La creciente migración forzada de venezolanos que huyen de la crisis humanitaria compleja que azota al país, ha sobrepasado la capacidad de solidaridad y atención de los países receptores de América Latina y el Caribe, y de la propia ONU.
Naciones como Colombia y Ecuador han lanzado alertas ante la falta de recursos y colapso de servicios de salud para prestar asistencia. Mientras, el flujo migratorio se duplica cada día sin control ante la incertidumbre sobre una solución pronta a la crisis política, económica y social en Venezuela.
La migración de venezolanos también rebasa los cálculos del programa de financiación de países, realizados por la ONU. Se calcula que por cada venezolano debería destinarse entre 300 y 500 dólares al mes, es decir, más de 275 dólares de lo recibido.
Y es que hasta agosto la organización había recaudado unos 150 millones de dólares para atender los requerimientos de 4 millones de desplazados externos. Es decir, solo 21 % del monto anunciado en diciembre de 2018: 738 millones de dólares para solo 2,2 millones de beneficiarios.
Ante ello, la ONU actualiza las cifras del programa de asistencia para 2020. Y Acnur y la OIM han solicitado a la banca multilateral facilitar y agilizar préstamos para la atención de la crisis migratoria venezolana.
Eduardo Stein hizo un llamado a la banca multilateral para facilitar y agilizar préstamos solicitados para atención de la crisis migratoria y explicó que las cifras del llamamiento de la ONU se están actualizando para el próximo año, debido al incremento del flujo migratorio pic.twitter.com/BMNCFLncgP
— Cancillería Colombia (@CancilleriaCol) August 20, 2019
Migración en aumento, frenos progresivos
Especialistas consideran que la crisis migratoria venezolana no es regional, sino global. Reportes de al menos tres países confirman el aumento del torrente de personas desde Venezuela y el impacto en sus sociedades. Acnur ha comenzado por las redes una campaña positiva sobre el drama de esta migración.
¿Si tuvieras que huir de tu país, qué te llevarías?
Ropa, zapatos, tu mascota, fotos. 🐕🎒👚
Venezolanos que se fueron de su país nos comparten lo que les hubiera gustado llevarse con ellos en su larga travesía. pic.twitter.com/vZddzarFCi— Acnur/Unhcr Américas (@ACNURamericas) August 27, 2019
En Colombia ingresaron 1.408.055 migrantes venezolanos, con edades comprendidas entre los 18 y 39 años, hasta el 30 de junio, según el informe de Migración Colombia, pero se calcula que serán más en los próximo meses. De esa cifra solo 732.390 permanecen legalmente en ese país.
En Ecuador, unos 13 mil 110 venezolanos cruzaron sus fronteras en apenas un fin de semana, de acuerdo con reportes. Esto ocasionó una crisis en sus fronteras el lunes pasado. Se calcula que más de 300 mil venezolanos están radicados allí. En Perú, destino preferido de estos migrantes, había 860 mil emigrantes de Venezuela hasta el 14 de agosto, según los registros. Exige la visa humanitaria desde el 15 de junio.
Las graves condiciones internas para acoger a los venezolanos obliga a algunas naciones receptoras a tomar medidas. Desde el 26 de agosto, Ecuador se sumó a Perú, Chile, Panamá Costa Rica, Guatemala y Honduras, en la petición obligatoria de una visa humanitaria. Con esta buscan controlar el inmenso flujo de estos ciudadanos que sumaban 4 millones hasta junio, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) .
Al comenzar septiembre se cree que puedan aumentar los países de la región que endurecen las exigencias para la migración de venezolanos que huyen de la crisis humanitaria sin precedentes y que avanza en esa nación suramericana.
Colombia: SOS por venezolanos
Colombia, de los países receptores, lleva el mayor peso de crisis venezolana y envía un SOS. La mayoría de 1.408.055 migrantes está concentrada en Bogotá, Cúcuta y Barranquilla, según el informe de Migración, difundido el 1 de agosto.
