El libro los sonámbulos, publicado por el historiador australiano Christopher Clark en 2013, abordaba la génesis de la Primera Guerra Mundial. ¿Su tesis? Los gobernantes desconocían en 1914 qué estaba desencadenando esta tragedia, que luego se prolongaría por más de cuatro años.
En los últimos años, líderes de la Unión Europea han señalado que nunca más se avanzaría como sonámbulo hacia el nacionalismo o hacia la catástrofe que ocasiona el cambio climático, pero según Michael Meyer-Resende, gerente de la ONG Democracy Reporting International, “Europa ha caminado ahora como sonámbula hacia una pandemia”.
“No se trata de la repetición de la historia de 1914, sino de la de 1918, el año en que apareció la gripe española. La última gran epidemia de Europa. Hacía tiempo que ya la habíamos olvidado”.
En el escrito que este miércoles publicó Deutsche Welle afirma que “Europa ha fallado” y enumera varias preguntas que le llevaron a esa tajante respuesta. Después de hacer referencia a que China ocultó el peligro al comienzo, deja las siguientes dos interrogantes: ¿No fueron acaso científicos de la Charité, de Berlín, los primeros en desarrollar en el mes de enero el primer test global para detectar el virus? y ¿No están algunos países de Europa abordando el problema mejor que otros?
Gastkommentar: Die massiven wirtschaftlichen und sozialen Auswirkungen der #Corona-Pandemie auf Europa wären vermeidbar gewesen, schreibt Michael @meyer_resende von @DemocracyR. Taiwan, Südkorea und Hongkong hätten die Situation besser unter Kontrolle. https://t.co/FekWqksWLM
— DW Deutsche Welle (@DeutscheWelle) May 12, 2020
Después de responder que todo esto era correcto, agregó que en marzo todos los gobiernos de Europa estaban ante la disyuntiva de que muchas personas morirían y posiblemente colapsarían los sistemas de salud o de que se paralizaría en “forma rápida y radical” la actividad pública, con lo cual se perjudicaría la economía de muchos países.
“Un Gobierno previsor jamás debería dejarse arrastrar con los ojos abiertos a una situación tal, en que tenga que tomar una decisión de este tipo”.
Meyer-Resende: Una situación evitable
El analista sostiene que la COVID-19 fue una emergencia previsible, evitable al menos en estas dimensiones, pero Europa estaba dormida. Y un ejemplo ha sido lo hecho por Taiwán, Corea del Sur y Hong Kong, que con menos tiempos de preparación lograron controlar el brote sin perjudicar en demasía a la economía.
“Los gobiernos de Europa no estaban preparados ni actuaron oportunamente. Pero vivimos en democracia, y los gobiernos reaccionan en buena medida a aquello que la oposición, los medios, los grupos de interés o las iniciativas ciudadanas tematizan. Nadie se preocupó en el pasado, seriamente, de las pandemias. Ningún político que hubiera abogado por una mejor prevención habría sido recompensado con votos. Todos nosotros fallamos”.
Meyer-Resende expresa que ahora se necesita que cada país analice lo que hizo mal y lo mismo haga la Unión Europea como una manera de aprender y mejorar. Esto seguramente permitirá estar mejor preparados para una próxima vez, aunque hoy existe el peligro de pasar años enfrentando al coronavirus SARS-CoV-2.
También es posible que la próxima amenaza sea diferente y no esté relacionada con un virus sino con una catástrofe nuclear, un gran ataque terrorista o como en 1914 llegue en forma de un conflicto bélico como podría ser entre la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y Rusia.
Las crisis suelen provocar reacciones contradictorias como desear que no sea tan terrible y pronto se recupere la normalidad o “es el momento de las utopías, que sin embargo por lo general no tienen consecuencias”.
“Lo que necesitamos, mientras el shock siga surtiendo efecto, es una nueva evaluación de los mayores riesgos para el Viejo Continente. Semejante proceso debe incluir la dimensión social, sin la cual una democracia no puede lograr cambios sostenibles”.
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