Michael Yeadon es un investigador y ex vicepresidente de Pfizer. Sus opiniones en medio de la pandemia han retumbado no solo los cimientos de ese gigante farmacéutico, sino también de otros laboratorios y de miles de usuarios atentos al correr del virus. El científico británico ha criticado procesos y vacunas. Mientras algunos colegas lo han cuestionado con severidad.
Yeadon se destacó como investigador de alergias y vías respiratorias durante 16 años en Pfizer y asumió altas posiciones ejecutivas en la empresa. De allí la resonancia de sus comentarios. En plena crisis sanitaria y de confinamientos en el mundo, se mostró renuente a las vacunas.
Su escepticismo le ha valido confrontaciones y arduas polémicas en los últimos meses. Un portavoz del Departamento de Salud y Asistencia Social de Gran Bretaña señaló que las afirmaciones de Yeadon eran «falsas, peligrosas y profundamente irresponsables». Emplazó a los británicos a confiar en los fármacos y el combate contra la COVID-19.
Sin embargo, no fueron las únicas controversias. Los epidemiólogos Martin Kulldorff, de la Universidad de Harvard; Sunetra Gupta, de Oxford, y Jay Bhattacharya, de Stanford, elaboraron un manifiesto en contra el confinamiento que fue avalado por 14.000 firmas.
Coincidente con la petición, también en octubre pasado, unos 2.000 científicos del mundo, publicaron la Declaración Barrington. Un texto en el cual alertan sobre el impacto terrible del confinamiento en la salud física y mental de las personas”.
Pero la crítica de Yeadon iba por otro lado. En diciembre dio un paso más. Declaró que las vacunas podrían causar infertilidad en las mujeres. Participó como co-autor de una petición ante la Agencia Europea de Medicamentos para frenar estos fármacos.
Michael Yeadon, opiniones polémicas y contradictorias
La Agencia siguió su proceso regulatorio y semanas después aprobó la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19 de la Unión Europea, desarrollada conjuntamente por Pfizer Inc. Pero el revuelo estaba en su apogeo.
La actuación de Michael Yeadon, siendo exdirectivo de Pfizer, fue replicada por blogs y redes sociales y por la web de Robert F. Kennedy jr., de la dinastía política de Estados Unidos.
Yeadon escribió para el periódico Daily Mail que también apareció en MailOnline, que las muertes por la COVID-19, pronto «desaparecerán» del Reino Unido. Entonces alcanzaban alrededor de 45.000 los fallecidos en Gran Bretaña. Dijo además, que los británicos «deberían poder reanudar de inmediato su vida normal».
También fue co-autor de un extenso artículo en un sitio web llamado Lockdown Skeptics. Declaró que la «pandemia como evento en el Reino Unido está esencialmente completa. No existe un principio biológico que nos lleve a esperar una segunda ola». Sin embargo, la segunda ola llegó con ímpetu.
En otro escrito comentó que “no hay absolutamente ninguna necesidad de vacunas para extinguir la pandemia. Nunca había oído hablar de esas tonterías sobre las vacunas. No se vacuna a las personas que no corren el riesgo de contraer una enfermedad «.
En noviembre, Yeadon pidió el fin de las pruebas masivas y afirmó que el 30% de la población ya era inmune a la COVID-19. Señaló que había pocas posibilidades de que el virus se propagara más en el Reino Unido, que las mayorías ya estaban infectadas o eran inmunes.
Pero, ese batallar de opiniones polémicas también ha sido contradictorio. En marzo, cuando se asomaban los primeros casos del virus en ese país, su visión de los hechos era completamente distinta.
Inicialmente expresó su apoyo al desarrollo de una vacuna. Sostuvo en su Twitter: “Covid-19 no va a desaparecer hasta que tengamos una vacuna o inmunidad colectiva”. Una semana después, según observó Reuters tras revisar los mensajes del científico en los últimos dos años, indicó: «Una vacuna podría llegar hacia fines de 2021, si tenemos mucha suerte».
Cuando un usuario de la red dijo que las vacunas «dañan a muchas, muchas personas», Yeadon salió al paso. Respondió: «Ok, por favor rechácelo, pero no impida su flujo hacia los neutrales. O aquellos que estén interesados en recibirlo, gracias».
Altibajos personales y profesionales
¿Qué pasó en tan corto tiempo que Michael Yeadon cambió de opinión de un extremo a otro? ¿Lo hacía para llamar la atención o porque en verdad quería anticipar de sus consecuencias?
Muchos de sus colegas están desconcertados por su transformación. Según el perfil de LinkedIn de Yeadon, el científico se incorporó a Pfizer en 1995. Ascendió hasta convertirse en vicepresidente y jefe de investigación sobre alergias y vías respiratorias. Y de su persona, dijo en Twitter, que está casado y tiene dos hijas adultas, y describió su infancia como difícil.