Sin embargo, la crisis se manifiesta sin retoques cada día en Cúcuta, la ciudad fronteriza con Venezuela. Al menos 8.834 personas enfermas congestionan hospitales esperando atención médica que no encontraron en su país. Esta ciudad recibe además una migración pendulante: los que entran y regresan a Venezuela, y los otros que siguen hacia el sur. Mientras, la entrada al territorio colombiano aumenta.
«Podríamos decir que diariamente la cifra es cercana a los 1.600 registros y a medida que se agudice la situación en Venezuela, el flujo continuará en aumento», afirmó el director de Migración Colombia, Christian Krüger, durante la presentación del informe.
«Ninguna región estaba preparada para esta crisis migratoria. Pero el trabajo organizado de gobernaciones como la del Quindío @carlosedosorio y de alcaldías como la @AlcaldiaArmenia han permitido que el impacto de la migración en la región sea menor», Director de @MigracionCol pic.twitter.com/3UwGOTC3Yi
— Migración Colombia (@MigracionCol) August 16, 2019
Los migrantes de los últimos años no afectan el empleo formal, pero se mueven en la informalidad de la economía colombiana, dice. Y allí, las condiciones desfavorables comprometen sus derechos.
«El salario mínimo es equivalente a 300 dólares mensuales, y los venezolanos trabajan por 100 o 150 dólares, sin contar que las mujeres incursionan en prostitución por 25 dólares. Es dantesco. Y un dato preocupante: Muchos de los jóvenes de 16 a 30 años que nacieron y crecieron en el chavismo y son migrantes, tienen como fuente de ingreso la mendicidad y con niños pequeños. Es un tema delicado», afirma el abogado venezolano y activista de DDHH en Colombia, Juan Navarrete.
Calderón: Una tragedia humanitaria
El designado embajador de Venezuela en Colombia, Humberto Calderón Berti, caracteriza la migración forzada de venezolanos, en el contexto regional, como una verdadera tragedia humanitaria», especialmente en ese país. «La gente llega solo con lo que carga encima, en estado famélico, y hay quienes cruzan la frontera solo para alimentarse».
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Los niños, cuando terminan de comer, cogen con sus deditos los granitos de arroz que quedan. Esta tragedia ocasiona una tremenda impotencia porque uno quisiera tener más y ayudar más, y no se puede», señala Calderón Berti a Cambio16.
La migración venezolana en Colombia provoca una situación muy compleja, dice, y no obstante, cuenta con la hospitalidad del gobierno colombiano y de la población.
«Es un fenómeno prácticamente inmanejable. Puede ser que el número de migrantes sea mayor porque otros pasan por trochas de La Guajira, el Norte de Santander y el Arauca. Todos los días llegan alrededor de 5 mil personas desde Venezuela». La mitad se queda en territorio colombiano y el resto sigue hacia el sur de la región.
El problema central es que los que se quedan son los menos capacitados y con más carencias de recursos. Es impresionante ver en los hospitales cómo los pasillos están llenos de camillas con venezolanos esperando atención», indica el embajador venezolano.
Pero es poco lo que la embajada puede hacer ante el aumento inevitable de migración por la falta de soluciones prontas a la crisis venezolana. «Lo que hacemos es una tarea de intermediación, no tenemos presupuesto ni recibimos recursos, y cuando uno quiere ayudar hay que meterse la mano en el bolsillo para hacerlo. Contamos solo con siete personas para atender a casi 2 millones de migrantes».
Peso fiscal de la migración
La llegada forzada de venezolanos impactaba el 0,5 del PIB en los servicios colombianos en junio, según cifras oficiales. «Debe estar llegando ya a 1%», desliza Navarrete. Un peso fiscal al que se suman 8 millones de desplazados internos por el conflicto armado que vuelve a amenazar.
El aporte que la ONU da a Colombia, calculado en 200 millones de dólares, es insuficiente.
