La sexta hija de Steven Spielberg, Mikaela, aseguró que quiere empezar una carrera como actriz porno y estríper. En una entrevista a The Sun, la joven de 24 años, que fue adoptada por el director y su esposa Kate Capshaw cuando tenía un mes de nacida, dijo que es “un animal sexual” y que quiere monetizar esa parte de sí misma.
“Estaba harta de no poder capitalizar mi cuerpo y harta de que me dijeran que debía odiarlo. También me cansé de trabajar de una manera que no satisfacía mi alma. Siento que si hago esta clase de trabajo, podré satisfacer a otra gente pero también me sentiré bien porque no me siento violada”, explicó al diario.
Le dio la noticia a sus padres a través de Facetime, pues desde hace años reside en Nashville, Tennesse, alejada del hogar familiar en Hollywood. ¿Su respuesta? “Estaban intrigados pero no molestos”, asegura la joven. “Mi seguridad es su principal preocupación”, agregó.
Para su incursión en el mundo de la pornografía, Mikaela usará el nombre de Sugar Star. En su Instagram, su nombre es Vandal Princess. Ya había publicado unos vídeos en el portal web PornHub pero los bajó mientras espera por su licencia como trabajadora sexual, que no es indispensable, pero sí quiere que todo sea “legítimo”.
Vídeos en solitario
En sus redes sociales, escribió que había lanzado su propia carrera “autoproducida” en el mundo de entretenimiento para adultos. “Que sea algo seguro, sano y consensuado es el objetivo. Mi cuerpo, mi vida, mis ingresos, mis elecciones”, plasmó. En la entrevista, también dijo que espera que esto sea una manera de “no depender de nadie económicamente”.
Mikaela también explicó que sus vídeos como actriz porno serán en solitario, centrados en el fetichismo. No quiere aparecer en pantalla teniendo relaciones sexuales con otra persona por respeto a su prometido, Chuck Pankow, de 47 años, porque dice que sería una “violación” a sus propios límites. Ella misma también explicó que su público hasta ahora han sido hombres blancos mayores.
Por otro lado, en la entrevista con The Sun, la joven también se refirió a sus problemas de la infancia que hasta hace dos años la habían llevado por un espiral autodestructivo, en el que se incluía el alcoholismo y desórdenes alimenticios. “Estoy en un buen lugar ahora, aunque a veces tengo recaídas”. Pero asegura que esta decisión se siente “conectada y validante”.
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