Son pocas las dosis de vacunas contra la COVID-19 en el mercado. Han sido acaparadas por los países más ricos y los más precavidos para resguardar a sus población. El gobierno de López Obrador está entre los muchos que apenas cuentas con unas centenas de miles de dosis de las vacunas. Desde el principio se negó a aceptar la gravedad del SARS-CoV-2 y descartaba el uso de la mascarilla, el distanciamiento social y las medidas de confinamiento.
Ante su temeridad de ir sin mascarilla, decía poseer un amuleto que lo protegía de la COVID-19. Obvio, se contagió. Esta semana la pasó aislado y distribuyó un video en el que manifiesta que ha superado las fases más críticas de la enfermedad. Sin embargo, esa no es la condición de la mayoría de los 130 millones de habitantes de México, uno de los países más impactados por la pandemia.
En el mundo ya se cuentan 102,7 millones de contagios y 2,2 millones de fallecimientos. La única barrera son las vacunas que han sido desarrolladas mediante el esfuerzo público y privado. Sin embargo, el SARS-CoV-2 ha mostrado un gran poder de mutación y en algún momento la vacuna podría ser inefectiva.
Vive una tercera etapa de la COVID-19 muy agresiva. Desde que se proclamó el brote ha acumulado 1,84 millones de contagios y 157.000 fallecidos. Es el tercer país con más fallecidos, detrás de Estados Unidos y Brasil. Ante la gravedad y tamaño de la emergencia, el gobierno ha tratado de recuperar el tiempo perdido. Ha comprado vacunas y ha encargado otras, pero la producción se ha ralentizado. Mientras, los cálculos de Arturo Erdely, doctor en Ciencias Matemáticas indicó quelas muertes reales por el virus SARS-Cov-2 podrían llegar a 600.000.
No se puede autorizar la Sputnik V con un fajo de fotocopias
Ante la gravedad de la emergencia, funcionarios mexicanos se han mostrado dispuesto a comprar la vacuna rusa Sputnik V, que desarrolló la Centro Nacional de Investigación de Epidemiología y Microbiología, Nikolay Gamaleya. Si bien fue la primera vacuna autorizada, ha tenido mucha reticencia tanto entre los rusos como en un amplio sector científico internacional.
Con todas las dudas, México ha decidido agarrarse de ese clavo caliente. Mandó emisarios a Moscú a hablar con el propio Vladimir Putin y también a Argentina donde se prueban 300.000 dosis, especialmente entre altos cargos del gobierno, empezando por el presidente y la vicepresidenta.
Las declaraciones de Hugo López-Gatell, subsecretario de salud de México, sobre la eficacia de l vacuna rusa no calmaron las dudas. Un comité técnico recomendó autorizar la vacuna rusa, pero la decisión final la tomará la Comisión Gubernamental Contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS). Todavía los resultados de la fase III son inciertos para el mundo. Persiste la negativa de los funcionarios rusos de dar información precisa. El presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó a López-Gatell volar a Argentina, donde la Sputnik V está aprobada y revisar la documentación.
Rusia autorizó que Argentina compartiera los expedientes con México. El comité técnico los analizó y recomendó solicitar la autorización. No obstante, la autoridades sanitarias negaron la autorización. La razón fue muy simple: «No se puede otorgar una autorización sobre un asuntos tan delicado para la población mexicana sobre la base de un fajo de fotocopias obtenidas por canales secundarios».
México y su problema para conseguir vacunas
El Gobierno mexicano insiste en convencer a los rusos que entreguen la información para obtener los permisos de la vacuna lo antes posible. Su plan de vacunación se ha retrasado. Los pudo completar los trámites para conseguir 750.000 dosis de la vacuna Pfizer-BioNThech, porque el país carece de una red de ultracongelación. Los viales deben ser resguardados a -70 grados centígrados.
México también se puso en contacto con China para adquirir la vacuna del laboratorio CanSino. Alrededor de 5.000 voluntarios fueron reclutados para probar la seguridad y eficacia del medicamento, pero solo llegaron 7.000 dosis. López Obrador decidió conversar directamente con el presidente Vladimir Putin.
Se elevan las críticas a la vacuna rusa
La poca claridad que ha tenido Rusia sobre su vacuna genera dudas y rechazos entre los mexicanos. Lilly Téllez, senadora por el estado de Sonora, cuestionó la efectividad de la Sputnik. Declaró que la Organización Mundial de la Salud y la comunidad científica internacional no la avalan. El funcionario López-Gatell respondió a las críticas con inusual candidez. Dijo que cuestionar la vacuna rusa atentaba contra de más de 200 años de historia científica. Asimismo, tildó las dudas contra la Sputnik V como «rumores» y pidió a los mexicanos que se abstengan de propalarlas. Como en otros regímenes, la senadora Téllez fue señalada de “terrorismo digital” por simpatizantes y afectos al gobierno de López Obrador.
La espera eterna mientras los hospitales colapsan
Mientras los políticos debaten sobre la vacuna y el Gobierno tramita la compra 10 millones de vacunas rusas, un poco más que el 5% de la población, la crisis hospitalaria se agudiza. Los hospitales se acercan al 90% de ocupación. Con casi 10.000 camas ocupadas, la zona metropolitana de México bordea el colapso.
Los enfermos relatan que en casos más graves pueden llegar a dormir en sillas de ruedas en los centros de salud. Con una media de 5.000 casos nuevos diarios, se espera que para principios de febrero se pueda llegar a la saturación de hospitales. La familia de los contagiados que no logran ser ingresados en hospitales y clínicas compran tanques de oxígenos seguir el tratamiento desde sus casas, pero este proceso se dificulta. No hay bombonas disponibles y las ofrecen en las redes sociales a 300 euros y más..
Ricardo Sheffield, titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, ordenó la eliminación de 700 páginas en Facebook y 100 anuncios en Internet con ofertas fraudulentas o abusivas. La actuación gubernamental para superar la escasez es nula. Se limita a exhortaciones o amenazas.
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