«Debe haber una gran presión internacional para que haya una solución al problema venezolano, causante de esta migración, y empecemos cuanto antes con la reconstrucción de Venezuela que está desecha».
Países europeos y Estados Unidos a través de programas de Usaid, además de la ONU, prestan ayuda a la población venezolana, pero se espera la cooperación de los gobiernos de la región para poder enfrentar la migración.
Ante una mayor migración que se ya se avizora, Colombia no tendría planteado imponer visas u otro tipo de controles rigurosos. «No lo puede hacer porque generaría una crisis muy grande de movilidad humana. Colombia lo que ha pretendido es facilitar y asumir una actitud colaboradora».
Ecuador: país de tránsito
Pero ese no es el caso de Ecuador, tercer país receptor de la migración forzada de venezolanos, después de Perú, y primero de tránsito hacia este y Chile. La cantidad de migrantes y los problemas en el sector laboral obligaron al gobierno a exigir una visa humanitaria en los puestos fronterizos, a partir del lunes 25 de agosto.
Ese día más de 13 mil venezolanos que pretendían ingresar al territorio ecuatoriano, se toparon con la medida. Bloquearon durante horas el acceso al país andino y ocasionaron uno de los conflictos más serios en el puente fronterizo.
La situación obligó al embajador René De Sola, designado por el presidente interino de Venezuela, a hacer un llamado a deponer actitudes violentas en el paso fronterizo, y a reconocer el derecho soberano de cada país para adoptar medidas migratorias.
Sin embargo, el hecho ha puesto en evidencia dos aspectos, según expertos: Por una parte, la masiva migración que llega a Ecuador «se queda por las malas», y por la otra, hay falta de política gubernamental en materia migratoria.
«Al tratar de integrarse al mercado laboral que se le ofrece, que es el de más bajo rango, uno advierte que los venezolanos no querían irse de su país y que están en Ecuador en un proyecto migratorio obligado; su objetivo es llegar a Perú o a Chile», afirma Daniel Castro Aniyar, criminólogo y antropólogo venezolano.
Considera que el impacto del flujo migratorio se debe más bien a que «la política del gobierno en el tema es nula». «Ecuador mira hacia otra parte, procura que la gente no esté en el país para no enfrentar el problema. Ya las ONG le han dicho que no puede seguir corriendo la arruga con la migración de venezolanos», dijo.
El gobierno de Italia a través de la UE y Acnur están haciendo una importante inversión en Ecuador para aliviar el problema y darle cobijo a los venezolanos, según Castro Aniyar.
Estigma de la migración de Ecuador a Perú
Un dato interesante es que el flujo de venezolanos no ha impactado en la seguridad en estos países, según resultados obtenidos por los especialistas.
En Ecuador, como en Colombia, la participación de venezolanos en hechos delictivos no pasa de 1,5 por ciento. «Lo que tenemos es una conmoción general por la presencia del venezolano. En los barrios mas peligrosos de Ecuador hemos encontrado grupos muy pequeños que además están aterrados por los otros grupos de delincuentes ecuatorianos que sí tienen control real del territorio», asegura Castro, quien ha asesorado al Ministerio de Interior de ese país en materia de criminalidad.
«Hay una ampliación de la etiqueta delictiva que afecta al venezolano. Es una bomba de tiempo y hay que atacarla, pero no hay actitud valiente sobre el tema».
En Perú este estigma es similar. Sin embargo, la migración venezolana se redujo 91,5 por ciento en julio, en comparación con el mes anterior, según un informe de la Superintendencia Nacional de Migraciones. En junio fue adoptada la medida de la visa humanitaria y la migración neta de venezolanos fue de 44.756 personas.
En la actualidad hay un total de 859.659 venezolanos en Perú. Desde junio, la Cancillería instaló el Centro Binacional de Atención Fronteriza (Cebaf) para evaluar las solicitudes de refugio de los ciudadanos extranjeros que deseen ingresar al país.
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