Por: Cambio 16
05/01/2016
Miles de ciudadanos de Alepo, la ciudad más grande de Siria, empezaron a retornar a sus hogares después que estuvieran alejados por meses debido a la guerra.
Especialmente al este de la metrópoli, que era el último bastión rebelde que quedaba, las fuerzas sirias han dado los permisos a los habitantes para que retornen. Algunos se habían quedado a cuidar sus pertenencias, sin importar el riesgo, los demás escaparon y ahora regresan para ver el estado de sus hogares y comenzar de nuevo.
La gran mayoría de los que deciden regresar no quieren estar más en los refugios, y prefieren levantar de nuevo sus hogares sin importar que estén totalmente en ruinas.
«Tenemos frío cada noche. Dormimos el uno junto al otro bajo algunas sábanas, ya que no hay paredes ni tejado para cubrirnos de la lluvia, del viento y de la nieve. Pero es nuestra única opción si no queremos vivir en un campamento o en la calle», explica a Efe un habitante de Alepo, llamado Abu Ahmad.
Los soldados del Ejército censaron a cada uno de los residentes y limpiaron la zona de bombas y otros explosivos que dejaron los rebeldes, antes de dar la autorización a los habitantes de regresar.
«La situación era terrible. No podías garantizar tu seguridad ni la de tus hijos. Agradecemos a Dios que al menos hoy tenemos paz», agrega Abu Ahmad.
En todo el este de Alepo aún no se restablecen los servicios básicos. Las familias empiezan de nuevo prácticamente desde cero a limpiar los escombros y vivir cómo sea sin electricidad ni agua.
«Desde hace años no tengo ni electricidad ni gas en el hogar. Nos vestimos con bastante capas de ropa y nos cubrimos con sábanas todo el tiempo», dice otro hombre entrevistado por Efe.
Alepo era una de ciudades que daba más ingresos a Siria, gracias al comercio y al turismo. Tenía una población de 4 millones de habitantes antes de comenzar la guerra hace 5 años, ahora tiene 1,5 millones, según Naciones Unidas.
Sin embargo, un número considerable de personas salen de refugios cercanos y regresan día a día, según el coordinador residente de la ONU en Alepo, Sajjad Malik.
Él alerta que esos ciiudadanos aún no contarán con colegios, hospitales, clínicas y carreteras, ya que el nivel de destrucción de la ciudad «está a un nivel que es difícil de imaginar».