Alrededor de 150 migrantes salvadoreños partieron en grupo este miércoles hacia la frontera de México con Estados Unidos. Se trata de la última de una serie de caravanas que el presidente norteamericano Donald Trump ha utilizado para justificar su demanda de construir un muro a lo largo de la frontera entre su país y México.
El grupo, organizado a través de redes sociales, sigue los pasos de una caravana aún mayor. Esta partió desde Honduras pocos días atrás.
El miércoles por la mañana, entre 900 y mil hondureños se reunieron en la frontera con Guatemala. Los migrantes salvadoreños y hondureños aspiran cruzar la frontera de México con Estados Unidos. Así lo reveló a la agencia Reuters el jefe de la policía local, Jorge Rodríguez.
Varios cientos de migrantes hondureños ingresaron a territorio guatemalteco el pasado martes, tal como lo confirmaron activistas que marchan junto a ellos.
Los migrantes salvadoreños: más argumentos para Trump
Las caravanas de centroamericanos han encendido el debate sobre la política migratoria de Estados Unidos. El presidente norteamericano Donald Trump las utiliza como argumento para intentar ganar apoyo político. Su propósito primordial es obtener los recursos económicos para emprender su plan de construcción de un muro de seguridad fronteriza.
El gobierno de Estados Unidos ha estado parcialmente paralizado durante más de tres semanas. Mientras tanto, los parlamentarios demócratas se resisten a atender las demandas de Trump. El mandatario aspira que el Congreso provea a su administración recursos cercanos a los 5 mil 700 millones de dólares. Los utilizaría para financiar la construcción de un muro en la frontera con México.
En El Salvador, José Sorto, un desempleado de 30 años, dijo que hace tres años sobrevivió a un ataque de cinco disparos perpetrado por la pandilla denominada Barrio 18. Asegura que desde entonces debe cambiar permanentemente de residencia en el municipio de Ilobasco, a 56 kilómetros al noreste de la capital San Salvador.
“Me uní a la caravana porque aquí ya no es posible vivir en paz. Tengo que andar huyendo y escondiéndome todos los días. Quiero irme para vivir tranquilo y trabajar para comprarle una casa a mi mamá”, dijo Sorto a la agencia Reuters.
Los migrantes salvadoreños, quienes recorren las calles con mochilas y botellas de agua, fueron escoltados por las autoridades de inmigración y funcionarios policiales.
Huyen de la violencia
El gobierno de El Salvador actualmente se enfrenta a una ola de crímenes y violencia. Según datos divulgados por las Naciones Unidas, durante el año pasado la tasa de homicidios en el país fue cercana al 50.3 por cada 100,000 habitantes. Según la mayor organización internacional, se trata de uno de los más altos índices de criminalidad registrados en el mundo.
El gobierno centroamericano estima que en el último año alrededor de 2 mil 700 migrantes salvadoreños abandonaron su país. A través de las redes sociales se organizaron en media docena de caravanas. Estima también que unas 600 personas han regresado voluntariamente y que tres han fallecido en el intento.
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