similar a la nocturna en pleno mediodía.
El Sol es unas 400 veces más grande que la Luna, pero también está 400 veces más lejos, por lo que parecen tener un tamaño similar.
Expectativas del eclipse total de Sol
Tras dejar su sombra en Durango, Torreón y Monclova, se deslizó hacia Estados Unidos a la altura del paso fronterizo de Eagle Pass a las 13.27 pm, hora local. En Texas cubrió también San Antonio, Austin y Dallas pasado el mediodía. En su camino hacia el norte, oscureció también Little Rock (Arkansas), Indianápolis (Indiana), Cleveland (Ohio) y Búfalo (Nueva York).
La Gran Manzana contó con diversos eventos para ver el eclipse, como el del rascacielos Rockefeller o el cementerio de Greenwood Park, en Brooklyn, con el skyline de Manhattan en el horizonte.
En la frontera con Canadá el eclipse total de Sol escondió de lleno las cataratas del Niágara, rozó Toronto y tapó el Sol por completo en parte de Montreal antes de dirigirse al Atlántico Norte por Terranova. Las localidades de Cape Girardeau (Misuri) y Carbondale (Illinois), que ya estuvieron en la senda del eclipse en 2017, repitieron en esta oportunidad.
Millones de personas apuntaron al cielo con celulares, cámaras fotográficas y telescopios para recoger el importante momento que nos recuerda el lugar de nuestro planeta en el cosmos. Desde campamentos, playas, montañas, edificios, parques y en la vía pública. Una presentación inusual y deslumbrante del cosmos ganó la atención de multitudes.
El eclipse permitió no solo alegrar a sus fervientes espectadores. También movió la economía -en especial al sector turismo-, motivó a astrólogos a presagiar el futuro (esta vez sin bola de cristal) e incentivar la creatividad. Las redes sociales se llenaron de memes y chistes.
En Russellville, Arkansas, justo antes de la totalidad, cientos de parejas se casaron en una ceremonia nupcial masiva. Luego, cuando la Luna bloqueó completamente el Sol, algunas de las parejas lloraron, se abrazaron y besaron, y contemplaron el eclipse total en silencio.
NASA envió cohetes sondeo durante el eclipse
Tres cohetes sondeo despegaron sucesivamente desde las instalaciones de vuelo Wallops de la NASA en Virginia antes, durante y después del eclipse para medir cómo la desaparición repentina de la luz solar impacta la atmósfera superior de la Tierra.
Según la agencia espacial estadounidense, cada cohete expulsará cuatro instrumentos científicos del tamaño de una botella de refresco dentro de su trayectoria de totalidad para medir los cambios en la temperatura de la ionosfera, la densidad de partículas y los campos eléctricos y magnéticos.
Los cohetes sonda alcanzarán una altitud máxima de 420 kilómetros durante el vuelo. «Comprender la ionosfera y desarrollar modelos que nos ayuden a predecir perturbaciones es crucial para garantizar que nuestro mundo, cada vez más dependiente de las comunicaciones, funcione sin problemas», dijo Aroh Barjatya, líder del proyecto. Y profesor de ingeniería en la Universidad Aeronáutica Embry-Riddle en Daytona Beach, Florida.
El próximo eclipse total visible en Estados Unidos (excluida Alaska) será en 2044. Antes, en 2026, se producirá un eclipse total en España.
Como un abreboca, durante algunos minutos el gran eclipse se dejó ver en forma parcial en cuatro islas canarias. Esta fase es aquella en la que la Luna parece darle un “mordisco” al Sol en forma de media luna.
Un pequeño grupo de personas disfrutó el ocaso del eclipse solar parcial desde el observatorio del Teide, en Izaña, Tenerife. Fueron testigos privilegiados de un fenómeno que solo ha sido visible por pocos. Los asistentes a este espectáculo de la naturaleza están vinculados en su mayoría al Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Los espectadores sortearon la lluvia y el viento a través de la carretera que avanza desde la costa hacia la base del volcán.
Galicia con menos suerte
Las cumbres de Canarias siempre premian a quien mira al cielo, aunque sea por unos fugaces minutos, así que había pocos lugares mejores para observar el fenómeno que los observatorios del Teide y el Roque de Los Muchachos, aún más al oeste, en La Palma. Menos suerte han tenido en Galicia, por donde también pasaba el eclipse parcial. Si las nubes no lo hubieran impedido, se habría observado en las provincias de Pontevedra y A Coruña durante unos 10 minutos.