Contó que su madre se suicidó cuando él tenía 18 meses y que su padre, un médico, lo abandonó cuando tenía 16 años. Salvado por un trabajador social local y adoptado por una familia judía, cuyo «amor con las manos abiertas cambió mi vida».
Respecto a sus contundentes opiniones, los ex compañeros en el laboratorio se mostraron asombrados. Mark Treherne, presidente de Talisman Therapeutics en Cambridge, recordó que coincidió con Michael Yeadon en Pfizer. “Siempre parecía informado, inteligible, un buen científico. Ambos fuimos entrenados como farmacólogos, así que teníamos algo en común. Pero, obviamente no estoy de acuerdo con Mike y sus puntos de vista recientes».
Por otra parte, John LaMattina, ex presidente de Pfizer Global Research and Development, también conocía a Yeadon. «Su grupo tuvo mucho éxito y descubrió una serie de compuestos que entraron en el desarrollo clínico temprano». Sin embargo, dijo que Yeadon y su equipo fueron despedidos por Pfizer cuando la compañía tomó la decisión estratégica de salir del área terapéutica que estaban investigando.
Después de perder su trabajo en Pfizer en 2011, Yeadon creó una empresa de biotecnología llamada Ziarco con tres colegas de Pfizer. Querían continuar investigando terapias prometedoras dirigidas a alergias y enfermedades inflamatorias. Pero faltaron los recursos económicos.
En 2012, Ziarco anunció que había obtenido fondos de varios inversores, incluida la división de capital de riesgo de Pfizer. Más tarde se unieron otros inversores, incluido un fondo de capital de riesgo corporativo de Amgen.
Mientras estuvo en Ziarco, Yeadon también trabajó como consultor durante varios años en dos compañías de biotecnología del área de Boston, Apellis Pharmaceuticals y Pulmatrix Inc. Ambas firmas dijeron que ya no las asesora. Una portavoz de Apellis dijo: «Sus puntos de vista no reflejan los de Apellis». Sin dar más detalles.
Reconocimientos y burlas, todo un torbellino
El arduo trabajo en Ziarco dio sus frutos. En enero de 2017, Novartis adquirió la compañía por un pago inicial de 325 millones de dólares, con la promesa de 95 millones más si se cumplían ciertos hitos, según el informe anual de 2017 de Novartis. Novartis confiaba en el éxito de un medicamento Ziarco, conocido como ZPL389, que tenía el potencial de ser un “primer tratamiento oral de su clase para el eccema moderado a severo”.
En enero de 2020 Michael Yeadon se refirió a su patrimonio.»Por extraño que parezca, gané millones con la fundación y el crecimiento de una empresa de biotecnología. Creando muchos trabajos bien remunerados, utilizando mi doctorado y mi persuasión en todo el mundo».
Mientras tanto, Novartis confió en julio, que había descontinuado el programa de desarrollo clínico ZPL389 y había recibido una amortización de 485 millones de dólares. Un portavoz de Novartis dijo que la compañía decidió terminar el programa después de unos datos de eficacia decepcionantes en un ensayo clínico en etapa inicial.
A principios de este año, un grupo de excolegas de Michael Yeadon en Pfizer expresó su preocupación en una carta privada, según un borrador revisado por Reuters. “Nos hemos vuelto muy conscientes de sus puntos de vista sobre COVID-19 en los últimos meses. La determinación, la falta de rigor científico y la interpretación unilateral de datos a menudo de baja calidad están muy lejos del Mike Yeadon que tanto respetamos. Y con el que disfrutamos trabajar».
El 3 de febrero, la cuenta de Twitter de Yeadon tenía un mensaje para sus 91.000 seguidores: “Recientemente apareció un tweet debajo de mi identificación, que fue horriblemente ofensivo. Como resultado, mi cuenta fue bloqueada. Por supuesto que lo borré. Quiero que sepas, por supuesto, que yo no lo escribí «. Un portavoz de Twitter se negó a comentar.
Yeadon no aclaró a qué tuit se refería. Pero poco después, varios usuarios de Twitter y un blog llamado Zelo Street publicaron capturas de pantalla de numerosos mensajes antimusulmanes ofensivos de la cuenta de Yeadon de hace aproximadamente un año.
Horas después mencionó: «Pronto me iré». Dos días después, estaba fuera de Twitter. Sus seguidores fueron recibidos con este mensaje: «Esta cuenta no existe». Su perfil de LinkedIn también cambió pronto, ahora indica que está «completamente retirado».
Clare Craig, una patóloga británica, analizó el tratamiento de Yeadon en Twitter, donde algunos usuarios se burlaron de sus puntos de vista. Y lo comparó con las sociedades medievales que queman a los herejes en la hoguera. “No hay otra forma de verlo que la quema de las brujas”, dijo.
Reveló que habló con Yeadon después de que cerró su cuenta de Twitter. «Pensará en cómo contribuirá en el futuro», anticipó.
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