Como estrategas en un campo de batalla, los militares españoles llevan meses manifestando su “disconformidad por los sueldos y compensaciones sociales”. Ante la “inacción de las autoridades” decidieron dar un paso al frente. Esperan tomar las calles en septiembre para hacerse sentir y exigir un “sistema retributivo digno y justo” que beneficie el personal que resguarda la seguridad del país y ha sido clave en la crisis sanitaria.
“El tiempo de las palabras ha pasado, ahora toca pasar a la acción”, señala un documento suscrito por cuatro asociaciones profesionales de las Fuerzas Armadas. En el texto dicen estar “hartos de recibir elogios y buenas palabras. Con medallas y felicitaciones no se pagan las facturas”.
Miembros de las Fuerzas Armadas han participado de la Operación Balmis y el Proyecto Atila, para atender hospitales y poblaciones vulnerables durante la pandemia. También resguardando las fronteras, desinfectando edificaciones, contribuyendo a instalar en tiempo récord un hospital en Madrid para atender solo a pacientes con coronavirus. Entregando ayuda humanitaria y equipamiento sanitario, comida.
El bajo sueldo de los militares es un problema crónico, y lo han hecho saber desde febrero de 2019. Pero hoy se hace más evidente con la equiparación salarial de la Policía Nacional y la Guardia Civil a las policías autonómicas. Los militares se han quedado rezagados.
Militares piden salario justo
“El soldado que conduce un carro de combate que vale 11 millones cobra 60 euros más del salario mínimo. Pero un guardia civil recién incorporado gana más que un brigada con 30 años de servicio”, explica Marco Antonio Gómez, presidente de ATME (Asociación de Tropa y Marinería Española).
A ella se unen AUME (Asociación Unificada de Militares Españoles); Asfaspro (Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas); y UMT (Unión de Militares de Tropa). Piden a la ministra de la Defensa, Margarita Robles, una reunión extraordinaria del Consejo Asesor de Personal de las Fuerzas Armadas. Se trata del órgano asesor del despacho y del que todas ellas forman parte, para abordar el problema de las “paupérrimas retribuciones”.
“La crisis económica sufrida por nuestro país en los últimos años junto con una política de personal fracasada ha sumido a la profesión militar en la marginación social y retributiva”, indica la posición conjunta.
En contexto
En el texto los militares piden un salario justo y digno. Destacan que «en febrero del 2019 presentamos nuestras quejas por los bajos ingresos. Además, solicitamos un pleno extraordinario del Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas para tratar de conseguir el reconocimiento retributivo de la profesión militar».
De esto, refieren las asociaciones, “ha pasado más de un año y no seguimos igual, estamos peor. La crisis de la COVID-19 ha permitido que los ciudadanos comprueben directamente que las Fuerzas Armadas constituimos un gran aporte ante situaciones de riesgo. Trabajando codo con codo junto a otros profesionales de otros gremios. Ahora una crisis económica se suma a la sanitaria, y en esta nueva normalidad observamos de nuevo que hay dinero para todos excepto para los militares”.
“No somos mano de obra barata, callada. Se nos exige obediencia, rápida actuación, profesionalidad indudable y disponibilidad total. Todo eso debe tener un reconocimiento en derechos laborales y retributivos”, precisan los voceros de las citadas agrupaciones.
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